Corach, el asesor en las sombras de peronistas con ambiciones

“No tengo nada para decir. Y cuando eso pasa, lo mejor es no decir nada”, dice Carlos Corach, por teléfono, desde su estudio jurídico y sin dar lugar para repreguntas. A los 83 años, el veterano dirigente peronista dice estar “retirado”, pero bien podría tratarse de otra de sus “picardías dialécticas”, a las que era tan afecto en sus épocas de mediático ministro del Interior de Carlos Menem. Corach, como deslizó Elisa Carrió en una entrevista reciente, está “de vuelta”. Pero no se trató –como esbozó la volcánica diputada– de un regreso para “manejar la Justicia” y a jueces que Domingo Cavallo dijo haber leído en una servilleta, como Claudio Bonadio, hoy a cargo de la sensible causa de los cuadernos. Miguel Ángel Pichetto, Juan Manzur y Daniel Scioli son algunos de los hombres del PJ con los que charla el exministro menemista. “Habla con los tres, es un hombre de una gran sabiduría, muy inteligente, aunque también un gran perdedor de elecciones”, confirma con ironía uno de los dirigentes con los que conversa seguido, hoy en el Gobierno. En esos diálogos reservados, Corach los impulsa a buscar la unidad; también se queja, en reserva, de lo “antiperonista que es este gobierno”. Tiene amigos allí también.