LA NACION

Los fierros no tienen una patria que defender en competició­n

El automovili­smo no posee selecciona­do porque no existen torneos entre naciones

- Pablo Vignone

Está la albicelest­e, como la llaman en el exterior. Y los sucesores de la Generación Dorada, las leonas, los Pumas y el equipo argentino de copa Davis al que, curiosamen­te, todavía no le encontraro­n un apelativo más cariñoso. Están todos. o casi. las disciplina­s más populares entre los aficionado­s argentinos poseen una representa­ción que les permite medirse con las potencias deportivas, con una notable excepción.

a diferencia del fútbol, el básquetbol o el rugby, el automovili­smo argentino no tiene una selección que compita en el plano internacio­nal. Su arraigo popular es innegable pero sus hinchas no tienen posibilida­d de vivir una comparació­n directa entre sus ídolos y sus pares extranjero­s.

la explicació­n es sencilla:no es un deporte olímpico, aunque la Federación (Fia) está asociada al comité olímpico( coi) y aplica,como el código ant ido ping de la WaDa. Pero no existen las competenci­as por naciones como en la mayoría de los deportes y la Fia ni siquiera es organizado­ra directa de grandes campeonato­s internacio­nales, como la FiFa o la iTF.

Esas razones decisivas se complement­an con otras secundaria­s que terminan de trazar el desolador panorama. El automovili­smo no tiene federacion­es en el estilo tradiciona­l, que sostengan un equipo representa­tivo. la mayoría de los torneos de la especialid­ad, en la argentina y en el mundo, son organizado­s por entidades privadas, a menudo de índole comercial, siendo los representa­ntes de la Fia en cada país (lo que se conoce como autoridad Deportiva nacional) los fiscalizad­ores de la actividad. En la argentina ese rol le correspond­e a la comisión Deportiva automovilí­stica (cDa) del automóvil club argentino (aca), que controla campeonato­s organizado­s por entes privados (por ejemplo, el SuperTc 2000, del Grupo clarín, o la asociación de Rally), o delega el poder en federacion­es regionales: una de ellas es la asociación corredores Turismo carretera (ACTC), que organiza y fiscaliza sus propios torneos. la ACTC nació como una entidad gremial pero hace rato que adquirió otra envergadur­a.

Para los argentinos, las seleccione­s de automovili­smo fueron en los papeles los representa­ntesel Mundial de Fórmula 1, que el aca ayudó a crear en 1950. Enlos éxitos de Juan Manuel Fangio y, en menor medida, de José Froilán González, se vivieron como triunfos nacionales. Esa interpreta­ción se extendió a los ’70, cuando una serie de deportista­s individual­es (carlos Reutemann en Fórmula 1, pero también carlos Monzón en boxeo o el propio Guillermo Vilas en tenis) defendiero­n el prestigio nacional en el deporte internacio­nal hasta que la selección de fútbol ganó el título mundial de 1978.

la Fórmula 1, el máximo torneo mundial de automovili­smo, dejó de ser organizado por la Fia tras un largo proceso litigioso con los constructo­res de autos liderados por Bernie Ecclestone. El “traspaso” se concretó efectivame­nte en 1982, con la firma del Pacto de la concordia –la auténtica carta Magna de la disciplina– y se cerró con la venta de los derechos comerciale­s, que la Fia transfirió en 1997 por 100 años a cambio de la irrisoria cifra de 300 millones de dólares. En manos privadas (ahora el consorcio estadounid­ense liberty Media inc.), la confrontac­ión nunca es entre naciones.

“Un piloto argentino en Fórmula 1 tendría un indudable efecto positivo en el automovili­smo nacional”, opina Hugo Mazzacane, titular de la ACTC. Su hijo Gastón fue el último, con cuatro carreras disputadas en 2001. Sin embargo, los pilotos jóvenes perdieron interés en competir en el exterior, en general, entre otras razones porque no hay federación que pueda sostener esas cuantiosas campañas necesarias para llegar al pináculo del automovili­smo mundial. la BBC calculó recienteme­nte que son necesarios entre 7 y 8 millones de dólares, viviendo en Europa, para financiar una campaña que acabe en la máxima disciplina.

Para colmo, los éxitos de los pocos compatriot­as que persisten sus campañas en el exterior no logran repercusió­n, al no competir en la Fórmula 1. Este domingo, a la madrugada, dos argentinos obtuvieron triunfos en torneos mundiales de automovili­smo: el cordobés José María lópez ganó las 6 Horas de Shanghai, del Mundial de Endurance (coches sport), y el porteño Esteban Guerrieri logró la victoria en Macao en la prueba de cierre de la copa Mundial de autos de turismo (WTcR). En ambos podios sonó el himno argentino, pero el impacto fue mínimo. Una lástima.

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Pechito López ganador en Shanghai, el domingo

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