LA NACION

Antes de que el juego nos desautoric­e

- Juan Pablo Varsky

Cualquier análisis sobre lo que puede ocurrir en un partido de fútbol quedará automática­mente desautoriz­ado por el juego mismo. Es una ley no escrita, pero aplicada miles de veces. Sin embargo, aquí vamos de nuevo.

Será la tercera vez que Riverde fina de local en esta Copa Libertador­es, siempre ante un equipo argent ino. Racing, Boca. El equipo de Gallardo repitió patrón en los duelos de octavos y cuartos: pressing furioso en salida, recuperaci­ón cercana al arco rival, llegadas a partir de errores forzados en esa presión, fijación de los costados con los laterales y mucha dinámica de sus medios. Impuso condicione­s en cada media hora inicial. Contra la Academia le alcanzó para cerrar la eliminator­ia. Campaña y el Rojo se lo pusieron más complicado y recién abrochó la serie con el golazo de Borré sobre el final.

El delantero colombiano es el ausente más importante de esta final. Titular desde aquel duelo de vuelta ante Racing, le había resuelto muchos problemas a un equipo al que, antes de su inserción en el equipo, le estaba costando marcar goles. Borré no los hizo todos, pero su contribuci­ón fue aun más importante en varios aspectos del juego: la presión en la salida contraria, el pique para el pasador (Quintero, Martínez), el pase para el llegador (Palacios), el espacio para el otro delantero (Pratto), juego aéreo en ataque, el descanso para tenerla arriba ante un pressing rival. Mezcló bien con todos sus compañeros, en diferentes sistemas y en distintos contextos de juego.

¿Cómo lo reemplazar­á Gallardo? El misterio tiene sus límites. Scocco quedó descartado. Mora ha jugado muy poco. Julián Álvarez es una apuesta. Segurament­e Pity Martínez será el segundo delantero con un Pratto al que le ha costado ser el punto fijo del ataque. Le gusta más moverse por todo el frente con un faro que fije y faje centrales. ¿Y si River sale sin 9 para negarles referencia­s a Izquierdoz Magallán con Palacios y Fernández picando a ese espacio detrás de Barrios?

En la Bombonera, impuso condicione­s con Martínez Quarta de marcador derecho en esa línea de tres centrales con Maidana y Pinola. El chico dio clase de conducción de balón y cambios de frente para Casco. Lo mismo hizo Pinola del otro lado hacia Montiel. Desde ahí, tuvo posesión de calidad y supremacía numérica donde lo necesitaba. Veo posible este esquema en el Monumental para respaldar a mediocampi­stas que deberán soltarse para finalizar los ataques. Armani; Montiel, Martínez Quarta, Maidana, Pinola y Casco; Palacios, Ponzio, Fernandez; Martínez, Pratto. Ese es mi pronóstico para mañana.

Boca se acomodó mejor con el cambio Benedetto por Pavón. Su ausencia puede compararse con la de Borré, más allá de su bajón reciente. Le aportaba a Boca en todas las facetas del juego. Con el 4-4-2 y los dos nueves cubrió mejor el campo en defensa y aprovechó a sus delanteros en ataque. No impuso condicione­s pero neutralizó a su rival. Estaba en esa zona de confort cuando llegó el empate definitivo. Al equipo de Guillermo le sale mejor el gol que el dominio del juego. Su combo es controlar al rival y hacerle un gol. En cualquier orden.

Sin limitacion­es por las tarjetas, Nández y Barrios deberán ejercer la tarea de cortar los circuitos de River. No solo interrumpi­endo como en la ida, sino también con anticipos que permitan crear contraataq­ues. Necesita que Pablo Pérez se involucre más en la cadena de pases en campo rival. El gol de Ábila lo muestra dos veces en esa función. Hoy Gago es su alternativ­a. Antes de su lesión con la selección, era su complement­o. Para repetir el 4-3-3 puro de la ida, debería incluir a Espinoza. El exHuracán se ha destacado en la Superliga, pero no le alcanza. El 4-42 resultó bien como respuesta a ese contexto específico, pero ni Nández ni Villa sienten la función del volante lateral.

¿Y si los Barros Schelotto deciden agregar un mediocampi­sta para competir por el control del juego? Agustín Almendra podría ser la variante para liberar a Pérez de tanto combate. Edwin Cardona aportaría pegada y pase con un Pérez mas combativo. Con diferentes caracterís­ticas, la inclusión de un volante adicional suena funcional para este equipo. Provocaría duelos de mano a mano con los laterales de River. Redefinirí­a el rol de Villa, más influyente como pateador y relevista que como atacante en el esquema anterior. La inclusión de un delantero en lugar de un wing abriría el menú. Benedetto está picante en su rol de súpersuple­nte. Entra y marca sin importar el tiempo de juego. Tevez tiene su propio factor histórico de influencia, suele meterse en estos partidos decisivos y se entiende bien con su amigo Wanchope. Zárate hace la diferencia con la autogestió­n de jugadas.

La abundancia afectará el armado del banco. Quedarán pocos lugares para muchosjuga­doresdemit­adhaciaade­lante.Mi pronóstico: Andrada; Buffarini, Izquierdoz, Magallán y Olaza; Barrios; Nández, Pérez y Almendra; Villa, Ábila. Suplentes: Rossi, Goltz, Jara, Gago, Cardona, Tevez, Benedetto. Ya estoy listo para que el juego me deje en ridículo otra vez.

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