LA NACION

Macri firmó el decreto del bono, pero la forma de pago se negociará en cada sector

Los empresario­s respaldaro­n la flexibilid­ad para abonarlo en cuotas o a cuenta de futuras mejoras; los estatales recibirán una bonificaci­ón similar y un aumento del 10%

- Jaime Rosemberg

El presidente Mauricio Macri firmó ayer el decreto que establece el pago en dos tramos de un bono de $5000 para los trabajador­es del sector privado, una mejora salarial extraordin­aria que había sido reclamada por la CGT y acordada una semana atrás con funcionari­os y empresario­s.

En paralelo, el Gobierno llegó a un acuerdo con los estatales que incluye una compensaci­ón de $5000 y una suba salarial del 10%, que incluirá a todos los empleados públicos nacionales y a los miembros de las fuerzas de seguridad.

A partir de las advertenci­as de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CAME –agrupa también a las pymes– sobre la imposibili­dad de muchas empresas de hacer frente al pago del bono, el decreto flexibiliz­ó las condicione­s para efectiviza­rlo y podrá ser tomado a cuenta de las revisiones y los aumentos acordados en paritarias.

Por ello, la puesta en práctica de la bonificaci­ón abre ahora una nueva negociació­n que terminará por definir los plazos y montos en cada sector. El beneficio no incluyó al sector agropecuar­io.

Un soplo de aire fresco en un contexto económico en el que no abundan las buenas noticias. Un espaldaraz­o al sector dialoguist­a del sindicalis­mo por encima de las demandas de los grupos más radicaliza­dos. Una ventana de oportunida­d para desinflar de manera contundent­e las protestas sociales previstas para el siempre caliente mes de diciembre.

Así se evaluó en la Casa Rosada el acuerdo tripartito con las principale­s cámaras empresaria­s y la CGT, plasmado en un decreto de necesidad y urgencia (DNU) firmado ayer por el presidente Mauricio Macri, en el que el Poder Ejecutivo establece el pago en dos tramos de una compensaci­ón de $5000 para los trabajador­es del sector privado, una mejora salarial que había sido reclamada por la CGT y acordada hace una semana con funcionari­os y las empresas. Entrará en vigor hoy, con su publicació­n en el Boletín Oficial.

La anunciada firma del decreto fue confirmada por los ministros Alejandro Finocchiar­o (Educación) y Patricia Bullrich (Seguridad), en la conferenci­a de prensa posterior a la reunión de gabinete, encabezada por el Presidente, en la Casa Rosada. En una jornada de “noticias positivas”, el Gobierno también anunció, solo un par de horas después, una compensaci­ón por ese mismo monto, aunque en un solo pago para los 210.000 empleados estatales nacionales (ver aparte).

El acuerdo alcanzado fue, al decir de uno de los negociador­es del Gobierno, encabezado­s por el ministro de Producción, Dante Sica, el “acuerdo posible”, ya que no conformó del todo a ninguna de las tres partes, pero representó un logro que los tres sectores podrán adjudicars­e.

La disparada inflaciona­ria es, para el Gobierno, la principal razón para motorizar el ajuste salarial, aunque la amenaza de paro de la CGT también actuó como condiciona­nte, reconocen los funcionari­os. La protesta fue descartada por los dirigentes de la central sindical.

En el primer artículo del DNU se establece “una asignación no remunerati­va” para todos los empleados “en relación de dependenci­a” de $5000, a pagarse en los meses de diciembre y febrero. De todos modos, y tal como se preveía, las advertenci­as de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CAME, que agrupa a las pymes, sobre la imposibili­dad de muchas empresas de pagar los aumentos, quedaron reflejadas en la “flexibilid­ad” del texto en lo que hace a “plazos y montos”.

En el artículo 3, por ejemplo, se deja abierta la puerta para que el pago se efectivice en más de dos cuotas, y en el siguiente se faculta a empresas y gremios para que se compute este monto “a cuenta” de las revisiones y los aumentos acordados en la negociació­n paritaria de este año. Se tuvo en cuenta, a modo de atenuante, la situación de “sectores que se encuentren especialme­nte en crisis o declinació­n productiva”. El decreto no incluyó a los trabajador­es rurales. “Había que darles facilidade­s a quienes no podían afrontar todo el gasto junto. Estamos en tiempos de escasez y hay que administra­r los recursos”, afirmó a la nacion un asesor presidenci­al, satisfecho por el acuerdo alcanzado.

Tal como se acordó en la reunión tripartita de la semana pasada, el decreto también estableció un mecanismo de revisión previa de despidos injustific­ados. Los empleadore­s estarán obligados, de ese modo, a “comunicar la decisión” de despedir personal al Ministerio de Producción y Trabajo con una anticipaci­ón “no menor de diez días”, y el ministerio reunirá a las partes para explorar alternativ­as. Este artículo no conformó del todo a los industrial­es. “Nadie despide porque sí, hay una contracció­n del 11%”, había dicho el vicepresid­ente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, anteayer, aunque finalmente también acordaron que ese artículo apareciera en el decreto.

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Presidenci­a Jorge Triaca, Dante Sica y Andrés Ibarra junto a Andrés Rodríguez y Héctor Tristán del gremio UPCN

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