Obras en la 31 y un plan en un barrio de Quilmes
La entidad prestó US$400 millones para proyectos urbanos; relocalizar familias, entre los objetivos
“El objetivo macro es que las más de 40.000 personas que viven allí tengan la misma calidad de vida que el resto de los habitantes de la ciudad; que tengan acceso a los espacios públicos y a los beneficios de vivir en un centro urbano”, dice Horacio Terraza sobre el plan de urbanización de la villa 31. Terraza, argentino residente en Washington, es especialista del Banco Mundial en Desarrollo Urbano y Ciudades para América Latina.
Más allá de urbanizar, afirma el funcionario, el proyecto se plantea cómo incorporar a la población a la ciudad. “La villa convivió 40 años con gobiernos que pensaban cómo hacer para sacar a la gente de ahí y llevarla a otro lugar; este gobierno también entró con esa idea y se dio cuenta de que no es la manera –describe–. La manera es ver cómo incorporamos a las personas, cómo les damos servicios y cómo los comunicamos con el resto de la ciudad”.
El apoyo financiero del Banco Mundial para el barrio de Retiro es de US$200 millones y se enmarca en un plan para transformaciones urbanas y acceso a viviendas (incluye fondos para el Procrear), por una suma total de US$400 millones.
Según Terraza, ahora se está definiendo el trabajo que se hará en la villa Itatí, en el partido de Quilmes. Las obras, en ese caso, impactarán directamente en una población de entre 40.000 y 50.000 personas.
En el caso de la villa porteña, parte del plan es la apertura de los nuevos accesos. También se hace una relocalización de familias en un predio lindero, que en buena medida tiene que ver con el “esponjamiento” (liberación de espacios para habilitar la circulación). “Sumado a eso, el gobierno porteño lleva el Ministerio de Cultura y lo instala en el medio del asentamiento; así, la ciudad va al lugar”, afirma el funcionario. Que haya presencia del Estado es considerado un punto básico de la transformación: “Hay una oficina a la que el jefe de Gobierno va cada semana, y 100 asistentes sociales van, recorren y conocen a cada uno de los habitantes”.