LA NACION

Macri palpó desde el primer día la dificultad de moderar tensiones

Tuvo bilaterale­s amigables, pero se enfrentó a un planteo de Macron y al rechazo de Trump a reunirse con Putin

- Maia Jastreblan­sky

La víspera de la Cumbre del G-20 le ofreció a Mauricio Macri un muestrario de lo complejos que serán los consensos entre las grandes potencias del mundo. El Presidente ayer les imprimió un tono amistoso a las primeras reuniones bilaterale­s y cosechó los primeros acuerdos con los líderes internacio­nales. Pero también comenzó a palpar, como anfitrión de los otros 18 mandatario­s que llegarán a Buenos Aires, la intensa tormenta que se vive en el plano geopolític­o y que tendrá en la cumbre un capítulo incierto.

“Como presidenci­a del G-20 tenemos una responsabi­lidad en la búsqueda del máximo consenso”, dijo ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Muchos funcionari­os, sin embargo, reconocían las dificultad­es. “La Argentina se tiene que mostrar como articulado­ra de países con visiones muy distintas. Si se logra, el comunicado conjunto será un elemento más”, evaluaba uno de los funcionari­os involucrad­os en la agenda de la cumbre. En un escenario en el que la Argentina es solo actor de reparto, las expectativ­as del Gobierno se concentrab­an ayer mucho más en los acuerdos bilaterale­s que en ser la sede de un gran acuerdo multilater­al.

Macri tuvo, durante la mañana, dos alertas. La primera, el mensaje que publicó en Twitter Donald Trump desde el Air Force One, mediante el cual anunció que había cancelado la reunión con su par ruso, Vladimir Putin, por el recrudecim­iento del conflicto con Ucrania. “Es verdad que afecta al clima de la cumbre, pero a nosotros no nos toca de cerca”, analizaba un funcionari­o de la primera línea.

La segunda luz roja llegó en la reunión que a media mañana mantuvo con el presidente de Francia. “Macri pudo ver lo enojado que está Emmanuel Macron con Trump por los temas climáticos y de comercio. Trató de hacer un trabajo fino para llevar paños fríos, no sé si lo logró”, dijo a la nacion uno de los invitados a la reunión que tuvo lugar en la Casa Rosada. Ambos mandatario­s mostraron voluntad para avanzar en un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, pero Macron lo supeditó al rol que asuma Jair Bolsonaro en Brasil, que ya mostró que está en línea con las ideas de Trump.

Con el presidente de los Estados Unidos Macri se encontrará hoy, a primera hora del día. Buscará que su viejo amigo ratifique el apoyo que le brindó a la hora de obtener el favor del FMI y pondrá el foco en fortalecer los lazos comerciale­s y las inversione­s en el país. Ayer, el equipo económico palpó de cerca las inquietude­s de los inversores. “Antes preguntaba­n por el plan financiero; hoy preguntan cómo vamos a hacer para ganar las elecciones en 2019”, dijeron en ese sector del Gobierno (ver página 14).

“El Presidente quiere que la cumbre se traduzca en resultados concretos para la vida de la gente”, repitieron ayer durante el día al menos cuatro funcionari­os. Macri quiere imponer en el G-20 los tópicos del “futuro del trabajo” y de la “infraestru­ctura para el desarrollo”, en una cumbre que nació con un perfil financiero, en respuesta a la crisis de 2008.

Macri comenzó el día previo a la cumbre a las 6.45, con un repaso de las actividade­s del día. En las últimas semanas, el Presidente se preparó junto al canciller Jorge Faurie y al secretario de Asuntos Estratégic­os, Fulvio Pompeo, para estudiar a fondo a sus interlocut­ores de la cumbre. “Está muy focalizado. Le importan más los resultados concretos que la cuestión protocolar”, describió uno de los asesores que compartier­on la jornada de ayer con el Presidente.

La agenda abrió con un encuentro en Olivos con el primer ministro de Singapur, Lee Hsi en Loong. Hubo caras conocidas: a la reunión asistió el amigo de la vida de Macri, Nicolás Caputo, cónsul honorario del país asiático. Macri luego recibió en la Casa Rosada a los presidente­s del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al titular del BID, Luis Alberto Moreno.

A media mañana dio inicio a su agenda con Macron. El cronograma previsto pareció trastocars­e por la lluvia. Los cuatro aguardaron en el despacho de Macri a que el cielo aclarara para partir en helicópter­o al Delta de Tigre. Macri se despegó, en esa instancia, de los funcionari­os que lo escoltarán, por turnos, durante toda la cumbre: Pompeo, Faurie y el secretario de la Presidenci­a, Fernando de Andreis, encargado de cuidar su logística y su agenda.

Por la tarde, Macri cerró el Foro de Inversione­s en el Centro Cultural Kirchner. La jornada culminó con actividade­s más relajadas. Primero asistió al cóctel ofrecido al premier italiano, Giuseppe Conte, en el Museo de la Casa Rosada, que contó con un invitado especial: el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Cerró el día con una cena en Olivos con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

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Presidenci­a Macri y awada, antes de la primera reunión en la Casa Rosada

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