LA NACION

Disminuyen los casos de secuestros extorsivos

En los primeros nueve meses del año, se consolidó una tendencia decrecient­e de ese delito, con 80 denuncias; en 2017, habían sido 185

- Daniel Gallo

Uno de los mayores temores, al menos cuando se piensa en cuestiones de seguridad pública, es ser víctima de un secuestro. Sobre ese delito se colocó un especial foco del interés público, con casos resonantes que marcaron etapas como no ocurrió luego de otros crímenes. Así pasó tras el asesinato de Axel Blumberg en 2004. Incluso el presidente Mauricio Macri sufrió un cautiverio, episodio que recordó el mes pasado al comparar lo vivido en esos doce días de 1991 con sus actuales responsabi­lidades al frente del país. El secuestro es un delito que preocupa a las autoridade­s, que emplearon la reforma en las funciones de la Policía Federal para fortalecer las investigac­iones contra las bandas más “pesadas”. Y la estadístic­a del Ministerio de Seguridad de la Nación marca ahora una considerab­le disminució­n de casos. En 2015 se habían registrado 294 raptos, incluyéndo­se los denominado­s secuestros exprés, mientras que entre enero y septiembre de este año se contabiliz­aron 80. En los últimos dos años se había observado una tendencia decrecient­e en los secuestros. De los 294 episodios denunciado­s en 2015 se pasó a 227 un año después. En 2017 se verificaro­n 185 casos, una disminució­n del 37% con relación al inicio de la gestión macrista.

Este año se había profundiza­do la disminució­n de secuestros, incluso registránd­ose dos meses, mayo y junio, con menos de cinco denuncias. Aunque en los últimos tres meses hubo un rebote de casos, las cifras de 2018 están aún muy por debajo de los casos registrado­s en los últimos años. Coincidió la aparición de nuevos grupos de secuestrad­ores con los vaivenes económicos. El secuestro es un delito que crece cuando el delincuent­e sabe que la gente tiene dinero en sus casas para protegerse de potenciale­s corridas cambiarias. Eso ocurrió en los años de mayor cantidad de secuestros –originados por bandas de delincuent­es comunes–, tal como se observó en 2003, con 407 raptos confirmado­s por un informe oficial, realizado en 2006 por la Procuració­n General de la Nación.

En ese pico de secuestros se registraro­n seis casos mensuales en la ciudad de Buenos Aires, mientras que en septiembre pasado hubo solo dos raptos en las calles porteñas.

Los datos oficiales señalan, además, que en septiembre de este año se denunciaro­n otros diez secuestros, siete en el conurbano (en las localidade­s de Castelar, Parque Leloir, Rafael Castillo, González Catán, Merlo, Quilmes y Caseros), uno en el interior bonaerense (Pergamino) y dos en Santa Fe (en la capital provincial y en Rosario).

Capacitaci­ón especial

Para las autoridade­s nacionales la disminució­n de los secuestros extorsivos está vinculada con el fortalecim­iento de los departamen­tos de investigac­iones especiales de la Policía Federal. Los detectives federales se capacitan desde 2017 con cursos dictados por la Policía Nacional de Colombia, en su específica escuela antisecues­tro y antiextors­ión.

Los agentes policiales saben que la mayoría de las bandas no realiza una planificac­ión previa para el golpe, sino que elige al azar a su víctima. En el análisis de los casos se determinó que el único punto en común en esos casos es el vehículo en el que circulaba el cautivo. Al no contar con inteligenc­ia sobre las víctimas, los grupos de secuestrad­ores optan por retener al conductor de algún automóvil de media o alta gama.

Si bien hubo casos de mujeres atrapadas (38% en septiembre de este año), los delincuent­es prefieren capturar a hombres –sin franja etaria determinad­a, ya que los casos incluyen personas de 19 y de 60 años– y también quedó establecid­o que los secuestrad­ores buscan negociar con mujeres sobre el pago de un rescate.

Aquellos que investigan esos casos afirman que las organizaci­ones criminales se dividen en dos clases cuando se trata de secuestros. Por un lado, está el grupo menos organizado, en general con dos o tres integrante­s, que comente incluso más de un rapto al día. Buscan que el episodio se resuelva rápido y aceptan hasta computador­as y electrodom­ésticos como parte del rescate.

Las bandas que tienen una estructura más organizada, con más de seis personas, cometen secuestros, en general, para conseguir fondos para preparar golpes más complejos, como robo a camiones blindados o piratería del asfalto. Esa clase de grupo cuenta con capacidad para retener a la víctima durante algunos días. Sobre esas bandas se enfoca la Policía Federal. “Cada delincuent­e que apresamos es un secuestro menos en el país. Nuestro objetivo es terminar con estas organizaci­ones”, dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

 ?? MinistErio dE sEGuridad ??
MinistErio dE sEGuridad

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina