Angelici trata de sacarse de encima sus dos karmas
La Copa Libertadores y River, en ese orden, esos son los dos grandes karmas que tiene Daniel Angelici desde que asumió como presidente de Boca, en enero de 2012. El destino le ofrece ahora la enorme posibilidad de saldar ambas deudas de una sola vez.
Si Boca se consagra en el Monumental se recordará de por vida que fue bajo su gestión. Que así como en 2012 se atragantó en el último partido con Corinthians y con un Riquelme que se quedó vacío en el momento menos indicado, su espera valió la pena. Y su enorme inversión (más de 100.000.000 de dólares en refuerzos) tuvo premio.
Así como ganar esta Copa le sumaría una estrella muy brillosa al club, para su presidente sería una carta blanca de poder. Es el trampolín que necesitaría para cerrar, en diciembre de 2019, su etapa en Boca, y enfocarse en sus próximos pasos: Angelici apunta al sillón de Claudio “Chiqui” Tapia en la conducción de la AFA.
En un hipotético escenario ganador, Angelici sacaría otras tres cartas: su deseo de construir un nuevo estadio; consolidaría su apoyo a la idea de Mauricio Macri sobre el desembarco de las Sociedades Anónimas en los clubes, y daría por descontada la continuidad del oficialismo al frente del club, con Christian Gribaudo, actual secretario general, como principal candidato a presidente.
Pero claro, si el éxito vuelve a ser esquivo y River levanta la Copa, Angelici tendrá que convivir con esa condena. Con un agregado: el capítulo más grande de la gloria millonaria se sumará a otros grandes hitos concretados frente a Boca durante esta conducción: las semifinales de la Sudamericana 2014; la triste serie de octavos de final de la Libertadores 2015, con la noche del gas pimienta como punto máximo; la final de la Supercopa Argentina 2017; el agónico gol de Funes Mori para el triunfo 2-1 en la Bombonera en 2014, y otras dos victorias riverplatenses en suelo xeneize: 3-1 en el torneo 2016/2017 y 2-0 en la Superliga 2018/2019. Un escenario desolador.
En ese contexto se vendría un 2019 complicado desde lo económico y sería casi imposible sostener el actual plantel, pero, al mismo tiempo, Angelici intentará otra vez ganar la Copa Libertadores, para que su famosa promesa de campaña de “volver a Japón” –ahora el Mundial de Clubes se juega en los Emiratos Árabes– se haga realidad.