LA NACION

Las posibles salidas a un proceso turbulento

Los próximos días serán determinan­tes para definir el futuro de May y de su plan para el Brexit acordado con la UE

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La lucha de poder de los conservado­res

theresa May deberá hacer frente a un voto de censura si por lo menos 48 diputados de su partido conservado­r (el 15% de los miembros de la agrupación en el parlamento) piden un nuevo líder. Varios diputados dijeron que están cerca de alcanzar ese número. en caso de ser así, una mayoría de los 315 legislador­es del partido debería votar contra ella para hacerla caer. si el movimiento fracasa, no podrá organizars­e otra votación de este tipo antes de un año y ya sería demasiado tarde para intentarlo. Una victoria reforzaría la posición de May y le permitiría hacer avanzar su proyecto de acuerdo para la salida de la Unión europea (Ue), prevista para el 29 de marzo próximo.

El impacto tras la posible moción

si May fuera derrotada en la moción de censura, se elegiría un nuevo líder entre dos candidatos selecciona­dos por los diputados del partido conservado­r, lo que demoraría semana o meses. eso tendría un impacto en la agenda del brexit y además un nuevo primer ministro podría querer reabrir las negociacio­nes con bruselas. pero May, que ya superó varias crisis desde su llegada al poder, en 2016, podría sobrevivir a la moción y conseguir el acuerdo del parlamento para su proyecto. necesitarí­a el apoyo de los diez diputados del partido unionista de irlanda del norte (dup) y de algunos diputados de la oposición laborista para paliar las defeccione­s previstas en su propio bando.

Qué pasaría si se rechazara el acuerdo

si el parlamento rechazara el acuerdo, habría dos posibilida­des. la primera es que los diputados le pidieran a May una renegociac­ión del acuerdo con la Ue, una hipótesis que la parte europea no quiere contemplar, pero que no está completame­nte descartada. la segunda es que fuera esta vez la oposición laborista la que pidiera una moción de censura contra el gobierno y, así, desate una convocator­ia a elecciones anticipada­s. sería la segunda votación anticipada en dos años, después de que May la convocó en junio de 2017 para reforzar su posición y, en cambio, perdió la mayoría absoluta. aún sin moción de censura, los diputados podrían votar a favor de nuevas elecciones.

El recurso extremo de salir a la fuerza

existe una variante mucho más drástica que al menos en los papeles no se puede descartar completame­nte: si el parlamento rechazara el texto o un nuevo dirigente se negara a seguir en conversaci­ones con la Ue, el brexit se podría hacer sin acuerdo de retirada. es un escenario catastrófi­co para los medios económicos y financiero­s británicos. la ruptura brutal, aunque el gobierno se haya preparado para eso, provocaría grandes atascos en los puertos que unen Gran bretaña con el resto del continente, privaría a los ciudadanos europeos de su estatuto privilegia­do y podría impedir que los aviones británicos volaran a europa y otros destinos del mundo.

Otro referéndum para seguir en la UE

la idea de un segundo referéndum no deja de ganar adeptos, aunque May la haya descartado categórica­mente. en la consulta se podría preguntar a los británicos qué piensan del contenido del acuerdo obtenido por la premier e, incluso, plantearse anularlo todo y acabar con el brexit. pero la aritmética parlamenta­ria y los plazos representa­n grandes obstáculos. Una mayoría de diputados debería estar de acuerdo en convocar la consulta, pero la mayoría de los conservado­res no son partidario­s de hacerlo. además, se necesitarí­an al menos cinco meses para organizar un referéndum, lo que implicaría retrasar la fecha de salida, a condición de que la Ue esté de acuerdo.

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