LA NACION

Cómo hacer un tackle a las deudas

Sacar un crédito personal en el banco o en una fintech es la medicina más recomendad­a cuando la situación se complica

- Mónica Fernández

El salario viene perdiendo round tras round y si las cuentas no están muy ordenadas el riesgo de entrar en una espiral de deudas, préstamos y refinancia­ciones es peligrosa.

Mejor frenar la pelota a tiempo, analizar los números de la economía familiar y/o personal y tomar las medidas necesarias para ordenarse con un plan financiero sustentabl­e. Las tarjetas de crédito en este tipo de contextos de inflación y pérdida de poder adquisitiv­o pueden ser las grandes salvadoras –si se las usa con mesura– o pueden ser la piedra que nos hunda definitiva­mente.

La morosidad general con tarjetas de crédito empezó a subir, aunque se mantiene en niveles acotados, que según datos estadístic­os del Banco Central es de 3,2%. Este porcentaje no es alto especialme­nte si se lo compara con mercados más maduros, justamente por la escasa bancarizac­ión local. Como la tendencia va dibujándos­e hacia arriba algunos bancos –no todos– rápidos de reflejos subieron el porcentaje de monto mínimo que hay que pagar todos los meses por el consumo con tarjeta. Es decir financian menos. De un tradiciona­l 7% a 10% algunas entidades y para algunos segmentos de clientes lo llevaron a casi 25 por ciento.

Tomar las riendas

¿Qué hacer si la tarjeta de crédito está desbordada y todos los meses se refinancia parte del saldo? Bus- car asesoramie­nto para salir de esa “encerrona”. La tasa de interés que cobran las tarjetas es terribleme­nte alta, supera actualment­e el 120%/130% anual y el riesgo de que se convierta en una bola de nieve imposible de parar es más cercano de lo que muchos creen

Lionel Baragaño, gerente de productos activos y Medios de pago del Banco Itaú, cuenta que la estrategia del banco en estos momento va por la prevención. “Se está actuando en forma temprana al detectarse la falta de pago en los primeros días pasado el vencimient­o. Se consulta al cliente el motivo y se trabaja en conjunto para determinar cuál es la cuota que podría afrontar para ofrecer una solución acorde con el cliente”.

Educación financiera

En igual sentido va Ezequiel Fanelli Evans, gerente del Segmento personas de Banco Galicia. “El banco está trabajando mucho en educación financiera, y un primer módulo es justamente el manejo de la financiaci­ón con tarjeta de crédito”, explica.

“Lo primero que tenemos que proponerno­s para un uso responsabl­e de las tarjeta de crédito es evitar realizar únicamente el pago mínimo del resumen, no es una decisión inteligent­e”, apunta el ejecutivo del Galicia.

“¿por qué? porque si bien podemos pagar una parte de lo que debemos y el resto dejarlo para más adelante, a la deuda que quede pendiente se le sumarán intereses. Si en el resumen acumulamos gastos por $10.000 y pagamos solo $2500, por el saldo de $7500 se sumarán intereses que aumentarán mes a mes la deuda. Y si todos los meses seguimos sumando consumos y pagando el mínimo, vamos a tener una deuda insostenib­le, generando un efecto bola de nieve”, dice bien gráfico Fanelli Evans.

“La tarjeta de crédito es un producto crediticio de gran aceptación, pero su gran desventaja es que tiene tasa de interés variable y en tiempos de alta volatilida­d financiera la tasa que impacta en la refinancia­ción del saldo aumenta mucho y muy rápidament­e”, define alejandro Cosentino, CEO de afluenta, una de las fintechs que está operando localmente con créditos p2p y un “viejo” conocedor del mercado financiero y de tarjetas de crédito.

Cuotas y cierres

Baragaño pone sobre la mesa dos recomendac­iones para no llegar a momentos de crisis por deudas acumuladas: “Evaluar la cantidad de cuotas que tenemos pendientes antes de seguir incrementa­ndo los consumos y, en segundo término, tener claras las fechas de cierre de las tarjetas para conocer con exactitud los consumos que se deberán abonar”. La suma sin control de cuotas que parecen “inofensiva­s” es el talón de aquiles de muchos consumidor­es y donde se debe poner el alerta.

“Todo indica que la tendencia al alza de la cartera irregular va a continuar por lo menos hasta fin de año, por la inflación y por la caída del poder adquisitiv­o del salario, aunque la recomposic­ión salarial que se está negociando actualment­e puede mejorar el ingreso familiar de cara al inicio de 2019”, aporta Juan pablo Bruzzo, CEO de Moni, otra fintech local.

Desarmar la bomba

ahora bien, cuando la bomba ya está activada, es decir, cuando ya se acumularon deudas que se hacen imposibles de pagar a fin de mes y más aún cuando la “bola de nieve” se armó en más de un plástico, sea o no del mismo emisor, sea bancario o de las tarjetas de las cadenas de consumo masivo, se impone poner el freno de emergencia y evaluar las alternativ­as menos costosas y disponible­s para nuestro perfil de riesgo (que a esa altura segurament­e ya es elevado). La mejor opción para ordenarse es pedir un crédito personal en el banco o en una fintech. Las financiera­s son bastante más caras.

“a partir del segundo trimestre del año la preferenci­a de los clientes comenzó a inclinarse hacia la ‘Consolidac­ión de deuda/ refinancia­ción de la tarjeta de crédito”, cuenta Cosentino respecto de los destinos principale­s para los cuales los clientes de afluenta tramitan un préstamo. “pasó a ocupar la segunda posición, detrás de refacción de vivienda, con un porcentaje total del 20,16% desplazand­o a un destino tradiciona­l como ‘compra o arreglo del auto’”.

En las entidades bancarias los créditos personales con tasa preferenci­al, es decir, para sus “mejores” clientes parten de un interés anual del 60%/65%, de ahí para arriba. Siempre hay que mirar la columna que dice CFT (Costo Financiero Total), que es donde están incluidos además de la tasa de interés los gastos y los impuestos. Sea en el banco o en una plataforma online, el costo siempre será menor que el 130% de la tarjeta de crédito y a más largo plazo (24/48 meses). Da certeza, y reduce el estrés financiero: eso sí tiene que venir con un cambio de hábitos.

“Nuestras tasas comienzan ocho puntos por debajo de las institucio­nes bancarias tradiciona­les, y muy por debajo de las financiera­s”, dice el CEO de afluenta. Bruzzo, señala que “los clientes de Moni pagan un promedio de TNa del 69% y una comisión por uso de la plataforma, que en el caso de los préstamos en promedio es de $500 que se abonan con la toma de un crédito.

Los bancos también acompañan a sus clientes en el proceso de consolidar deudas, y como en todos los casos la tasa de interés que se aplicará dependerá del scoring o la trayectori­a de ese cliente, del tipo de ingreso que tenga (relación de dependenci­a o independie­nte), si cobra su sueldo en el banco y, obviamente, el monto a solicitar. Comparar opciones, no casarse con la primera alternativ­a, y sacar cuentas de los costos totales (no solo de los que aparecen en la publicidad) es el mejor camino para sanear la economía.

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ShUTTErSTo­Ck pagar el mínimo de la tarjeta es peligroso

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