Habilitan operaciones bancarias en estaciones de servicio, súper y farmacias
Los comercios serán “corresponsalías” de las entidades, lo que permitirá flexibilizar los horarios
Los bancos quedaron oficialmente habilitados a extender sus redes de atención a clientes mediante acuerdos con comercios o redes comerciales al derogar hoy el directorio del Banco Central (BCRA) una norma que prohibía este sistema de “corresponsalías” que ya es común desde hace más de una década en otros países de la región.
La resolución habilita a las entidades a tercerizar la atención a sus clientes, los que podrán realizar retiros o depósitos de dinero, gestionar préstamos, pactar inversiones o retirar tarjetas desde esos comercios evitando el traslado a una sucursal de la entidad con la que opera y la limitación incluso que supone el horario bancario.
La norma busca dar mayor impulso a la bancarización incrementando la cobertura geográfica del sistema bancario y su capilaridad, a la vez que voltea algunas de sus rigideces. “Es otra iniciativa destinada a promover la inclusión financiera”, señalaron desde la entidad rectora.
El sistema bancario local es unos de los de menor cantidad de puntos de acceso (considerando sucursales, cajeros automáticos y puestos de atención) de la región: apenas tiene 8 cada 10.000 habitantes adultos, contra una media de 12 en México, 24 en Brasil o 33 en Colombia. La diferencia está básicamente establecida porque el sistema de corresponsalías ya lleva unos 12 años de vigencia en esas plazas, algo que aquí estaba vedado.
El esquema permite que los bancos puedan realizar acuerdos con distintas redes de comercios o entidades –por ejemplo, estaciones de servicio, supermercados, farmacias o el correo– para tener muchas más bocas y horarios más flexibles de atención. “Lo que se busca es que las personas puedan tener una alternativa complementaria, simple y rápida para acceder a los servicios que presta un banco. Esto les permitirá a los usuarios, entre otras operaciones, abrir una cuenta, suscribir un plazo fijo, realizar sus pagos y obtener un préstamo donde habitualmente llevan a cabo actividades cotidianas. Favorecerá especialmente a quienes viven lejos de sucursales bancarias”, destacaron ayer desde el BCRA al explicarla.
Límites
La única limitación inicial es que, por cuestiones relacionadas con la prevención de lavado de dinero, el depósito en efectivo que un cliente bancario realice a través de una corresponsalía no podrá ser superior a un salario mínimo vital y móvil, es decir, por hasta $10.700 a valores de hoy.
Los bancos y los comercios corresponsales podrán tener múltiples acuerdos (lo que hace que un comercio pueda operar para varios bancos a la vez) y estos últimos hasta proveer los servicios con su propio personal, un tema que puede generar resistencias en el gremio bancario. “Esto en otros países sirvió para que el sistema crezca en volumen y capilaridad, con lo que los bancos tuvieron que tomar más gente”, se atajan desde el BCRA.
Aluden a la experiencia en otros países de la región, que muestra que por vía de las corresponsalías no solo se abrieron nuevos canales de acceso al sistema financiero, sino que este pudo bajar costos de transacción y mejorar la intermediación financiera.
Desde el BCRA destacaron que el esquema permitirá mejorar los procesos de pago de los más de 14 millones de prestaciones que la Anses realiza cada mes, en muchos casos en zonas en las cuales se dificulta el acceso al sistema por falta de sucursales de los agentes pagadores.
La comunicación A6603, que impulsa el sistema, establece que la responsabilidad por las actividades realizadas en las corresponsalías bancarias “permanece sobre los bancos”, lo que incluye “el cumplimiento de las normas mínimas de seguridad y los demás requisitos que aseguran que la prestación de los servicios bancarios sea realizada en forma adecuada y transparente”.
El comercio que actué como corresponsal de bancos deberá identificarse con un calco del BCRA que lo habilite y podrá sumar los del banco o los bancos para los que opere y no podrá cobrar ningún cargo extra por operar allí a los clientes de bancos.