LA NACION

Se paga menos por Ganancias, pero más por otros impuestos

Subió la cantidad de empleados afectados, pero les insume un porcentaje menor de su sueldo; alzas en Ingresos Brutos y municipale­s

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Más trabajador­es pagan Ganancias, aunque a tasas inferiores a las de tres años atrás. La presión efectiva real de ese impuesto se redujo, pero los tributaris­tas coinciden en que ese efecto “se neutralizó” por el alza de otros gravámenes, en especial, indirectos que tienen efecto cascada y terminan pagando los consumidor­es finales.

Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), sobre la base de datos oficiales, señala que los empleados en relación de dependenci­a que pagan Ganancias pasaron de 1,2 millones en agosto de 2015 a 1,9 millones en el mismo mes de este año, 60% más. En 2015, en ese segmento pagaban el 13% del total, hoy es alrededor del 20%, pero “lo hacen a tasas reducidas, en tanto que quienes ya tributaban en 2015 experiment­aron una significat­iva disminució­n en la presión tributaria”.

El trabajo de los economista­s Nadin Argañaraz y Andrés Mir señala que los trabajador­es que se incorporar­on el último año a Ganancias y que pueden deducir cargas de familia tributan 1% del sueldo neto. El porcentaje aumenta para quienes no pueden deducir cargas de familia: absorbe entre 1,5% y 5% de sus ingresos.

Para los trabajador­es que ya venían pagando, “se redujo la alícuota efectiva para todos los niveles” como consecuenc­ia de la actualizac­ión de los mínimos de los tramos de la escala del impuesto y de las deduccione­s.

Del informe se deduce que los alcanzados por el tributo experiment­aron una baja de la alícuota efectiva de entre diez y ocho puntos porcentual­es en los niveles de ingresos menores, y de entre cinco y tres puntos porcentual­es para los de mayor remuneraci­ón.

El tributaris­ta César Litvin coincide con el análisis: “Durante 15 años, hasta 2016, los mínimos no imponibles eran manipulado­s de tal forma que los dejaban fijos y la tabla de alícuotas, que es progresiva, estuvo 15 años sin modificars­e, y por esas razones se ‘popularizó’ Ganancias. El que empezaba a pagar el impuesto entraba, directamen­te, con la alícuota mayor, de 35%”.

La modificaci­ón de 2016 subió el mínimo y modificó también la tabla de alícuotas (la menor pasó de 9% a 5%) para 2017 y este año. Litvin entiende que “no se corrigió todo el retraso, pero mejoró”; además, se estableció una actualizac­ión automática de los mínimos por la remuneraci­ón imponible promedio de los trabajador­es estables (Ripte) que va de noviembre a octubre, que reflejará un coeficient­e inferior a la inflación.

Litvin advirtió que con el nuevo índice –que se publicará en estos días– los salarios que no tuvieron un mayor aumento que el índice Ripte no se verán afectados; pero los que mejoraron sus ingresos por encima, pagarán más.

Diuvigildo Yedro, tributaris­ta del Consejo Profesiona­l de Ciencias Económicas de Córdoba (CPCE),

“Para los trabajador­es que ya venían pagando se redujo la alícuota efectiva para todos los niveles” Nadin Argañaraz iaraf

plantea que, en el caso de Ganancias, se amplió la base imponible, por lo que “era de esperar que la presión efectiva cayera”.

El Iaraf señala que los nuevos trabajador­es alcanzados por Ganancias que pueden deducir cargas de familia tributan un porcentaje exiguo de sus ingresos (en torno al 1% del sueldo neto). El porcentaje es algo superior en el caso de los solteros, entre el 1,5% y el 5%.

En el caso de los autónomos, el número se mantuvo constante, prácticame­nte el 100% son contribuye­ntes, porque los mínimos y deduccione­s fueron y son bajos. Con la duplicació­n en la deducción especial dispuesta para este año podría haber una “mínima reducción”.

Yedro apunta que la baja de la presión efectiva de Ganancias se “neutralizó” por los cambios y prórrogas en el pacto fiscal firmado entre la Nación y las provincias. “Los impuestos indirectos, como Ingresos Brutos o las tasas municipale­s de Comercio e Industria no se redujeron, salvo excepcione­s, este año. Por ejemplo, subieron para el comercio mayorista y minorista y eso lo paga el consumidor final”.

Litvin comparte esa evaluación; recuerda que la reforma impositiva y el pacto preveían una baja gradual de la presión tributaria en cinco años del 4% (1,5% a nivel nacional y 2,5% en las provincias). “El acuerdo con las provincias pecó de ingenuo: bajaron algunas alícuotas de Ingresos Brutos y subieron al comercio”.

Para 2019, además, se suspendió la baja de Sellos que estaba programada. “Las tasas municipale­s son decenas y suben, y todo eso se traslada y termina pagándolo el ciudadano”, menciona Yedro.

Según el Iaraf, el próximo año, por los ajustes impositivo­s realizados para cumplir con el déficit cero, la presión impositiva subirá 1% del PBI respecto del actual período. Será 0,4 puntos porcentual­es más alta que en 2015.

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