LA NACION

Huracán convive con el sufrimient­o, pero se acerca a racing

- Julián Lichene

Se enfrentaro­n dos equipos que son animadores del campeonato. Dos que están ahí, en el grupo de los que miran con ansias y esperanzas de alcanzar a Racing, el líder. Especialme­nte, Huracán, que debe un encuentro postergado con Argentinos Juniors y que, de ganarlo, lo acercaría más al conjunto que dirige Eduardo Coudet; hoy se encuentra a seis unidades.

Parecía que la lluvia iba a complicar el desarrollo del juego. Costó un rato que los equipos se acomodaran, pero algo estuvo claro desde el principio: Huracán, con la iniciativa y la búsqueda del gol, mientras que Godoy Cruz se mantuvo preparado para alguna contra.

La clave poco a poco estuvo en el medio campo. El tándem Damonte-Rossi no se cansó de quitar pelotas y, algunos metros más adelante, Pato Toranzo fue el encargado de la distribuci­ón. Atrás no había peligro y en ataque tanto Chávez como Gamba avisaban que iban a ser una sociedad incontenib­le para el Tomba.

Un zurdazo de Toranzo que pasó cerca del palo fue la primera señal. Un minuto después, el mismo volante robó una pelota, asistió a Gamba que mandó un centro por la izquierda que Chávez cabeceó de pique al suelo y a la red. Era el justo 1 a 0. Porque Godoy Cruz ni siquiera llegaba al área de Marcos Díaz. El “Morro” García vivió trotando por su sector de ataque esperando una pelota que nunca le llegó.

Al rato, el mismo Chávez casi mete el segundo con un zurdazo cruzado. Y llegando al final del primer tiempo hubo un penal por infracción a Briasco, después de un contraataq­ue letal comandado por Gamba. El exUnión lo cambió por gol y la ventaja se hizo importante. Para el local, porque ganó confianza, y en Godoy Cruz, porque empezó a rondar la sensación de que la remontada iba a ser muy cuesta arriba.

El Globo, con el transcurri­r de los minutos, tuvo menos intensidad, pero siempre pendiente de sentenciar el partido. Siguieron buscando Toranzo, Gamba y Chávez, pero esta vez los intentos no dieron sus frutos. Lentamente, el Globo se fue conformand­o y Godoy, ya sin el “Morro” García, empezó a deambular por al área quemera.

Poco antes del final descontó Gabriel Ávalos con un cabezazo y Huracán pareció dormirse. La gente levantó su voz para que el equipo no se cayera, ya que el empate era una posibilida­d. Los últimos minutos fueron de cierta angustia. Una igualdad injusta hubiese pegado fuerte en el equipo y en la hinchada. Entre Gamba, Garro y Mendoza, ingresados un rato antes, se encargaron de “dormir” la pelota en un córner. En este caso sirvió para que el tiempo pasara y Huracán se aferrara a los tres puntos que lo mantienen cerca de la punta. En tiempos de clásicos, el domingo próximo visitará a San Lorenzo. Los cantos de su hinchada lo recordaron desde el minuto cero.

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Télam el grito de gol de chávez, indispensa­ble para Huracán

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