A pesar de la decisión de la Conmebol, Macri insiste en que la final sea en River
El organismo determinó que el partido se juegue el 8 o el 9 de diciembre; Doha, Asunción y Medellín son las tres opciones; gestiones del Presidente con D’Onofrio
La definición de la Copa Libertadores entre River y Boca se sumergió ayer aún más en la incertidumbre. Mientras la Conmebol anunciaba que la final se jugará fuera del país el fin de semana del 8 y 9 de diciembre, la Unidad de Disciplina del ente rector del fútbol sudamericano seguía sin emitir un fallo acerca de la pretensión de Boca de que se le dé el partido por ganado y se lo consagre campeón. Aunque la decisión se dará a conocer entre hoy y mañana, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, ya dijo que la final se jugará en Doha, Asunción o Medellín.
El anuncio de Domínguez dio pie a una alianza impensada entre Rodolfo D’Onofrio y Mauricio Macri, que le garantizó al presidente de River toda la seguridad necesaria para que el partido se juegue en el Monumental. A través de un emisario, Macri le pidió a D’Onofrio que convenza a Domínguez de que la final vuelva a la Argentina. “El Presidente no puede permitir que se instale la idea, cuando faltan dos días para el G-20, de que acá no se puede celebrar un partido de fútbol en condiciones de seguridad”, dijo el emisario a la nacion.
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