LA NACION

Su interés por hacer política y el futuro de Gallardo

Ganar la Copa Libertador­es es el gran objetivo del presidente de River, que, sin embargo, busca aprovechar el fútbol para mirar más allá: política y educación, sus dos obsesiones

- Texto Sebastián Fest | Foto Soledad Aznárez

La charla con Rodolfo D’Onofrio discurre a los puñetazos. Tiembla la mesa bañada por el sol de la avenida Figueroa Alcorta, y si esas cuatro patas se mueven es porque el presidente de River no quiere que quede la más mínima duda: cada vez que remarca lo convencido que está de lo que dice, le da un puñetazo a la mesa. Es, así, una entrevista sincera y a los golpes. Un ida y vuelta con en el que D’Onofrio se abre la nacion a temas extrafutbo­lísticos que nunca antes había tocado con tanta profundida­d. Habla en medio de la efervescen­cia que genera la final de la Copa Libertador­es con Boca, y aunque el 2-2 le da esperanzas importante­s a sus hinchas, el presidente insistirá antes y después en una idea: “Uno va a ganar y el otro va a perder, pero no va a ser la muerte de nadie”.

–Circula una frase entre Núñez y La Boca: después de esta final va a haber un grande menos.

–Eso es un disparate absoluto y total. Cuando fue la final en Mendoza, que era la gran final, enorme final, eterna final, yo decía lo mismo. Ganó River, nos fuimos alegres y Boca triste. Y Boca está hoy jugando la final de la Copa Libertador­es. Si River y Boca juegan la próxima Copa es muy probable que juguemos la final en Chile, si esto no se daba antes era porque por reglamento no podían llegar dos equipos argentinos a la final. Somos dos grandes equipos, dos grandes institucio­nes y podemos estar el año que viene jugando de nuevo la final de la Copa Libertador­es. Esto es típico de los que les gusta generar una gran tragedia. Hay que disfrutar que los dos estamos jugando la final de la Copa Libertador­es. Con River hemos ganado todo, ¿vos te crees que por algún segundo un hincha de River le va a decir algo a Gallardo o a estos jugadores? ¿A estos jugadores que ganaron todo? No existe esa posibilida­d, no hay ninguna. A Gallardo le vamos a hacer dos monumentos, no uno. Pase lo que pase.

–La vida no es solo ganar...

–¡Y River no es solo fútbol! Y la vida tampoco... El fútbol te cambia los amigos, tenés poco tiempo para estar con tu gente. Si te ocupás en serio de un club como River, es muy intenso. Debe ser el club que más te exige de la Argentina, porque no somos solo un club de fútbol, tenemos más de 50 deportes, tenemos un instituto materno infantil, primario, secundario, terciario... Tenés que estar en todas las finales. Un día me pasó que me crucé con una socia y me dice “D’Onofrio, nos está pasando tal cosa con el coro”. Yo le pedí disculpas y le pedí que me contara qué estaba pasando, porque no sabía. ¡Se me enojó! Que cómo yo como presidente y no sabía el problema que tenía el coro. Es increíble… Si no tuviera 600 socios que se ocupan de esto sería imposible. ¿Por qué 600? Porque necesitamo­s entre ocho y diez socios por comisión. Yo también podría hacer la plancha, sentirme rey y no ocuparme de nada. Pero como no me siento rey, sino responsabl­e de todo… Bueno, me ocupo de todo. Yo no puedo hacer la plancha, soy un hacedor.

–¿No sería lógico que el presidente de River cobrara un sueldo ?

– Creo que eso en el fútbol argentino podría ocurrir más adelante, no está dada la situación para eso. Salvo uno, todos los dirigentes nos pagamos el pasaje y el hotel en viajes por la Copa Libertador­es, al interior, a Abu Dhabi, adonde sea. Nosotros llegamos y encontramo­s un club fundido. Dijimos cuáles eran las reglas del juego y todo el mundo se acostumbró. No tienen los socios del club por qué pagarle a un socio para que vaya a Abu Dhabi, ni a Santiago del Estero. Con que uno se haga cargo de la responsabi­lidad de la delegación ya está, los demás están acompañand­o.

–Es una medida dura...

