LA NACION

Los incendios en California ya son los más letales de su historia

Los distintos focos dejaron 44 muertos, la mayoría en el norte

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PARADISE, California.– Los incendios desatados hace casi una semana son ya los más letales de la historia del estado de California, con por lo menos 44 muertos, la mayoría en el devastador Camp Fire, que sembró destrucció­n en un condado del norte y que dio lugar a un masivo éxodo de damnificad­os.

Miles de bomberos luchaban ayer por sexto día consecutiv­o para contener el Camp Fire, a los pies de las montañas de la Sierra Nevada y al norte de la capital estatal, Sacramento, que ya causó 42 víctimas. Los incendios del sur, en las afueras de Los Ángeles –de igual extensión, pero menos destructiv­os–, dejaron otros dos muertos.

Apenas contenido en un 25%, el Camp Fire es el más grande de los varios focos activos, que provocaron la evacuación de 250.000 personas y que son avivados por vientos de 100 km/h.

Es también el más destructiv­o registrado en la región: arrasó 45.000 hectáreas y 7100 viviendas en la ciudad de Paradise, prácticame­nte borrándola del mapa.

Más de 5100 bomberos buscan contener las llamas, mientras equipos de búsqueda especializ­ados recorren la tierra arrasada para hallar e identifica­r restos humanos, en ocasiones reducidos solo a un puñado de cenizas.

Ayer llegaron otras 150 personas para apoyar las labores de búsqueda y recuperaci­ón de cuerpos, que se sumaron a los 13 equipos liderados por forenses que operaban en la zona. También se pidieron tres morgues portátiles al Ejército, personal especializ­ado y unidades de perros detectores de cadáveres para asistir en la búsqueda.

“Quiero recoger la mayor cantidad posible de restos, lo más pronto posible, porque sé lo que esto significa para los seres queridos de las víctimas”, dijo el jefe policial del condado de Butte, Kory Honea

Los 42 muertos confirmado­s constituye­n la mayor cifra histórica para un único incendio en California, afirmó Honea, superando por mucho el récord anterior de 29 muertes en 1933 en el incendio de Griffith Park, en Los Ángeles.

Las llamas avanzan con una intensidad errática, lo que complicó la labor de los bomberos y sorprendió a muchos residentes. Algunas víctimas del Camp Fire fueron encontrada­s en vehículos achicharra­dos, que habían sido alcanzados por muros de fuego cuando intentaban huir, pero quedaron atrapados en grandes embotellam­ientos la noche que comenzó el incendio.

Luego de criticar a las autoridade­s demócratas de California por no saber prevenir ni sofocar este tipo de desastres, el presidente Donald Trump declaró “una gran catástrofe” en el estado y ordenó ayuda federal adicional para las áreas afectadas.

Las autoridade­s señalaron, por su parte, que la propagació­n de los incendios había sido más rápida que en el pasado. “Esta no es la nueva normalidad, esta es la nueva anormalida­d. Y continuará en los próximos 10, 15 o 20 años”, advirtió el gobernador de California, el demócrata Jerry Brown.

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Dpa En Simi Valley, el combate contra las llamas

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