Tras una nueva suspensión, la final se juega en los escritorios de la Conmebol
Boca pidió que se sancione a River y ser declarado campeón; Angelici y D’Onofrio se reunirán mañana, en Asunción; Rodríguez Larreta admitió errores en el operativo de seguridad y vinculó la violencia con un allanamiento a la barra brava; los 30 detenidos
Tras un sábado para el espanto, un domingo de renovada decepción. El partido de vuelta por la final de la Copa Libertadores entre River y Boca volvió a ser suspendido, después de que el club de la Ribera se negó a jugar. “Nos debemos al hincha de Boca”, dijo ayer el presidente del club, Daniel Angelici, al explicar las razones de la presentación que hizo ante la Conmebol, que derivó en una nueva suspensión del partido.
En ese documento, Boca detalla las agresiones sufridas por sus jugadores antes del frustrado partido de anteayer y pide una sanción a River que lo convertiría en el dueño del título. “Sé lo que sienten con respecto al 2015”, dijo Angelici, que recordó así el escándalo en los octavos de final de la Libertadores hace tres años, cuando los jugadores de River fueron atacados con gas pimienta en la Bombonera,episodioquedeterminó la descalificación de Boca del torneo. El Tribunal de Disciplina de la Conmebol debe decidir ahora si hace lugar al pedido de Boca, después de que el micro que trasladaba al equipo fue atacado a pedradas cerca del estadio Monumental. Angelici y su par de River, Rodolfo D’Onofrio, se reunirán mañana en Asunción con Alejandro Domínguez, el presidente de la confederación sudamericana.
El jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, vinculó los incidentes con el allanamiento de la vivienda de un barrabrava de River el viernes, en el que se secuestraron siete millones de pesos, 15.000 dólares y 300 entradas. Cuando faltan pocos días para el inicio del G-20, admitió fallas en el dispositivo de seguridad, que dividió aguas entre los responsables del área de la Nación y la Ciudad. Ayer fueron liberados los 30 detenidos del sábado.