La división llegó a EE.UU. para quedarse
Los demócratas gozaron del poder total en Washington durante los dos primeros años del gobierno de Bill Clinton y los dos primeros años de mandato de Barack Obama. Luego, ambos debieron lidiar con un Congreso dominado por la oposición.
Ahora, Donald Trump sufrirá la misma suerte. La división de poderes en Washington se ha convertido en la característica más sobresaliente del poder político en Estados Unidos, una realidad que, ante las dificultades de demócratas y republicanos para encontrar “terreno común”, promete alentar la parálisis para los próximos dos años en la primera potencia global en temas claves como la inmigración, la salud o la infraestructura.