Tras el oro olímpico, los Leones debutan en el Mundial en la India
El seleccionado nacional asume su primera gran prueba desde Río 2016 y hoy debutará ante España; toman precauciones sanitarias
Se cepillan los dientes con agua mineral. Se lavan las manos constantemente y utilizan desinfectantes. En el hotel de Bhubaneshwar donde se hospedan disponen de una cocina especial y el grupo determina el grado de cocción para cada comida, evitando a toda costa que quede cruda. Los Leones han vivido así la vigilia del Mundial de hockey sobre césped, que arrancó ayer con Bélgica 2 vs. Canadá 1 e India 5 vs. Sudáfrica 0. Y con esos cuidados seguirán hasta que abandonen esta ciudad del noreste de la India, donde reina la pobreza y la basura inunda las calles. Un escenario diferente, en un país que considera a este deporte como si fuese una religión.
“Tomamos varias precauciones y hasta ahora no tenemos ningún problema; esperamos que todo siga así”, relata el DT Germán Orozco a La NacioN desde el continente asiático. El tema no es menor: hace un año, en oportunidad de la Liga Mundial, el seleccionado la pasó muy mal en esta misma ciudad por deficiencias sanitarias. Carlos Retegui era todavía el técnico, pero en pleno certamen tuvo que ser internado en un hospital por una intoxicación, debido a la ingesta de agua en mal estado.
Con las cuestiones de higiene bajo control, los campeones olímpicos asumen su primera gran prueba desde Río 2016 con esta Copa del Mundo, el segundo torneo en importancia después de unos Jue- gos Olímpicos. Si bien el certamen arrancó ayer en el Kalinga Stadium, el seleccionado debutará recién el hoy frente a España, a las 8.30 de nuestro país, por el Grupo A. El lunes 3 de diciembre, los Leones se medirán ante los neozelandeses (10.30), en tanto que cerrarán la etapa de grupos el jueves 6 de diciembre contra Francia, desde las 10.30. Todos los partidos se desarrollarán en el mismo sintético y serán transmitidos en vivo por ESPN y ESPN Play.
¿Qué se puede esperar? El hockey masculino exhibe el atractivo de una gran paridad entre muchos equipos. Serán cuatro zonas de cuatro conjuntos cada una y hasta podrían rescatarse dos por grupo con posibilidades ciertas de llegar muy lejos. La Argentina, Nº 2 del ranking mundial, figura entre esos ocho que se cruzarán en la definición porque conserva su potencial individual –hay 12 de los héroes de Río– y se refrescó con otras caras como las de Agustín Bugallo, Nicolás Cicileo, Tomás Bettaglio y Maico Casella, de diverso rodaje internacional. En realidad, la máxima prueba la asumirá Orozco, el ex capitán de la selección que aceptó el desafío de sostener este nuevo imperio que sorprendió a todos y llegó a lo más alto en la sede carioca de Deodoro.
“Llegamos muy bien al Mundial, fuertes en el aspecto físico y psicológico y con muchas ganas de seguir haciendo historia en este deporte”, apunta Orozco, que agrega: “Creo que la virtud principal es la confianza del equipo para poder afrontar todos los partidos con una defensa compacta y su córner corto ofensivo”. La última idea del entrenador refiere principalmente a Gonzalo Peillat, uno de los tres mejores tiradores del mundo y que resultó clave para que la Argentina ingresara de lleno en los últimos años en la elite de este deporte.
Acorde con los logros obtenidos, los Leones no quieren pensar en otra cosa que no sean al menos las semifinales del Mundial. Fueron terceros en la cita anterior de La Haya 2014 y dos años después se consagraron en los Juegos, con lo que supieron trepar hasta el Nº 1 del ranking mundial y golpearon el tablero, en una disciplina dominada en las últimas décadas por Australia, Alemania y Holanda.
Desde su asunción en abril pasado, Orozco agregó atributos a un equipo que llegó a funcionar como una máquina perfecta. Más allá de su peso específico, en los últimos tiempos el DT intentó que no se dependiera tanto del córner corto de Peillat y buscó que se construyeran ataques con más jugadores, aunque sin descuidar la retaguardia. Es decir, lograr un mayor equilibrio entre los que atacan y los que defienden. Además, no estar demasiado sujeto al quite de la bocha sino generar el error en el rival, para así recuperar la pelota en otros sectores del campo.
“La medalla de bronce en La Haya y la de oro en Río provocó que los demás países respetaran mucho más a Argentina y que despertemos admiración. Somos un equipo a vencer y ésa es una mirada muy notoria de parte de los otros países”, argumenta el entrenador, que entiende que la zona es difícil y que cada partido traerá sus complicaciones: “España mejoró mucho en el último tiempo; Nueva Zelanda siempre es muy físico y Francia se está metiendo de nuevo en la elite del hockey. Pero nosotros confiamos demasiado en nuestro juego y en este ciclo que nos condujo al Mundial”.
Se agota la espera y se aproxima la hora de revalidar los lauros. Mientras tanto, los Leones saben que no pueden distraerse en el aseo ni al momento de sentarse en la mesa a comer.