La Bergoglio
“No se podría haber realizado la marcha a Luján sin la venia del Papa”. (De Pablo Moyano.)
“No desmienta nada. Hágame caso”, dijo por WhatsApp el viejo, zorro y asiduo visitante al Vaticano cuando se le preguntó sobre un eventual aval del Papa a la movilización camionera a Luján para conseguir que Dios y la Virgencita firmen la ficha de afiliación a lo que se perfila como una nueva corriente dentro del PJ: “La Bergoglio”.
Esa procesión de amontonados consiguió la bendición del arzobispo Radrizzani, el mismo que decidió dar de baja el monasterio en el que Lopecito había arrojado los bolsos con 9 millones de dólares. Radrizzani se dio cuenta, después del revoleo, de que con solo cuatro monjitas y casi sin fieles, ese convento “no tenía entidad numérica suficiente” para seguir funcionando. Es verdad, la entidad numérica iba por otro lado.
A aquella misa callejera consagratoria de la que podría serla nueva corrientepolítica dentro del pero nismo en busca de un candidato que no sea piantavotos asistieron, entre otros, el clan Moyano, Scioli, Yasky, Grabois, Baradel, Magario, Espinoza, Felipe Solá y dirigentes de La Cámpora.
Para muchos de los asistentes, esa peregrinación era la primera a una basílica. Todas las anteriores fueron a Comodoro Py o a juzgados de provincia, donde seguramente volverán a encontrarse antes de que La Bergoglio se materialice como alguna vez lo hicieron la JP, La Néstor Kirchner, La Bicentenario, La Discépolo, La Mariano Moreno y la propia La Cámpora.
Es cierto que una parte importante de la Iglesia criolla trata de desvincular al Papa de esta cocción electoral peronista. Juran esos clérigos –y ellos saben bien que no se debe jurar en vano– que Francisco no estaba enterado del “Lujanazo” y que no alienta ningún tipo de armado político con vistas a las próximas elecciones argentinas. Ya se sabe que el Papa es el guía espiritual de todos los católicos y que así como les autografió una remera a los organizadores de la misa en Luján que fueron a verlo a Roma, también firmaría gustoso cualquier t-shirt de Cambiemos con la foto de Macri, Vidal y Durán Barba.
Un colega de decir directo, hombre de pocas pulgas y sin pelos en la lengua, tuiteó que “a 35 años del triunfo de Alfonsín, el pacto sindical-militar ahora vuelve como pacto sindical-clerical”.
¿Usted cree que algo así es posible?, se le preguntó por WhatsApp al viejo, zorro y asiduo visitante al Vaticano. “Usted no me está haciendo caso”, respondió.