Diferencias de criterios y cambios en el Fondo Nacional de las Artes
El secretario de Cultura, Pablo Avelluto, le pidió la renuncia a la presidenta del organismo Carolina Biquard y elogió su desempeño; será reemplazada por Mariano Roca, exresponsable de la editorial Tusquets
Después de casi tres años de una gestión intensa, dinámica e innovadora, Carolina Biquard deja la presidencia del Fondo Nacional de las Artes (FNA). “Es un fin de ciclo. Lo veníamos hablando desde hacía un tiempo”, dijo ayer a la nacion el secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, al confirmar el alejamiento de la funcionaria y designar en su reemplazo a Mariano Roca, exdirector de editorial Tusquets, actual miembro del directorio del FNA y coordinador del área de letras de esa secretaría.
Abogada y especialista en financiamiento de organizaciones sociales, Biquard había asumido ese cargo con la nueva gestión de gobierno, a comienzos de 2016, y su función hasta el momento se venía destacando por la eficiencia en la administración de fondos, con índices récord e iniciativas de alto impacto, como la puesta en funcionamiento de la Casa de Victoria Ocampo como residencia de artistas y una suerte de “salvataje” de El Paraíso, la casa de Manuel Mujica Lainez en La Cumbre (Córdoba), que también devino residencia de artistas.
“La Secretaría de Gobierno de Cultura de la Nación agradece y felicita a Carolina por su compromiso y los logros obtenidos, que tuvo un incremento notable del número de becas y beneficios para los artistas y creadores de nuestro país, así como el desarrollo de nuevas experiencias, tales como el impulso de nuevos Fondos Municipales de las Artes y la Transformación Social”, dice el comunicado de Cultura, en el que no se precisan las razones del alejamiento de Biquard.
Consultado sobre la oportunidad y la motivación de esa salida, Avelluto afirmó: “No pasó nada. Creo que es un trabajo superexigente y Carolina le había puesto mucha energía; estaba para dar un paso al costado después de tres años que fueron superintensos en el FNA. Estamos contentos porque fue una gran gestora. Yo soy amigo de ella desde antes y haberla elegido creo que fue un acierto”.
Sin embargo, lo que se presentó como una renuncia llamó la atención en el medio cultural. la nacion preguntó a Avelluto si existió diferencia de criterios entre él y Biquard con respecto a la gestión de la Casa Victoria Ocampo y las actividades realizadas en ella. “Nunca hubo discusión sobre eso. No nos consta que haya ninguna irregularidad en la gestión de esa casa”, respondió el funcionario, quien había compartido la decisión de instalar residencias de artistas en ese inmueble y en la casa de Mujica Lainez en Córdoba.
También en diálogo con la nacion, Avelluto negó la existencia de cuestionamiento alguno al uso del presupuesto del FNA. Y agregó: “La ejecución del presupuesto del FNA le compete a su directorio. Sí hemos propuesto coordinar mejor, en todos los organismos descentralizados, la política de asignación de fondos públicos para becas y subsidios”.
Año de bajas en el FNA
En los últimos meses, por diferentes razones, también dejaron el directorio del FNA el representante de Artes Escénicas, Sebastián Blutrach, y el de Letras, Alberto Manguel, que fue reemplazado por Roca.
Sobrino bisnieto del expresidente Julio Argentino Roca, conoció en los años 70 en Barcelona a la reconocida editora de Tusquets Beatriz de Moura e impulsó la creación de una sede de ese sello en la Argentina, que dirigió durante tres décadas, hasta poco después de que el Grupo Planeta lo adquirió.
Avelluto adelantó a la nacion que se acordó con Biquard un trabajo conjunto con Roca para que la transición no afecte la gestión del FNA. No es igual que la Biblioteca Nacional ni que el Teatro Cervantes”.
–¿Entonces la Secretaría de Cultura pidió dinero al FNA y se lo negaste?
–Hemos financiado algunos proyectos de la Secretaría de Cultura el año pasado, como Becar y el programa de movilidad, y pudimos hacerlo porque recaudamos más. A Pablo le parecía que si necesitaba financiamiento para otros programas era una decisión de la secretaría y no que el directorio del Fondo podía tener una opinión distinta. Ya había un plan definido y armado para el año que viene. Sintió que el organismo no estaba tan alineado.
–¿Te sorprendió la decisión? ¿Vos te querías ir?
–No, teníamos planes muy importantes. Veníamos de un desgaste por este tipo de situaciones sobre la autonomía y podía pasar esto, pero pensé que como los logros eran muy buenos lo íbamos a conversar.
–¿Afectó que hayas trabajado con gente que no se alinea políticamente con el Gobierno?
–No, no viene por ahí. Es un año difícil financieramente y entonces con esta mentalidad la secretaría habrá sentido los recortes y le habrá parecido razonable que el FNA la financie. Es algo que no tiene lógica, es como usar un escarbadientes de muleta. Un organismo que tiene 200 millones de pesos frente a uno que tiene 5000.
–¿Esos 200 millones es la recaudación que tuvieron este año?
–Vamos a cerrar con 220 millones, un récord. Ejecutamos el 99% del presupuesto y estamos mandando 20 más a las reservas, que podemos discutir para qué hay que usarlas. Yo creo que es mejor invertir en artistas que en LETE, sobre todo cuando recaudás impuestos. Son decisiones políticas.
–¿Y cuánto es el que pedía la Secretaría de Cultura?
–Son 19 millones de pesos.
–En el directorio del FNA ingresó en lugar de Alberto Manguel Mariano Roca, quien ahora va a sucederte en la presidencia. ¿Su perfil te hace pensar en un cambio o en una continuidad?
–No es un perfil parecido al mío, pero lo conozco muy poco; sé que fue editor de Tusquets y en reuniones lo vi dos o tres veces.
–Hablás de la tríada Estado, empresa y sociedad civil, lo que puede remitir a la forma de trabajo de una fundación; vos venís de ahí, de la Fundación Compromiso. ¿Pensaste al FNA como una fundación?
–No, el Fondo no es una fundación, es el Estado, son fondos públicos y el mío es un cargo político. Pero sí claramente es la mirada del trabajo en una organización sin fines de lucro como el Estado. En eso son hermanos.