“Que le den la Copa a River, que tiene tanto peso en la Conmebol”
Tevez y Benedetto dijeron que Boca fue presionado para jugar; los dirigentes analizaban pedir los puntos por la agresión hacia el plantel
Boca dejó el vestuario visitante del Monumental a las 20.45 de ayer. Con enojos, fastidios y malhumor del plantel, los dirigentes y el cuerpo técnico. Y ya de madrugada el club analizaba la posibilidad de pedir los puntos en la Conmebol. La agresión que sufrieron los futbolistas había dejado más de una herida abierta.
Pablo Pérez lucía un vendaje sobre su ojo izquierdo: había sufrido una úlcera generada por una astilla de vidrio desprendida de una de las ventanas del micro que estalló como consecuencia de un proyectil en la llegada al estadio. Se reía el capitán de Boca cuando le preguntaron si iba a estar en condiciones de jugar hoy. Se reía por no llorar. Porque fue a jugar un partido de fútbol y casi vuelve a su casa con un ojo menos. Si esta tarde hay final, el Nº 8 está descartado por esa lesión.
Boca se fue shockeado. Sin ganas de volver. El rostro desencajado de Guillermo Barros Schelotto resumía todo. Y las voces cantantes fueron los jugadores. “Estamos todos tristes. Acá perdió el fútbol. Era una fiesta, pero ahora nos fuimos de otra manera. Lo de la Conmebol fue una vergüenza. Teníamos a Pablo Pérez en el hospital y nos obligaban a jugar. ¿Por qué no le dan directo la Copa a River?. Que River haga lo que se le cante, que es lo que hace siempre”, disparó Tevez. “Que le den la Copa a River, que tiene tanto peso en la Conmebol”, había lanzado Benedetto antes. El mensaje del plantel estaba unificado. Durante toda la tarde sintieron que lo único que importaba era sostener a toda costa el millonario negocio de la televisación vendida a todo el mundo. El enojo estaba enfocado en que nadie se preocupaba por las personas. Incluso Tevez ironizó en relación a la visita de Marcelo Gallardo, cerca de las 20: “Fue muy inteligente. Igual tuvo siete horas para venir...”
Boca tenía decidido no salir a jugar desde las 16.30. El desconcierto era total porque mientras la Conmebol anunciaba porTwit ter( ya través de los altoparlantes) la posterga ciónpa ralas 18, y luego para las 19.15, en el vestuario había futbolistas vomitando o tirados en las camillas. Los más afectados por los gases fueron Te vez, Cardo na, Almendra,Ábila, Gago y Ben ed et to .“¡ Hijos de puta !”, gritó el uruguayoNández mientras ingresaba al vestuario dándole trompadas a las paredes.
A las 17.15 ingresó una bandeja con los sándwiches de milanesa que los jugadores iban a cenar tras el partido. A las 17.51 volvieron Angelici y Gribaudo de la segunda reunión con D’Onofrio y la Conmebol. Y 18.15 salieron a hablar Tevez y Gago. “Nos están obligando a jugar”, denunciaron. Eso terminó de torcer la balanza del sentido común. Una jugada que Boca sintió como un pequeño triunfo dirigencial en medio de una tarde plagada de derrotas.