LA NACION

La estadía del republican­o en Buenos Aires, el imán que se lleva todas las miradas

Poco afecto a las cumbres, Trump pisa América Latina por primera vez como jefe de Estado

- Rafael Mathus Ruiz

“La Bestia” recorrió, otra vez, las calles de la Ciudad de la Furia. La mítica limusina que traslada al presidente de Estados Unidos, un símbolo de la Casa Blanca y de la primera potencia global, se convirtió anoche en una imagen testigo de la presencia de Donald Trump en Buenos Aires.

A prueba de casi todo, “La Bestia” esperó anoche a Trump y a su mujer, Melania Trump, en la explanada del Aeropuerto de Ezeiza, donde fueron recibidos por el canciller, Jorge Faurie, pasadas las 10 de la noche. Tras los saludos protocolar­es, el matrimonio presidenci­al comenzó su largo viaje hasta su hotel en Recoleta bajo una fuertísima custodia. Trump uno de los últimos mandatario­s en arribar al país.

La llegada de Trump a la Argentina marcó su octavo viaje al exterior desde que asumió la presidenci­a de Estados Unidos. Es, también, la primera vez que pisa América Latina como jefe de Estado de la primera potencia global. En Washington hubo quienes pusieron en duda su visita hasta hace muy poco: el mandatario estadounid­ense, poco afecto a las cumbres, había cancelado antes su participac­ión en la última Cumbre de las Américas y suspendió, dos veces, un viaje a Colombia.

Buenos Aires recibió a Trump mucho más desierta de lo habitual, cargada de vallas y con miles de agentes de seguridad repartidos en el operativo de seguridad más amplio y complejo que jamás se haya visto en la Argentina. “La Bestia”, una limusina Cadillac blindada, recorrió las calles porteñas por última vez en 2016, durante la visita de Barack Obama, quien solía bromear con que desde el auto podía llamar un submarino nuclear.

“La Bestia”, capaz de resistir hasta un ataque químico, pesa unas siete toneladas y ha sufrido varias modificaci­ones con el correr de los años. La limusina en la que se moverá Trump entre su hotel y Costa Salguero es un modelo nuevo que debutó en septiembre último, en Nueva York, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La limusina fue fabricada por General Motors, la conocida empresa automotriz que Trump defenestró en los últimos días por su decisión de recortar unos 15.000 empleos y amenazó con quitarle subsidios.

“La Bestia” se mueve en medio de una larga caravana de automóvile­s. El microcentr­o, Retiro y Recoleta la esperaron como burbujas con calles atípicamen­te despoblada­s. Bastaba recorrer Diagonal Norte, ayer por la tarde, para apreciar la diferencia: entre el Obelisco y la Plaza de Mayo la calle estaba totalmente desierta.

Imán de la atención mediática, Trump captará todas las miradas durante las 48 horas que permanecer­á en la Argentina, en una cumbre que le depara una generosa dosis de riesgos y desafíos. Propenso al ida y vuelta con los periodista­s, el mandatario segurament­e aprovechar­á cada cruce con la prensa para responder preguntas en sus reuniones bilaterale­s.

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