– Es que el fútbol argentino hoy está en desventaja con toda Sudamérica. Los argentinos, en dólares, somos hoy el doble de pobres. Al fútbol le pasa lo mismo, y es un tema que estamos encarando, hemos llegado a un entendimie­nto, a un acuerdo con los jugadores. Porque no sólo está aquel que tenía un dólar más libre y su sueldo se hace impagable, sino también aquel que tenía una cláusula que el valor le daba un dólar a 20 pesos. – Tenemos contratos de todo tipo. En dólares con una cláusula de ajuste, otros en pesos. Que antes era lo normal. Pero ahora el dólar se disparó el 100 por ciento, la inflación al 60. Tenés todos los precios relativos dados vuelta.

–¿Le llama la atención la calma social?

– Estoy maravillad­o, y creo que hay un trabajo del Estado en esto. Hay ocho o diez millones de pobres y es un pueblo tan pacífico... No sé si en otro lugar del mundo podría ocurrir algo así. Hay que trabajar mucho para salir de la pobreza. Mañana la Argentina puede tener granos de soja, Vaca Muerta con mucho gas, podés tener litio, pero lo más importante que necesitamo­s tener es una gran educación para el mundo que viene. Podremos comer y construir algo, pero el mundo que viene es el del conocimien­to, con gente con la capacidad para procesar en su

mente todo lo que va a venir en un mundo que es digital. Hoy, en la Argentina, de cada diez chicos, cuatro no hacen deporte, cinco o seis no reciben buena educación, chicos en estado de pobreza, hacinados, cuatro o cinco en una misma cama. Está lindo el ajuste, todo lo que hablan, pero nadie se pone a hablar de lo más importante: tenemos todos estos pobres, no se están educando ni alimentand­o como se tienen que alimentar. Ahora estamos hablando de la pelota, y cuando vos hablás de la pelota, River y Boca generan toda la atención. Todos te quieren hacer una nota, y yo te hago la nota, pero digo: ¡Paren! Vamos a hablar de otras cosas, también de educación. El fútbol pasa y no jugamos más, pero después de eso el país sigue, esos chicos sin educación y sin alimentaci­ón siguen. Aprovechem­os entonces al fútbol para cambiar eso. Como tengo mucha audiencia, hago hago un chivo. El mío es la educación.

–D’Onofrio quiere saltar a la política. ¿Correcto?

–No. Yo hago política todos los días, pero no política partidaria. Me reúno con Facundo Manes, con Juan Carr y con otras personas a pensar e idear desde un espacio políticas de Estado, políticas de educación. Buscamos gente que no quiera ser candidata, sino juntarse para armar un proyecto. Si dentro de unos años quieren ser candidatos, bueno, que lo sean. En River siempre tuvimos la idea de un proyecto, un equipo, un presidente. Así nos unimos, sin candidato. Acá en la Argentina es al revés. Primero se busca al iluminado, después el iluminado busca al equipo y después el equipo tiene que hacer un proyecto. Es al revés.

–D’Onofrio es peronista. ¿Correcto?

–No, soy peronista. radical y socialista... Soy un poco de todo eso. No, yo te voy a decir qué soy: hay alguien en la Argentina al que desaprovec­hamos, perdimos la oportunida­d de hacer un cambio histórico. Se llamó Arturo Frondizi, que fue el último gran estadista que tuvo la Argentina. Los demás tuvieron sus virtudes, Alfonsín las tuvo, cada uno las tuvo. Pero el estadista fue Frondizi. El que vio para dónde iba el mundo. Muchos militares se enojaron porque un día recibió al Ché Guevara, y buscó el autoabaste­cimiento de petróleo, y pensó en la educación, tuvo un sentido reformista… ¿Qué me siento? ¿Qué sos vos, Rodolfo? Yo me siento desarrolli­sta.

–Pero el MID no existe como fuerza política real. Tiene, si quiere, a un desarrolli­sta que es además hincha de River, el ministro Rogelio Frigerio.

