LA NACION

El anestesist­a Billiris es juzgado por drogar, golpear y abusar de al menos tres víctimas

Comenzó ayer el proceso contra el imputado de varias agresiones sexuales; una de las mujeres que dará su testimonio tuvo que ser contenida tras cruzarse con el acusado

- Leonardo Scannone

María Eugenia Belén Torres cruzó la puerta de los tribunales de Comodoro Py alrededor de las 14. Se paró en el hall central junto a su familia. El padre, Rubén, se dirigió a la Sala B, como le había dicho el fiscal Marcelo Colombo para anunciarse, pero habían llegado temprano. Mientras Belén esperaba allí, el anestesist­a Gerardo Billiris, que hace más de año le había dado una brutal golpiza, salía de la audiencia, tras un cuarto intermedio, en que se lo juzga por ese ataque. Escoltado por dos agentes del Servicio Penitencia­rio, caminó por el pasillo que lo depositarí­a en la alcaidía del fuero. Belén, nerviosa porque en pocos minutos tenía que revivir la fatídica noche frente a los jueces, lo vio. Su rostro se desarmó de dolor. No lo veía desde ese 31 de enero del 2017 en que Billiris, según su denuncia, le asestó golpes que casi la matan. El imputado continuó su andar a paso tranquilo. Belén tuvo que ser asistida por una psicóloga antes de sentarse frente al tribunal para recordar lo sucedido.

Así empezó ayer el juicio contra Billiris, que ingresó en la Sala B pocos minutos antes de la 10. El Tribunal Oral Federal (TOF) N° 8 es el que lleva adelante el juicio contra el anestesist­a, de 41 años. Después de leer las acusacione­s en su contra fue llamado al banquillo.

Tras escuchar la lectura de la acusación en su contra, Billiris se mantuvo calmo. Pero cuando fue llamado su voz se enredó. “Voy a prestar declaració­n al final, más adelante”, dijo ante los jueces Gabriela López Iñiguez, Sabrina Namer y Nicolás Toselli, en los tribunales de Retiro. Detalló que tiene una hija de 7 años y que es médico. Sin embargo, ante su negativa a declarar, igual se le leyó una declaració­n anterior al juicio, que consta en el expediente. En ese testimonio había aceptado que esa noche había consumido drogas y llevado a la joven a su casa en el barrio de Palermo, y que en un momento su mente había quedado “en blanco”.

“En mi vida le pegué a una mujer, nunca le pegaría. No soy así”, había dicho entonces ante el juez Sergio Ramos apenas quedó detenido tras la denuncia de la joven, y pidió perdón por lo ocurrido.

Con posteriori­dad a esta denuncia se sumaron otros dos casos anteriores que involucrar­on a otros dos procesados juzgados ahora junto con él, el exrelacion­ista público Juan Martín Mercado y Cristopher Rosenthal Verdaguer. A todos se los acusa de “tenencia y suministro de estupefaci­entes y abuso sexual con acceso carnal”.

En los instantes previos a su negativa a declarar hubo un debate frente al pedido de las tres víctimas, que solicitaro­n declarar a puertas cerradas, sin acusados ni público, algo a lo que se opusieron las defensas ante la solicitud del fiscal de juicio Marcelo Colombo y el abogado querellant­e Fernando Burlando. El tribunal resolvió que las víctimas, entre ellas la principal denunciant­e de Billiris, María Eugenia Belén Torres, declarasen como testigos sin público.

“Se trata de hechos gravísimos que afectan la sexualidad de las personas. Es lógico que ellas tengan miedo a declarar frente a sus captores. Las tres hicieron el pedido concreto”, explicó el fiscal Colombo. Burlando, por su parte, remarcó que las víctimas “sufrieron ataques bestiales vinculados a la violencia de género” y llamó a no “revictimiz­arlas” y a darles “la importanci­a que tienen”.

Ataques repetidos

Billiris está acusado de haber atacado a golpes a María Eugenia Belén Torres el 31 de enero de 2017 en su departamen­to del barrio porteño de Palermo. En su declaració­n indagatori­a ante el juez federal Sebastián Ramos, quien lo procesó y encarceló, admitió que consumía cocaína y otras drogas, dijo que a la joven la conoció en la red social Tinder y que la había visto un par de veces, en las cuales hubo siempre consumo de estupefaci­entes.

Además de este hecho, Billiris está acusado de un episodio anterior al de Belén, ocurrido en 2012, en el que dos mujeres lo reconocier­on tras ver las fotos en los medios de comunicaci­ón. Lo acusaron de abusar y golpear a una mujer junto a Mercado, que también está sentado en el banquillo de los acusados. No solo ellos enfrentan este juicio, sino también Rosenthal Verdaguer, de 27 años, señalado como parte de este mecanismo de abusos.

En las acusacione­s se dijo que los tres imputados están señalados por actuar de la misma manera con diferentes mujeres.

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Gerardo Billiris, ayer, en la primera jornada del juicio

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