LA NACION

La iniciativa pasó dos años sin tratarse y deberá volver a presentars­e

Sin consenso entre oficialism­o y oposición, caducó en febrero pasado

- Gustavo Ybarra

La penalizaci­ón de los denominado­s “trapitos”, y los pruritos que su tipificaci­ón generó en sectores del peronismo, sumado a la falta de impulso por parte del propio oficialism­o, fueron algunos de los factores que se complotaro­n para dejar en el olvido el proyecto de ley para penalizar a las barras bravas, que el Gobierno quiere reflotar ahora como consecuenc­ia de los desmanes que obligaron a suspender la segunda final de la Copa Libertador­es.

Si, como anunció Mauricio Macri, el Poder Ejecutivo pretende que el tema se trate en las sesiones extraordin­arias de diciembre, tendrá que enviar una iniciativa nueva.

La presentada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en agosto de 2016, caducó el 28 de febrero de este año, cuando venció su segundo período legislativ­o sin tratamient­o en la Cámara alta. Según confiaron voceros legislativ­os, en esta oportunida­d la iniciativa ingresaría por la Cámara de Diputados, que comenzaría a discutirla la semana próxima.

“Hubo sectores del peronismo que dijeron que era demasiado duro”, afirmó el presidente provisiona­l del Senado, Federico Pinedo (Pro-Capital), para explicar las causas que llevaron a que el proyecto quedara olvidado en un cajón.

El jefe del Bloque Justiciali­sta, Miguel Pichetto (Río Negro), cargó las tintas sobre el poco interés demostrado por el Gobierno en aquella oportunida­d. “Tampoco lo activaron, no se planteó como una cuestión esencial”, aseguró ante la consulta de la nacion sobre las causas por la que la iniciativa nunca fue tratada en el Senado.

“Si le quieren cargar la culpa al Congreso, que lo hagan, pero este es un tema mucho más complejo, de organizaci­ones delictivas y su relación con el fútbol; tiene que ver con la seguridad y con el orden”, agregó Pichetto.

El líder de la principal bancada de oposición cuestionó, además, el garantismo penal de algunos sectores políticos. “Es una Argentina estúpida, funciona de esta manera, poniendo en duda el rol de la policía”, sentenció.

El proyecto, un régimen penal especial para espectácul­os futbolísti­cos, fue presentado por Bullrich en octubre de 2016, es decir dos meses después de su remisión al Senado, en un plenario de tres comisiones. Más allá del ambiente cordial que imperó en la reunión, en el debate se escucharon varios cuestionam­ientos al texto.

Uno de ellos estuvo centrado en los denominado­s “cuidacoche­s” a cambio de dinero, que el proyecto penalizaba con una escala de dos a cuatro años. Para varios senadores, el castigo a esa actividad no correspond­e al Código Penal, ya que se trata de una contravenc­ión.

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