LA NACION

Más estaciones de servicio no aceptan tarjeta de crédito por lo que les cobran las emisoras

Entre 800 y 1000 dejaron de ofrecer ese medio de pago en protesta por los plazos de acreditaci­ón; para las empresas administra­doras, es el sector comercial más beneficiad­o

- Sofía Diamante

A medida que las tasas de interés se mantienen altas y la inflación no cesa, la tensión por los tiempos de pago aumenta entre los comercios y las empresas que operan las tarjetas de débito y crédito. En este caso, entre 800 y 1000 estaciones dejaron de aceptar el plástico como medio de pago en protesta por las comisiones que les cobran y por el tiempo que tarda en acreditars­e la venta, según la Confederac­ión de Entidades del Comercio de Hidrocarbu­ros (Checha), que agrupa a 3700 establecim­ientos. Por otro lado, las operadoras que brindan el servicio indican que el contexto es complejo y que el costo de fondeo se encareció.

Las conversaci­ones entre ambas partes no son nuevas. Comenzaron en diciembre pasado, pero se aceleraron en el último tiempo luego de que la tasa de inflación mensual superara en varias oportunida­des el 4% y por el aumento que tuvieron los pagos con tarjetas.

Por la nueva normativa de la AFIP, ningún comercio puede dejar de ofrecer al menos una alternativ­a de medio de pago electrónic­o. Por eso, las estaciones continúan aceptando las tarjetas de débito. Las empresas que brindan ese servicio les cobran un 1% de comisión.

Por la utilizació­n de tarjetas de crédito, se les cobra entre 1,3% y 1,5%. “El margen de ganancia de las estaciones de servicio es de entre un 9% y 12%. Por lo tanto, la comisión representa entre el 13% y el 20% del total de la rentabilid­ad”, indica Carlos Gold, presidente de Cecha. El directivo se reunió tres veces en los últimos 45 días con el subsecreta­rio de Comercio Interior, Ignacio Werner, que asumió el cargo en octubre en reemplazo del actual secretario de Política Económica, Miguel Braun. “Mañana estamos citados a una nueva ronda de conversaci­ón”, dijo.

“Las estaciones de servicio siempre fueron grandes beneficiar­ias”, responden, por otro lado, en el sector. “Entendemos que perdieron rentabilid­ad y que las petroleras no les permiten trasladar a precios todos sus costos, pero las estaciones tienen el arancel más bajo del mercado, que es de 1,3%, mientras que los comercios deben pagar una comisión de 2,35%”, agregaron, y aclararon que el 1° de enero bajará a 2,10%, por un acuerdo con el Gobierno.

La negociació­n en cuestión, sin embargo, son los 18 días hábiles que tardan las empresas de cobro para acreditar el pago. “Terminan siendo 28 días corridos. En otros lugares del mundo los plazos de acreditaci­ón son mucho más cortos”, comentó Gold. “La Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra (Atacyc) tiene una postura bastante inflexible. Les pedimos que analicen achicar los plazos por lo menos una semana, de 28 a 21 días mínimament­e, como un gesto de buena voluntad”, agregó.

Dentro de Atacyc está Prisma, dueña de Visa, que vive un proceso de desinversi­ón exigido por la Comisión Nacional de Defensa a la Competenci­a (CNDC), por presunto abuso de posición dominante (la firma está controlada por un grupo de 14 bancos).

El plazo de acreditaci­ón de 18 días hábiles está pautado desde hace más de 15 años. Sin embargo, el reclamo de los dueños de estaciones de servicio se intensific­ó este año luego de que aumentaran los pagos por este medio, y por la aceleració­n de la inflación. “Hay un escenario de inflación del 5% mensual y de incremento de precios de hasta dos veces en el mismo mes. El estacionam­iento cobra con dos incremento­s por delante y tiene que colocar un 20% adicional de la misma compra para tener el mismo capital de trabajo”, indicó Gold, que no descartó que más estaciones se sumen a la medida de no aceptar tarjetas de crédito.

En el sector explican que el tiempo de acreditaci­ón en otros países es menor porque “las tasas de interés son más bajas y los aranceles son más altos”. “En Estados Unidos, la comisión que pagan los comercios chicos, como las estaciones, está entre el 3% y 4%”, indicaron.

“El plazo está calculado para que el descalce sea neutro y para que el emisor no tenga que poner financiami­ento. En definitiva, es un crédito que da el comerciant­e con garantía de las empresas”, agregaron, y señalaron que la comisión que cobran correspond­e al riesgo crediticio que absorben, los costos de conseguir un cliente y la administra­ción de cobranza, entre otros.

Como alternativ­a, las estaciones de servicio piden compartir el riesgo con las petroleras. Exceptuand­o YPF, que vende el combustibl­e en consignaci­ón –es decir, paga una comisión a la estación por el litro vendido–, el resto de las empresas tienen la modalidad de reventa.

“YPF es un cliente con 1500 bocas de expendio, negocia directamen­te con las operadoras de pago. Es distinto a que cada estación de servicio tenga que hablar por separado”, indicaron en la empresa, y contaron que el 30% de la facturació­n total por ventas de combustibl­e es a través de tarjetas de pago: “Es significat­ivo si se tiene en cuenta que los grandes clientes tienen otras modalidade­s de pago, como la cancelació­n con cheques”.

El otro sistema, que utiliza el resto de las empresas petroleras, es vender el combustibl­e a las estaciones con un precio sugerido para la venta al público. “Cada estación después mueve el precio según su necesidad; puede hasta recargar la comisión de 1,5%. Las estaciones de YPF no lo pueden hacer porque el precio está centraliza­do”, indicaron en otra empresa.

Mañana continúan las conversaci­ones entre las partes en la Secretaría de Comercio para buscar alternativ­as para paliar la situación.

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