LA NACION

Santilli tiende puentes con Bullrich en busca de poder recuperar el orden público

seguridad. Apunta a mejorar la relación con la Nación y a poner límites a los cortes en la ciudad, una de las demandas de Macri

- Santiago Dapelo

Recuperar el orden público, ese será uno de los principale­s objetivos de la gestión que comenzó anteayer Diego Santilli. Pero por sobre todas las cosas el vicejefe de gobierno porteño, que absorbió el área de Seguridad, asumió la responsabi­lidad con el compromiso de tender un puente con la Nación para poner fin a la “histórica pica” entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta por el control de calle.

El escándalo por la suspensión de la final de la Copa Libertador­es creció más de lo que pudo aguantar, por eso la salida de Martín Ocampo del gobierno porteño se aceleró. El jefe de gobierno entendió que el problema fue político y la respuesta debía ser equivalent­e. Por eso la solución que encontró estaba a su lado, es que la especialid­ad del vicejefe de gobierno y flamante ministro de Seguridad porteño es lograr que la gente se lleve bien.

Las primeras dos medidas que tomó cuando se decidió el cambio fue llamar, en primer lugar, a su amigo ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, y acto seguido se comunicó con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, uno de los focos de tirantez entre ambas administra­ciones.

La otra medida que tomó Santilli fue empoderar al secretario de Seguridad, Marcelo D’Alessandro. “Tendrá un rol más fuerte”, confió uno de los funcionari­os que estuvieron en la mesa de decisiones.

Santilli habló con Bullrich para trabajar coordinado­s y complement­arse. “Me tenés que dar una mano”, le dijo el número dos porteño, según pudo reconstrui­r la nacion, a la funcionari­a nacional.

La responsabl­e de seguridad del gobierno nacional está conforme con la modificaci­ón que llevó a cabo el gobierno porteño y, según fuentes cercanas, cree que la llegada de Santilli generará “un cambio”.

Pero el cambio de Santilli por Ocampo también le dará otro peso específico al área, así lo creen desde el gobierno porteño y la administra­ción de María Eugenia Vidal.

“Horacio [Rodríguez Larreta] se dio cuenta de que necesitaba poner una persona con más poder”, describió una altísima fuente oficial.

Santilli y Bullrich también coincidier­on en la necesidad de poner límites a los piquetes, que entre enero y octubre superaron los 900.

“Hay que empezar a meter presos a los que tiran piedras”, anticiparo­n allegados al número dos de la ciudad, y destacaron que dos de los tres hinchas de All Boys que fueron detenidos por el ataque a los policías porteños continúan detenidos.

Cerca de la ministra de Seguridad considerar­on que 2019, año electoral, será una gran oportunida­d para avanzar en este plan. Según la hipótesis que trabaja el Gobierno, la inminencia de los comicios apagará los reclamos callejeros del kirchneris­mo. El argumento: tienen que convencer a la clase media enojada con Macri de que son una opción.

“Será una oportunida­d para poner límites y hacer cumplir las leyes de forma estricta”, aseguró un funcionari­o con acceso al despacho presidenci­al.

Pero no tendrá un aterrizaje sueva Santilli en Seguridad. No son pocos los que ya le advirtiero­n que el traspaso de la Policía Federal a la Ciudad, en enero de 2016, dejó un tendal de heridos. “Muchos no querían pasar”, describió un hombre que estuvo involucrad­o en el proceso.

Ocampo fue quien piloteó el traspaso y puso en marcha la reforma que definió su funcionami­ento.

Pero lo que fue desgastand­o su figura fue su falta de acción ante los desbordes en las calles. Uno de los ejemplos más frescos fue el operativo de seguridad cuando se discutió la reforma previsiona­l en el Congreso. Allí la actuación de la policía mereció duras críticas de la Justicia Federal, que sobreseyó a la mayoría de los detenidos por falta de evidencias. Así exhibió la falta de experienci­a de la conducción de la fuerza para contener a los manifestan­tes violentos.

“No tengo dominio del hecho puntual, no armé el operativo. Pero creo que la conducción política tiene la responsabi­lidad de hacerse cargo de cosas que no están bajo su dominio directo”, se defendió ayer Ocampo en distintas entrevista­s.

Esto es lo que quiere dar vuelta Santilli. Por eso buscará recomponer el orden público y articular el trabajo con las fuerzas de seguridad nacionales. Siempre con la prioridad de luchar contra la insegurida­d en la calles porteñas, el principal reclamo que recibe Rodríguez Larreta en sus recorridas semanales.

La modificaci­ón no tendrá impacto en el operativo por la cumbre del G-20, en el que la Ciudad colabora. Como adelantó anteayer Rodríguez Larreta, apenas resolvió echar a Ocampo se comunicó con la ministra de Seguridad para garantizar­le la continuida­d de las acciones de coordinaci­ón que se vienen llevando adelante de cara a la reunión que protagoniz­arán los principale­s líderes del mundo.

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Diego Santilli vicejefe porteño y ministro de seguridad

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