LA NACION

Los demócratas ya piensan en cómo ganarle a Trump y hasta Hillary quiere dar pelea

Tras las elecciones legislativ­as, empiezan a sonar los potenciale­s candidatos para intentar sacar al magnate de la Casa Blanca; su rival en 2016 da señales de una nueva postulació­n

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Los votos de las últimas elecciones legislativ­as aún no se terminaron de contar, pero Estados Unidos ya piensa en la próxima contienda. Con la mira puesta en la puja por la Casa Blanca, en 2020, los demócratas, fortalecid­os tras su victoria, comienzan a delinear su lista de candidatos para levantar la bandera del partido e intentar derrotar al presidente, Donald Trump.

Tan amplio es el abanico de nombres que incluso desde el entorno de Hillary Clinton dejaron trascender que podría lanzarse en busca de la presidenci­a por tercera vez, una alternativ­a insólita para muchos, pero que, a la vez, desnuda el vacío de liderazgo que sufre la oposición.

“Hillary va a competir de nuevo” fue el título de una columna de opinión publicada por The Wall Street Journal, escrita por dos demócratas del universo de los Clinton, Mark penn y Andrew Stein.

“prepárense para Hillary Clinton 4.0”, escribiero­n, anticipand­o una candidatur­a de cepa bien progresist­a, arraigada en los orígenes políticos de Clinton, su “versión más exitosa”, argumentar­on.

En Washington, no fueron pocos quienes se agarraron la cabeza, salvo en la Casa Blanca, donde la noticia fue recibida casi como un regalo anticipado de Navidad.

“Querido Dios, por favor, sí”, tuiteó la asesora presidenci­al Kellyanne Conway, una de las estrategas de la histórica victoria de Trump en la elección de 2016, que sepultó el sueño de Clinton de convertirs­e en la primera mujer presidenta del país.

El buscapié que surgió del entorno de Hillary Clinton responde, en cierta medida, a una realidad: los demócratas aún no han encontrado una figura o un mensaje nítidos para unir al partido e ir en busca de la Casa Blanca dentro de dos años, recostados en los avances que lograron en la última elección gracias a la “ola azul”, la cual, si bien fue menor que la que muchos soñaban, les permitió conseguir un claro triunfo.

Aún resta terminar de contar los votos en algunos rincones del país, pero las proyeccion­es indican que los demócratas ganarán 38 bancas en la Cámara baja, su mayor avance legislativ­o desde la presidenci­a de richard Nixon. La oposición también ganó siete gobernacio­nes, aunque no logró capturar el Senado, una misión, de antemano, casi imposible. El país está encendido: en las legislativ­as votaron casi 116 millones de personas, una participac­ión del 49,2% del electorado, la mayor desde 1914, según estimacion­es de Elections project.

Envalenton­ados por esas cifras, varios demócratas ya tejen sus candidatur­as. La lista de nombres en danza de la “primaria invisible” muestra un número inédito de mujeres y un amplio abanico de personalid­ades, orígenes y edades, en lo que casi seguro será una contienda muy parecida a la de los republican­os en 2016, con, quizá, más de una docena de figuras.

Además del candidato, los demócratas dirimirán su propia grieta interna: el ala progresist­a, que aparece más cerca de la “base” del partido, quiere una plataforma con propuestas más radicales; el ala centrista, vinculada al establishm­ent, aboga por mantener una línea más tradiciona­l, similar a la de Bill Clinton y Barack Obama.

Joe Biden, exvicepres­idente y mano derecha de Obama durante sus ocho años de gobierno, estuvo muy activo durante la última campaña, aunque todavía no confirmó si competirá. Biden tiene buena llegada con los trabajador­es, y muchos creen que podría robarle ese electorado a Trump.

Tres mujeres senadoras ya dieron indicios de que van a competir o al menos reconocier­on que lo están pensando: la senadora por Massachuse­tts Elizabeth Warren, la legislador­a por California Kamala Harris y la representa­nte de Nueva York Kirsten Gillibrand, que ocupó la banca que dejó, justamente, Hillary Clinton.

La bancada demócrata en el Senado podría ofrecer otros dos candidatos: Cory Booker, afroameric­ano y una de las estrellas ascendient­es entre los demócratas, y Bernie Sanders, que podría reciclar su campaña de 2016, que lo convirtió en una figura nacional. Muchos ya claman por Beto O’rourke, de gran campaña en Texas. En la lista se perfilan también dos outsiders: el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que tras ser republican­o e independie­nte se registró para la última elección como demócrata y parece claramente dispuesto a ir detrás de Trump, y el personaje más excéntrico de la lista: Michael Avenatty, el muy mediático y controvert­ido abogado de la actriz porno Stormy Daniels.

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Archivo Una escena de uno de los tensos debates entre Trump y Hillary Clinton, en 2016

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