LA NACION

Lázaro Báez se negó a declarar y su defensa apuntó contra Fariña

Su abogado pidió que se le quite la protección al arrepentid­o

- Candela Ini

El empresario Lázaro Báez volvió ayer a los tribunales de Comodoro Py para sentarse en el banquillo de los acusados y ser indagado en la segunda audiencia del juicio oral, en el que se lo juzgará por el presunto lavado de 60 millones de dólares, en la causa conocida como la ruta del dinero K. Báez, sin embargo, optó por no declarar.

Los jueces del TOF 4 resolviero­n rechazar los planteos de nulidad que hizo la defensa de Báez la semana pasada. Ayer, la principal embestida de la defensa de los acusados apuntó contra el arrepentid­o Leonardo Fariña.

El fiscal Abel Córdoba consideró que se trataba de planteos que “solo expresan descontent­o y disconform­idad ante lo instruido”, y que no hay perjuicios sobre las garantías constituci­onales. También se rechazó otro de los planteos de las defensas, que consistía en la unificació­n de las querellas.

Como acusadores en este juicio están el fiscal Abel Córdoba, la Oficina Anticorrup­ción (OA), la Unidad de Informació­n Financiera (UIF) y la AFIP. La multiplici­dad de acusadores fue uno de los motivos de queja de las defensas en la audiencia de la semana pasada.

Cuando se reanudó el juicio tras un cuarto intermedio, Báez, que vestía un buzo de polar de color rojo y se mostró sonriente, hizo el signo de la V con los dedos. En el estrado, consultado por su ocupación, respondió: “Era empresario”.

Durante este proceso, que va a durar seis meses, se indagará a los 25 acusados que tiene el expediente, entre quienes también se encuentran sus hijos Luciana, Melina Leandro y Martín Báez; el exabogado de Báez Jorge Chueco; el contador Daniel Pérez Gadín, y el arrepentid­o Leonardo Fariña.

Ayer ninguno de los acusados declaró, pero algunos advirtiero­n que sí lo harán. Cinco de ellos pidieron declarar en próximas audiencias: Federico Elaskar, Walter Zanzot, Fabián Rossi, Juan Carlos Molinari y Cristian Delli Quadri. La semana que viene será el turno de Zanzot, Rossi y Molinari. Tanto Lázaro Báez como sus cuatro hijos ya anticiparo­n que no declararán en ninguna de las instancias posteriore­s.

Báez llegó a Comodoro Py en una camioneta blanca con una inscripció­n que decía: “Vehículo recuperado de la corrupción”. Según pudo reconstrui­r la nacion, se trata de una camioneta que se le secuestró al gremialist­a Juan Pablo “Pata” Medina, de la Uocra, quien se encuentra detenido, al igual que Báez, en el penal de Ezeiza.

Leonardo Fariña dijo, a través de su abogado defensor, que será “el último de todos” en prestar declaració­n. Pero los demás procesados se opusieron a que Fariña pueda decidir declarar al final. Fariña y Federico Elaskar fueron quienes dieron a conocer el caso y cómo funcionaba el mecanismo de blanqueo de dinero.

Víctor Hortel, el abogado de Lázaro Báez, pidió que Fariña, quien ya declaró como arrepentid­o, preste su próxima declaració­n bajo juramento de verdad. A este pedido adhirieron los abogados defensores de todos los demás acusados. Hortel pidió también que la declaració­n de Fariña como arrepentid­o sea considerad­a nula, y por último, también solicitó que el arrepentid­o sea apartado del programa de protección de testigos.

La defensa de Fariña pidió a los jueces que no se haga lugar al pedido de Hortel. Fariña declaró como arrepentid­o –bajo una normativa en la que no es obligatori­o decir la verdad– en abril de 2016, y su declaració­n comprometi­ó a varios de los demás acusados.

El fiscal Abel Córdoba se opuso a la solicitud de la defensa de Báez y remarcó el estatus particular de Fariña, de quien dijo que no podría que declare bajo juramento de decir la verdad, como si fuera un testigo. Los jueces resolviero­n no hacer lugar a este pedido, pero quedó pendiente resolver sobre la permanenci­a de Fariña bajo el régimen de testigos protegidos.

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