Un nuevo escollo para sellar un Brexit ordenado: la soberanía de Gibraltar
El gobierno de Sánchez exige “negociaciones directas” con Londres
MADRiD.– como si tuviera pocas, a la primera ministra británica, Theresa May, le entró una nueva piedra en el zapato donde menos lo esperaba: en los condicionamientos sobre Gibraltar que expuso España para aprobar su propuesta de salida de la Unión Europea (Brexit).
De modo sorpresivo, el gobierno socialista de Pedro Sánchez condicionó su respaldo político a que se le garanticen “negociaciones directas” con Londres sobre el futuro del peñón cuya soberanía reclama.
“Queremos que eso quede bien claro en el texto de la propuesta de salida”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores español, Joseph Borrell.
La primera ministra británica enfrenta con esa nueva dificultad una semana crucial tanto para la supervivencia de su propuesta de Brexit como para su propio gobierno, amenazado por los cuestionamientos a ese documento.
May espera que el texto sea respaldado por el Parlamento británico y aprobado por la mayoría de los 27 socios de la UE. Pero parece difícil que esto ocurra con una España descontenta con un tema tan sensible como lo es el futuro del peñón.
Pedido de garantías
En un principio, el ministerio español celebró la propuesta para el futuro del pequeño territorio. “Establece lazos de cooperación inéditos”, había dicho.
Pero tras una lectura atenta del texto final, de más de 500 páginas, la situación no se vio clara y exigió garantías.
El problema es que nada del texto parece poder cambiarse, a riesgo de abrir una catarata incierta de modificaciones, por lo que se busca una salida alternativa bajo la forma de un anexo o una fórmula por el estilo.
“Lo que no podemos es dar el visto bueno si no tenemos garantías”, dijo Borrell.
El ministro quiere que quede claro –y no sujeto a interpretaciones– que la propuesta de Brexit “no es extensiva” a las conversaciones sobre Gibraltar.
El problema está en el artículo 184 de la propuesta de salida. Allí se habla de la aplicación de los acuerdos entre Londres y la UE una vez agotado el llamado “período de transición”, que culminará en diciembre de 2020.
El reclamo de España exige claridad en el sentido de que eso no incluye las conversaciones sobre Gibraltar, para las que se reserva una negociación directa entre Londres y Madrid.
En todo caso, la fórmula que lo clarifique debe encontrarse antes del consejo Europeo extraordinario del próximo domingo, convocado, precisamente, para evaluar la propuesta de Brexit.