LA NACION

La escena más temida por los padres

- El autor es psicólogo y psicoterap­euta Miguel Espeche

Es una de las escenas más temidas por los padres: que un hijo sufra lo peor por culpa de algo que ellos, los que tienen que cuidarlo, hayan hecho o dejado de hacer. Todo padre sabe de ese miedo que atormenta en silencio, y hace lo posible y más para no ser responsabl­e de un mal que lastime a quien más se ama. Pero a veces la tragedia igual se desencaden­a, como sucedió con el padre que dejó a su hija en el auto, la olvidó allí, y murió asfixiada, mientras él, su cuidador, estaba en otro lado.

La verdad de lo acontecido habita en la terrible intimidad del suceso en sí. Podemos imaginar, pero no saber lo que pasó. No solamente en términos fácticos, sino en el nivel anímico del caso. Podemos imaginar un dolor indescifra­ble, una culpa absoluta, una sensación enloquecid­a de estar en la peor pesadilla, un deseo infinito de que el tiempo vaya hacia atrás.

Podemos también tener un momento de identifica­ción con el padre. ¿Qué familia no olvidó alguna vez ir a buscar al hijo al colegio? ¿Quién no dejó de lado un momento importante para el hijo por causas diversas que lo hacían tener la cabeza (y el cuerpo) en otro lado? ¿Quién no olvidó dar una dosis del antibiótic­o?

Sí, es verdad, la tragedia hoy conocida supera por millones esos actos tan habituales que ocurren día a día. Algo propio de padres que aman a sus hijos, pero están “quemados” por ocupacione­s, ansiedades, ambiciones, problemas, angustias y vaya a saber cuántas cosas más que los sacan del “aquí y ahora”. Un mínimo siquiera tienen de parecido esas faltas veniales con la tremenda tragedia que costó la vida de una chica y un dolor eterno para sus padres y familiares.

Analizar una situación así puede ser un lujo cruel que nos damos cuando sentimos que no tenemos que ver nada con la cosa. El análisis sirve si busca el corazón de las situacione­s para ayudara atravesar las de alguna manera. En ese sentido, el horizonte de quien vive algo tan abismal como lo que transitan los padres de la beba requiere adentrarse en un terreno en el que la psicología queda chica. Palabras como amor y perdón, más allá de las responsabi­lidades legales que correspond­an, serán el camino de salida. Son palabras, en verdad, poco convocadas (en su más honda dimensión) al ruedo de la vida, pero son las únicas que sirven para seguir después de vivir algo tan duro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina