LA NACION

La Dolfina y Ellerstina producen muchos caballos y los distribuye­n de maneras bien distintas

Adolfo Cambiaso se asocia con patrones y empresas para abrir “sucursales” de su equipo y sus ejemplares se muestran en equipos de amigos y jóvenes en crecimient­o; los Pieres, buscan ganar Palermo con su cría familiar y venden animales

- Xavier Prieto Astigarrag­a

“Sacale una foto al tablero”, pidió Adolfo Cambiaso al fotógrafo de la Asociación Argentina de Polo (AAP). Las chapas del estadio de polo más importante del mundo anunciaban que La Dolfina se enfrentaba con La Dolfina Polo Ranch, un equipo subsidiari­o del creado por el jugador de Cañuelas. “Ver a los dos La Dolfina en la cancha 1 de Palermo era muy lindo, muy emocionant­e”, comentaría después el delantero.

Era la primera vez que se enfrentaba­n, en semejante lugar, el club que es la casa del crack de Cañuelas y el conjunto que suscitó en 2017. Pero Cambiaso no se detiene en su afán expansioni­sta y ayudó a que este año hubiera un tercer conjunto, La Ensenada, vinculado con su creación. Los tres llevan el logotipo“L D” en la camiseta, por la marca de ropa, claro. Pero lo que más valoran los jugadores es el aporte de caballos y de instalacio­nes que, directa o indirectam­ente, tiene su origen en Adolfito.

Cambiaso inscribió su club en la AAP en 1996, y cuatro años más tarde lo hizo debutar en la Triple Corona. En 2017 apareció la versión B, Polo Ranch, que no es otra cosa que un emprendimi­ento inmobiliar­io contiguo al de Adolfito en Cañuelas, donde vive, y que está ampliándos­e a un segundo desarrollo, junto a la ruta 34, la que une Pilar con OpenDoor/Luján. Y allí, casi enfrente, tiene su sede La Ensenada, el club del empresario Ernesto Gutiérrez, uno de los patrones de Cambiaso, que debuta este año en la Triple Corona y que ya causó impacto al vencer dos veces a un rival superior en handicap, Alegría/La Irenita.

Los tres cuartetos comparten la zona A del Campeonato Argentino Abierto, pero más allá de que terminan compitiend­o entre sí, se benefician mutuamente de la relación. LaDolfina, que además de club y equipo es un establecim­iento de cría, deriva caballos hacia los otros dos conjuntos, y estos cuentan con ejemplares de un nivel al que, sin ese aporte, no podrían acceder.

Claro que no es fácil proveer caballos tan buenos a tantos jugadores sin ayuda externa para producir animales, Cambiaso se asocia con algunos patrones y con empresas interesada­s en él como líder del polo mundial. Al delantero de La Dolfina, o más bien empresario en este caso, le conviene para mostrarlos en otras vidrieras, y al mismo tiempo les da una mano a polistas amigos y a posibles estrellas incipiente­s. En La Dolfina PR actúan Diego Cavanagh y Guillermo Terrera, muy queridos y apadrinado­s deportivam­ente por Adolfito, y el uruguayo Alejo Taranco –hoy lesionado–, primo de David Stirling, el número 2 de La Dolfina y también ahijado polístico de Dolfi. La Ensenada, en tanto, reúne a cuatro debutantes en la Triple Corona de entre 19 y 28 años bajo el paraguas de Gutiérrez, socio deCambiaso en algunos emprendimi­entos.

Otro patrón del hombre de Cañuelas es el estadounid­ense Bob Jornayvaz, del club Valiente, con quien Adolfito comparte una buena porción de su negocio de cría. Y a esto se sumaron Crestview Genetics, una empresa de origen estadounid­ense pionera en clonación de caballos de polo liderada por Alan Meekr, y Doña Sofía, un centro argentino que se dedica a lo mismo, encabezado por Daniel Sammartino. Con semejante estructura detrás,Cambiaso pretende crear una “escudería”, casi en el mismo sentido que una de Fórmula 1, pero con varios equipos. Es decir: esa escudería producirá las máquinas (caballos en el polo; coches o motores en el automovili­smo) y las distribuir­á entre varios conjuntos, que pondrán el resto ( jugadores/pilotos, veterinari­os/ingenieros, petiseros/ mecánicos, etcétera).

En su momento fue el intento de populariza­ción mediante la hinchada de Nueva Chicago; luego, la incursión en la clonación; más tarde, jugar con una mujer (Lía Salvo) y un chico de 12 años (su hijo) torneos de alto handicap. Ahora, expandirse para tener más vidriera y colaborar con otros. Cambiaso piensa todo el tiempo en la innovación. “Siempre me fijo en lo que uno puede ir dejando en el polo. Y trato de ayudar a otros en lo que más puedo. Le planteé a Ernesto que había que hacer un tercer equipo con chicos y él le puso mucha pila y los juntó. Siento que en algún punto tenemos tres equipos, o dos y medio. Es un gran logro”, se alegró Adolfo. “Entre Ernesto, Daniel y un montón de gente que está detrás, tenemos la idea de poner muchos caballos en Palermo y llamarnos «escudería». La idea es ayudar a chicos que tienen habilidad pero pocos recursos económicos a pegar el salto. Después, por ahí no me sale. Pero hoy tenemos dos equipos, y medio más”, enfatizó.

Ese “medio” equipo de La Dolfina, La Ensenada, ya ganó un partido en el Argentino Abierto. “No es poca cosa”, comentó Adolfito, que había ido a felicitar a los jugadores en los palenques cuando se clasificar­on para Hurlingham y Palermo. “Estos chicos están haciendo un carrerón”, destacó sobre Juan Britos, Juan Martín Zubía, Facundo Fernández Llorente y Jerónimo Del Carril. “Para nosotros está buenísimo llevar el logo en la camiseta, imaginá. Y fue un honor que viniera a saludarnos”, apuntó Britos, de 26 años, el capitán de La Ensenada. Gutiérrez, que participa en muchos torneos con Zubía (19) y Del Carril (26), les facilita sus canchas, su gimnasio y lo más im-

portante: 12 caballos de la lista con que los jóvenes de camiseta similar a la de La Dolfina afrontan el certamen más grande del planeta.

La cría de Cambiaso figura tercera entre las más requeridas por los 40 polistas del Argentino Abierto, con 40 productos en cinco equipos, por encima de los 17 de Los Machitos (Mariano Aguerre) en cuatro y por debajo de los 74 de La Irenita, que administra­n Pablo ( jugador de La Dolfina) y Matías Mac Donough. ¿Cuál lidera ese virtual ranking de criadores? Ellerstina, con 86 ejemplares en nueve de las diez formacione­s de Palermo.

¿Y cuántos conjuntos representa­n al club de los Pieres en Libertador y Dorrego? Uno, el de los tres hermanos y su primo. Amigos y allegados en el polo no les faltan, por supuesto. Pero ni unos han ofrecido ni otros han pedido ser un Ellerstina II, salvo un tibio intento de Nicolás Roldán (hoy en La Albertina) el año pasado, para encararlo junto a Lucas James, cuñado de los tres Pieres. Estos se focalizan en conquistar el Argentino, casi una obsesión después de cinco coronacion­es seguidas del archirriva­l en Palermo y 10 en los últimos 13 años. “Hasta ahora no vienen dándose las cosas y somos cuatro ya en el equipo que tenemos que montarnos de la cría... O sea, no está tan fácil como para salir a montar a otro equipo”, contó Gonzalo Pieres (h.), el mayor de tres hermanos que interviene­n en las tres temporadas más importante­s del calendario (Argentina, Estados Unidos e Inglaterra). “Estamos haciendo todo lo posible para ganar el Abierto, y por ahí, una vez que lo logremos, se abran otras puertas. Pero no creo que necesitemo­s montar a un segundo equipo para mostrar la cría; la marca ya está muy registrada. Que a la gente, cuando compra, le vaya bien habla de nuestra cría”, añadió el número 2 de Ellerstina.

En el ideario colectivo del polo, Ellerstina es una fábrica de caballos. Pero la producción tiene un límite. “Si saliéramos a montar a un segundo equipo, podríamos llegar a perjudicar­nos económicam­ente”, explicó Gonza. Facundo fue aun más directo: “Es una fábrica, sí. Pero es el negocio de papá, que labura de esto todo el día, y él tiene que vender caballos; si no, nos fundimos”.

La oposición de estrategia­s es clara: La Dolfina se asocia con patrones y clona; Ellerstina cría de la forma tradiciona­l –Gonzalo Pieres se opone a la clonación– y por su propia cuenta. “Un 80% de la lista de caballos de Adolfito es clon. Y está buenísimo, funciona. Pero nosotros no tenemos esas sociedades. Compartir cría no es algo que necesitemo­s. Estamos bien así. Y papá quiere que sea nuestra, de la familia”, subrayó Facu. Del otro lado, Cambiaso piensa en el futuro a sus 43 años. “El día de mañana La Dolfina va a sostenerse de esa manera. La idea es que cuando yo no esté, esto siga. Que generemos gente que juegue. Creo que en el Abierto un equipo de La Dolfina siempre va a haber. Obviamente, voy a poner fichas para que Poroto [su hijo] pueda llegar. Si lo hace, buenísimo; si no, serán otros. Es la idea. Después, por ahí no es más La Dolfina y Poroto quiere jugar por otro equipo...”, proyectó.

Siempre diferentes. Uno es la tradición, y el otro, la innovación. Uno es la familia, y el otro, un jugador y muchos amigos alrededor. Uno tiene a Juan Martín Del Potro en los palenques, y el otro, a David Nalbandian. Ellerstina y La Dolfina son distintos. Pero excelentes ambos. Y protagonis­tas de uno de los cinco grandes clásicos de la historia del polo. Cada uno con su libreto, por supuesto.

 ?? Gza. Patricio ramírez ?? Juan Britos, Adolfo Cambiaso y Guillermo Terrera: La Ensenada, La Dolfina y La Dolfina Polo Ranch conforman la “escudería de Adolfito”
Gza. Patricio ramírez Juan Britos, Adolfo Cambiaso y Guillermo Terrera: La Ensenada, La Dolfina y La Dolfina Polo Ranch conforman la “escudería de Adolfito”

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