El tricampeonato impulsa a Ellerstina de cara a Palermo
“¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!” Tres veces resonó el grito de Nicolás Pieres de frente al palco oficial. Unos pasos atrás, Polito Pieres sonrió con picardía. Había terminado el sexto chukker y estaban en plena remontada. El partido por fin había tomado envión tras un comienzo apático, pero todavía había muchas emociones por delante antes de que Ellerstina se impusiera por 12-11 a La Dolfina y se quedara con el Abierto de Hurlingham por tercer año consecutivo. Un partido memorable, no tanto por el juego que se esperaba de una final perfecta entre dos equipos de 40 goles, que apareció con intermitencias, como por el hitchcockiano desenlace.
Ellerstina repitió así el logro de los últimos dos años y alcanzó su 10° título en este histórico club fe- rroviario, solo menos que el mítico Coronel Suárez (20 conquistas). Ahora espera prolongar ese impulso de cara a Palermo, la gran deuda pendiente de este equipo de Pieres que año a año se demuestra que tiene con qué darle alcance a esta formación galáctica de La Dolfina pero solamente una vez, en 2012, lo pudo vencer en la máxima cita.
“Ahora vamos a disfrutar pero tenemos que seguir trabajando como lo venimos haciendo y continuar por este camino para repetir en Palermo, que es lo que más queremos”, afirmó Gonzalo Pieres (h.), el mayor de los cuatro. “Tenemos que seguir defendiendo bien, que es muy importante para nosotros, y seguir dándole ritmo al ataque”.
El Abierto de Palermo, que comienza el sábado próximo, es la gran cita de la temporada, aunque lo sucedido ayer merece repasarse, ya que se ganó un lugar en los anales del polo.
Los primeros cuatro chukkers estuvieron lejos de lo que prometía una final de 80 goles, la primera en Hurlingham y la tercera en la historia de la Triple Corona. Con más solidez que lujo, La Dolfina llegó a adelantarse 7-3. A partir de allí, sucedió algo inusual para el equipo de Adolfo Cambiaso y compañía: estuvo dos chukkers y fracción sin convertir (unos 20 minutos entre el 4° y el 7°) y Ellerstina metió un parcial de 7-0 para pasar al frente (10-7). Ahí sí se vio lo mejor de esta nueva versión de los Pieres, con mayor dinamismo y protagonismo de los cuatro, con actitud para defender.
De allí la euforia de Nicolás y Polito al término del sexto período. Los dos fueron determinantes, el primero con una gran actuación global y el segundo con cuatro goles fulgurantes en ese lapso crucial. “Ahí empezamos a pegarle un poco más a la pelota, la estaban tocando un poco de más. Ahí agarramos el ritmo que queremos”, explicó el coach Héctor Guerrero.
Tiempo de amarillas
Pero había más. Con el partido 10-8, Adolfo Cambiaso recibió dos tarjetas amarillas por protestar y debió dejar la cancha por dos minutos. Penal de 30 yardas y 11-8 para Ellerstina. ¿Partido liquidado? Nada de eso. Con uno menos, La Dolfina descontó y enseguida, tras un foul que le cobraron en pleno ataque, fue Nicolás Pieres quien debió irse al palenque dos minutos por protestar. La Dolfina sí aprovechó la ventaja numérica en el inicio del último chukker y descontó.
El partido se cargó de tensión. Facundo Pieres le cometió un penal ingenuo a Cambiaso y le regaló un penal de 60 yardas. No era la tarde del crack de La Dolfina, quien falló su cuarto envío de esa distancia, y en ese remate, para empatar el partido. Después, con una gran corrida arriba de Guillermina, la yegua favorita de toda su vida, Nicolás selló la victoria a 50s de la campana final. Merecido MVP y mejor caballo del partido para el menor de los Pieres.
Entonces sí, la euforia. Justificada por la actitud para dar vuelta un comienzo adverso, por el juego con que se pusieron al frente y la templanza para resolver un cierre de partido frenético. Y por vencer a La Dolfina, uno de los mejores equipos de la historia, nada menos. Hurlingham, que tan bien le sienta últimamente, quedó atrás. Ahora, llega el Abierto y Ellerstina se siente más cerca que nunca.