Cristina, en la contracumbre
Ante intelectuales y militantes, dijo que en el frente político que quiere construir “hay pañuelos verdes y pañuelos celestes”; comparó a Macri con Bolsonaro
Fue una de las protagonistas junto a Dilma Rousseff.
En el papel de armadora principal de un frente electoral opositor, Cristina Kirchner aprovechó ayer su disertación en el Foro Mundial de Pensamiento Crítico para convocar a la unidad de todos los sectores “agredidos por el neoliberalismo” y, con ese objetivo, pidió dejar atrás la división provocada por el debate sobre la legalización del aborto.
“En nuestro espacio hay pañuelos verdes y pañuelos celestes. Tenemos que aprender a aceptar eso, sin llevarlo a la división de fuerzas”, dijo, ante intelectuales y militantes que participan de la “contracumbre” del G-20. Frente a algunos murmullos y gestos de mujeres del público que agitaban las manos de un lado a otro para decir que no, la expresidenta insistió: “Esto puede no gustar, pero es lo que pienso. Y ya saben ustedes, podré tener muchos defectos, pero mentirosa no soy. Y no pienso empezar [a mentir] ahora”.
Entonces hubo un aplauso moderado, que operó como punto y aparte, y le permitió a Cristina pasar a otro tema. Por el ámbito en el que se produjo, el pedido fue transgresor. Los pañuelos verdes podían verse en buena parte de las muñecas y mochilas de los hombres y mujeres que colmaron el microestadio de Ferro. Las reivindicaciones feministas son parte de la agenda del encuentro organizada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), del que también participan Dilma Rousseff, José Mujica y el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera.
Con su definición, Cristina procuró ampliar las fronteras del frente que se propone construir. Antes de dar cobijo a los detractores de la legalización del aborto, dedicó fuertes críticas al gobierno de Mauricio Macri, al que acusó de aumentar la pobreza y la inseguridad, y propuso dejar atrás las categorías de derecha e izquierda. “Debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico, patriótico, en el cual se agrupen todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberalismo. Que no es de derecha ni de izquierda”, señaló, durante un discurso de poco más de una hora, bajo el rótulo “capitalismo, neoliberalismo y crisis de la democracia”.
La combinación entre el tono académico y el espíritu militante, que marcó las primeras intervenciones del foro, quedó desbalanceada en los instantes previos al discurso de Cristina. Las 3000 personas ubicadas dentro del microestadio, dirigentes, profesores y militantes, se unieron en cantitos de aliento a la expresidenta y en contra el juez Bonadio.
Cuando ella subió al escenario, minutos después de las 13.30, todos se pusieron de pie, algunos se pararon en las sillas desplegadas en el salón y tronó el grito de campaña de la militancia kirchnerista: “¡Vamos a volver!”. Unas 20.000 personas siguieron el discurso desde la cancha auxiliar y desde la calle, en un feriado atípico en el barrio de Caballito.
Antes de desarrollar su análisis sobre los orígenes y efectos del neoliberalismo, Cristina trazó una comparación entre la situación económica de fines de 2015 y la actual. “¿Saben por qué la gente aguanta tanto ajuste? Porque hay un colchón de entramado social que construimos nosotros. Porque todavía tenemos trabajadores registrados ocupados, porque tenemos las AUH, las jubilaciones”, sostuvo, y pidió que le pasaran un vaso con agua. “Dios
Cristina Kirchner expresidenta “esto no es ninguna contracumbre. nosotros como espacio progresista debemos acostumbrarnos a no presentarnos como la contra”
“el gobierno debió haber tomado las elecciones de medio término no como una confirmación de sus políticas, sino como una alerta. porque el blindaje mediático tiene un problema: te ayuda, pero en algún momento te confunde”
“Hoy algunos Hitlers modernos acusan a los inmigrantes de que en el país no haya trabajo”
Dilma Rousseff expresidenta de brasil “brasil entró en un camino trágico, porque corremos el riesgo de salir de la democracia y entrar en una variante neoliberal y neofascista”
“tenemos que hacer todas las alianzas necesarias para combatirlos, esa es nuestra solución”
mío, ¡qué calor!”, se quejó, con la blusa transpirada, ante el secretario ejecutivo de Clacso, Pablo Gentili, que la acompañó en el escenario. En el galpón de techo de chapa la temperatura era insoportable. Agustín Rossi, Martín Sabbatella, Fernando Espinoza y otros dirigentes kirchneristas sentados en primera fila se abanicaban con el programa de actividades del foro.
Cristina se ganó una ovación minutos después cuando, al hablar de la igualdad y la ruptura de los lazos de solidaridad, destacó la necesidad de diferenciación que tienen los seres humanos, en contraste con los animales. La reflexión terminó con una broma. “Los gatos son todos gatos”, dijo, y arrancó las primeras risas. Después remató: “Los perros son todos perros y las yeguas son todas yeguas”.
Tras plantear las características del frente político que quiere construir, la expresidenta deslizó de manera elíptica la necesidad de encarar una reforma constitucional, en línea con el planteo que hizo La Cámpora unos meses atrás. “Estamos con el mismo sistema de gobierno de cuando no había luz eléctrica. ¿Alguien se sacaría una muela como se sacaban en 1989? Hay que repensar nuevas arquitecturas institucionales que reflejen la nueva estructura de poder”, dijo.
En el cierre, Cristina reveló que en el camarín había estado hablando con Rousseff acerca de las diferencias entre los gobiernos de Brasil y de la Argentina. La expresidenta entabló entonces una comparación entre Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. Dijo que el brasileño tenía “la desinhibición de decir lo que piensa”, denunció que el presidente argentino mintió durante la campaña, dado que nunca explicitó lo que iba a hacer en el gobierno.