–Frigerio me parece un gran ministro. Lo ha demostrado, por ejemplo,con algo tan importante como lograr el consenso para la aprobación de nada menos que el presupuest­o nacional. Y tenemos en la ciudad de Buenos Aires a un Rodríguez Larreta con una enorme capacidad para llevar adelante la ciudad. El año que viene, cada veinte días vamos a tener la inauguraci­ón de obras muy importante­s. El ciudadano tiene que estar más que feliz con lo que está pasando. Ahora bien, de la misma manera te digo que la cantidad de pobres subió. A la gente hay que darle soluciones reales y contarle cuál es el futuro que tiene por delante. Muchas veces lo que pasa es que la gente quiere saber cual va a ser su futuro. ¿Por qué envidiamos a otros países? Porque en ellos te podés labrar un futuro. Acá podés convertirt­e en pobre de la mañana a la noche. Lo que no puede ocurrir es que te digan que ya pasó lo peor y después venga un tormentón que se lleva todo puesto. Si a los ciudadanos nos hubieran avisado, quizá podríamos habernos puesto debajo de un techo y cubrirnos un poco más.

–En la entrevista de hace nueve días en el programa de Luis Novaresio dio la impresión de que el presidente Macri logró lo impensable: poner de acuerdo en todo a usted y a Daniel Angelici

–Sí, estábamos de acuerdo en que no queríamos visitantes. Durante un rato, el tema giró en torno a eso. Después de una hora, yo dije en determinad­o momento y para tratar de terminar con el tema, que el Presidente se equivocó. Pero cuando dije eso no era acusándolo al presidente de un error. El presidente tuvo una idea, la dijo, la expresó y nos dijo que ponía el Ministerio de Seguridad de la Nación y de la Ciudad para ver si se podía jugar. Lo único fue que no nos preguntó a nosotros los clubes si estábamos en capacidad para poder hacerlo.

–Muchas cosas que usted dijo en esta entrevista las dice también Macri. Pero a usted, cuando se lo escucha, se lo nota muy lejos del presidente, como si algo importante no le cerrara

–No estoy lejos. Este presidente y cualquiera que esté gobernando siempre va a tener mi colaboraci­ón y mi ayuda. Novaresio le preguntó en el programa a Angelici si habló con el presidente. “Sí, hablo, y hablo seguido”, dijo. Me preguntó a mí y mi respuesta fue que no hablo.

–¿No tuvo reuniones mano a mano con Macri?

–Dos veces lo vi, ya como presidente. Hubo un mano a mano, este año. Conversamo­s un ratito, bien, muy bien, de temas generales relacionad­os con el fútbol., Fue una reunión cordial y le agradezco mucho. Porque creo que como presidente de River puedo ayudar, dar una opinión. Es tan transversa­l River... Tenés desde el más millonario, como dice nuestro apodo, hasta el que no tiene una mo- neda. Entonces estás en contacto con toda la realidad de manera permanente.

–¿Le molesta que hable con Angelici y no con usted?

–No, a mí no me molesta, él tiene todo el derecho de elegir con quien habla.

–¿Tiene el whatsapp del presidente?

–No, no lo tengo. Y tampoco tengo por qué tenerlo.

–Sí, pero yo no lo tengo. Y que quede claro: no tengo ningún problema con el presidente y soy muy amigo de mucha gente que trabaja con él. No tengo problemas personales, pero me gustaría un país donde estemos mas juntos. Hay que juntarse, no rejuntarse. Soy economista, tengo amigos ortodoxos en economía y heterodoxo­s. ¿Por qué no nos juntamos y buscamos un camino común?

–¿Este gobierno fue ortodoxo o heterodoxo?

–En economía no fue ortodoxo. Todo el mundo está hablando de una economía liberal, y de liberal, hasta hace unos meses, tuvo poco. Creyeron que iban a llover inversione­s, que iban a ocurrir un montón de cosas. Evidenteme­nte las proyeccion­es que hicieron no se hicieron realidad. Cuando un país sufrió un default como el que tuvimos, si no tenés tus números más o menos en orden, es muy probable que te presten una vez, dos veces, pero si seguís teniendo los números en desorden no te van a prestar más. Habría que haber puesto los números un poco más en orden al principio, pero una cosa es decirlo desde afuera y otra cosa es estar gobernando.

–¿Tiene trato con la ex presidenta?

–No, no. ¿Qué me parece ella? Una gran política, una mujer que por algo tiene mucha gente que se identifica con ella ella. Todo lo demás espero que quede claro, todo este tema de los cuadernos. Si no tiene nada que ver, que no sea acusada de lo que no es, y si tiene que ver, que se haga responsabl­e de sus actos.

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“Si te ocupas en serio de un club como River, es muy intenso”, asegura su presidente

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