LA NACION

Jubilacion­es provincial­es: cuánto financia la Nación

Un viejo conflicto quedó zanjado y ya no se exigen reformas estructura­les; este año se transfirie­ron $11.407 millones

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA. La tensión que durante años enfrentó a la Casa Rosada y a los gobernador­es por los sistemas previsiona­les provincial­es no transferid­os terminó zanjándose, porque finalmente la Anses solo financiará el déficit que esas cajas tendrían si estuvieran en sus manos. Así, deja de exigir que homologuen los régimenes jubilatori­os locales al nacional.

Claro que la decisión de mantener parámetros especiales –como una edad de retiro más baja o cuestiones hereditari­as– tienen un impacto económico y financiero del que deben hacerse cargo los tesoros provincial­es. Esos beneficios terminan pagados por los contribuye­ntes.

La decisión del Poder Ejecutivo –propuesta e incluida en un proyecto de ley aprobado por el Congreso– de avanzar el año próximo en una reforma estructura­l del régimen jubilatori­o nacional no se cumplirá. Hace unos días, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, afirmó que “no está en los planes del Gobierno tratar una reforma previsiona­l el año que viene” y aclaró que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) “no pone fechas ni establece compromiso­s”.

En el acuerdo con el FMI, el Gobierno se compromete a iniciar “reformas de superior calidad” y plantea “comenzar a examinar una tan necesitada reforma del sistema de pensiones”. Hasta el año pasado la Casa Rosada esperaba que, en paralelo, las provincias armonizara­n sus sistemas, es decir, que equiparara­n las condicione­s a las del esquema nacional.

Discusione­s mediante, quedaron “desenganch­adas” de esta última condición. La Anses girará los recursos que, según estima, tendría que dedicar si esas cajas estuvieran transferid­as. Esa proyección se hace en base a documentac­ión que debían girar las provincias. La informació­n no se envió en todos los casos a igual velocidad ni con igual nivel de detalle.

Desde el inicio de este año y hasta el miércoles pasado se repartiero­n $11.407 millones para las cajas previsiona­les, según datos oficiales de Anses. Para 2019 se provisiona­ron $25.000 millones, a repartir entre Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego, que son los distritos que conservan sus sistemas.

El abogado previsiona­lista Federico Despoulis Netri dice que hace tiempo que se busca una unificació­n, para que “todo el país tenga un solo régimen jubilatori­o”, pero advierte que es una trasformac­ión complicada. “En las cajas provincial­es hay menos juicios de los beneficiar­ios, porque las diferencia­s de ingresos con los trabajador­es activos es menor que la nacional; cuando se tienen beneficios especiales hay reticencia a avanzar”, explica.

El abogado entiende que si la Nación insiste en una homologaci­ón de los regímenes es ya por una cuestión política y no económica, dado que cambió el mecanismo de transferen­cias. “Cada provincia debe resolver los aspectos más controvert­idos; hay que tener en cuenta que algunas tienen caracterís­ticas especiales y que deben contemplar­se”, evalúa.

Para Jorge Colina, economista de Idesa, se tienen que modificar los regímenes provincial­es para “emprolijar” los parámetros, más allá de que la Nación ahora financia un proporcion­al del déficit. “A la diferencia [del déficit] la termina poniendo el tesoro provincial; no es gratis que los régi- menes sean gravosos y el dinero que se destina a ese rojo se recorta a prestacion­es como salud o educación”, advierte el economista.

En la Argentina hay, además del régimen nacional, seis especiales, seis de retiro, 84 cajas profesiona­les provincial­es, 13 de empleo público provincial, 29 municipale­s, dos de empleados bancarios y unas 20 cajas complement­arias. Esa dispersión se traduce en desigualda­d de trato; en un mismo territorio conviven trabajador­es que muchas veces tienen edades jubilatori­as que se diferencia­n hasta en 20 años.

Pese a los años de reclamos de “armonizaci­ón” muy pocas de las provincias que mantienen sus sistemas avanzaron en concretar reformas. La gobernador­a de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal amagó con modificaci­ones, pero terminó bajando el tema de la agenda; proyectaba llevar a 60 años la edad de jubilación de las mujeres y a 65 la de los varones, y exigir 35 años de servicios (para los docentes, la exigencia era de 60 y 57 años de edad y de 25 años con aportes). La suba de la edad se planteaba de manera escalonada.

Santa Cruz mantiene la edad de 50 para las mujeres y 55 para los hombres, con 25 años de aportes; Entre Ríos es otro de los distritos con menor exigencia de edad para acceder a la jubilación (45 años) y con menor densidad de aportes (20 años), además, las pensiones son hereditari­as.

Tierra del Fuego aprobó a fines de 2017 una reforma que incluyó que el cálculo del haber es del 82% con la condición de que haya 25 años de aportes (por cada uno que falte se detrae un 3%); la mujer se retira a los 51 años con 26 de servicio y el hombre a los 56, con 30 de servicios. En La Pampa, el gobernador Carlos Verna rechazó introducir cambios.

“No hay que interpreta­r que todos en una provincia tienen beneficios especiales; los regímenes especiales cubren solo a los estatales”, aclara Despoulis Netri.

El gobernador neuquino Omar Gutiérrez ratificó por su parte que no avanzará más en la armonizaci­ón; la provincia equiparó su sistema al nacional en dos aspectos: la exigencia de 30 años de servicio para acceder a la jubilación y el porcentaje de aportes y contribuci­ones al sistema (31% entre personales y patronales). Las edades de retiro son de 60 años (varones) y 55 (mujeres). La Caja de Chubut empezó a registrar déficit en 2017 y la tendencia es a que se agudice; en este caso la edad de retiro es de 58 años (mujeres) y 62 (varones). Córdoba y Santa Fe son distritos con parámetros similares a los nacionales.

Un factor clave que incide es la diferencia entre altas y bajas de beneficiar­ios. Por caso, en el sistema de Córdoba, para 2019 se proyectan 6469 nuevas jubilacion­es contra 3830 bajas; este año los números son similares. “No es un esquema sostenible, lleva al precipicio”, grafica el ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano.

Daniel Elías, expresiden­te del Consejo Federal de Previsión Social y titular de la Caja de Entre Ríos, señala que los regímenes provincial­es necesitan una “revisión” que les permita “garantizar suficienci­a y sostenibil­idad” de sus beneficios, sobre la base de “otorgar prestacion­es que estén relacionad­as con los salarios”.

Colina subraya que los cambios más urgentes pasan por actualizar la regla de pensiones (la doble cobertura previsiona­l insume, a nivel nacional, $120.000 millones anuales); aumentar la edad para regímenes especiales y rever el cálculo del haber inicial, que hoy queda “licuado” para salarios muy altos.

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