Un necesario trabajo conjunto
Si uno se guiara por las declaraciones desde la gobernación de la provincia y su Instituto de Lotería y desde distintos sectores del turf, efectuadas en los últimos meses, pareciera que existe una batalla entre ellos. Y que esa batalla solo puede perderse o ganarse. Ambas partes consideran que la otra defiende una idea equivocada y que sus argumentos son errados o sostenidos por información engañosa.
Desde la gobernación y el instituto argumentan que no existen motivos legales, sociales o de otro tipo para que el turf continúe sosteniéndose con los recursos que recibe desde hace 14 años en un monto aproximado algo superior a unos mil millones de pesos al año y que, siempre según la gobernación y el instituto, son un subsidio. Según esta visión, ese fondo ya cumplió cualquier función que originalmente se le hubiera asignado y por lo tanto el Estado provincial puede disponer de él para fines que considere más apropiados a la consecución del bien común bonaerense, especialmente en el marco de la crisis económica. Y propone, entonces, reducirlo a cero.
Del lado del turf se sostiene que dichos recursos no son un subsidio de la provincia, sino una detracción de los ingresos de los concesionarios de las máquinas tragamonedas, y que las razones para la creación de dicho fondo son hoy tanto o más válidas que aquellas que originalmente la justificaron, ya que el turf no puede explotar máquinas tragamonedas en los hipódromos de la provincia y por lo tanto continúa en absoluta desventaja competitiva, especialmente con el Hipódromo de Palermo. El turf, sostienen, es una actividad económica que produce mano de obra intensiva, que alcanza a decenas de miles de trabajadores, y también fuertes inversiones en campos, instalaciones y servicios, más la carga impositiva (desde la cría y cuidado de los caballos en el campo hasta su transporte, comercialización y competencia en los hipódromos).
La confrontación se da en la Legislatura de la provincia, donde el Senadohaaprobadounproyectode ley que le quita al turf el fondo que lo haría viable como actividad económica, si fuera también aprobado en la Cámara de Diputados. Sin embargo, esta debería ser una buena ocasión para reflexionar sobre la desventaja competitiva en que quecomienza darían la hípica y los hipódromos bonaerenses frente al Hipódromo de Palermo si dicho fondo desapareciera. Los marcos regulatorios del juego han sido heredados en la provincia y en la ciudad de Buenos Aires, y han generado la imposibilidad fáctica de la llegada de nuevos inversores y de la modernización de la oferta de juegos, dando ocasión a que un número pequeñísimo de empresarios monopolicen todo el juego en ambas jurisdicciones, en idénticas condiciones y plazos que los otorgados, en algunos casos en forma arbitraria.
Esos marcos regulatorios nada han aportado para el combate contra el masivo auge en la TV y en las redes sociales de ofertas de juego a través de sitios online que no contribuyen con ningún impuesto al fisco, aumentando en forma geométrica el juego clandestino. Quienes se han favorecido con ese estado de cosas son quienes han impedido con su influencia la competencia legal del juego online legal, apuestas con dividendo fijo y el simulcasting en cualquiera de sus formas, de éxito en todo el mundo y que aportan enormes ingresos al fisco, permitiendo mejores controles sobre el origen del dinero y la ludopatía.
Esos marcos regulatorios, diseñados para unos pocos beneficiarios, son los que produjeron la asfixia de la actividad hípica bonaerense en beneficio de los operadores de máquinas tragamonedas, y en el caso del turf, creando una ventaja contraria a la libre competencia en favor del Hipódromo de Palermo, que sí las tiene. La nueva ley del turf no debiera conformar una situación semejante que resultara en que las miles de familias bonaerenses que viven de la hípica pierdan su fuente de trabajo y arraigo. A su vez, dicha ley debería reducir, y no eliminar, el Fondo de Reparación, atendiendo las necesidades del fisco provincial, pero incluir en su texto los instrumentos modernos mencionados anteriormente, con el que cuentan las hípicas más modernas y exitosas del mundo. De esa manera no se afectará el trabajo de miles de familias bonaerenses, se preservarán o aumentarán los ingresos fiscales y se permitirá a la actividad hípica bonaerense competir en pie de igualdad con el mundo, y en nuestro país, con el Hipódromo de Palermo.
Abogado