EE.UU., Canadá y México firmaron la paz en tiempos de guerra comercial
Tras meses de duras negociaciones, Trump, Peña Nieto y Trudeau rubricaron en el Palacio Duhau la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
Tras más de un año de batallas, los “tres amigos” sellaron su paz en Buenos Aires. Los presidentes de Estados Unidos y México y el primer ministro de Canadá firmaron un nuevo acuerdo comercial que reemplazará al Nafta, en una ceremonia en el Palacio Duhau que marcó el primer avance concreto a favor del comercio en la Cumbre de Líderes del G-20, y respondió con un nuevo pacto al desafío impuesto por el renovado auge del proteccionismo.
La firma del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá, TMEC, marcó el fin de una durísima negociación entre las tres economías de América del Norte que mantuvo en vilo al mundo, y amenazó con desarticular una de las regiones económicas más poderosas e integradas del planeta.
“Es el más grande, más importante, moderno y equilibrado acuerdo comercial de la historia”, dijo el presidente norteamericano, Donald Trump, flanqueado por Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau, al abrir los breves mensajes de los mandatarios.
“Trabajamos duro en este acuerdo. Ha sido largo y duro. Hemos tomado muchos ganchos y un poco de abuso, y llegamos. Es genial para todos nuestros países –reconoció Trump–. Ha sido una batalla, y las batallas a veces hacen grandes amistades”, agregó Trump. Primer avance
La firma del nuevo acuerdo ofreció la primera imagen de progreso en la Cumbre de Líderes del G-20 en Buenos Aires, en la cual el presidente argentino, Mauricio Macri, auspicia de anfitrión, un rol diplomático complejo ante un mundo donde el multilateralismo quedó a la defensiva por la irrupción del nacionalismo en varios rincones del planeta.
La ceremonia pareció de otra época. Trump, Peña Nieto y Trudeau, tres mandatarios que han tenido una relación generosa en fricciones, dejaron por un instante las diferencias de lado, se brindaron palabras elogiosas y se sentaron juntos a la mesa para estampar la firma en el nuevo acuerdo.
Hubo sonrisas y apretones de manos, y puños cerrados entre los funcionarios de los tres países que atestaron una pequeña sala del hotel donde no cabía un alfiler.
Con todo, persisten los desafíos. El nuevo acuerdo debe ser ratificado por los Parlamentos de cada país. Y los tres socios continúan enfrascados en una puja por los aranceles al acero y aluminio que impuso Trump. Trudeau tocó el tema de manera directa, con Trump al lado, en el que fue el único momento tenso de la ceremonia.
“El nuevo acuerdo mantiene la estabilidad”, afirmó Trudeau, para recordar, luego –intercalando el francés con el inglés–, que el fracaso de las negociaciones hubiera provocado un profundo daño económico.
“Alcanzar un nuevo acuerdo con Estados Unidos y México es un gran paso para nuestra economía”, agregó el primer ministro de Canadá.
Trump llegó con todas las figuras de su gobierno. Lo acompañaron el secretario de Estado, Mike Pompeo; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; su vocera, Sarah Sanders; su yerno, Jared Kushner –a quien Peña Nieto le otorgó la Orden del Águila Azteca, la máxima condecoración mexicana para un extranjero–, y su hija y asesora presidencial, Ivanka Trump. Relevo
Para Peña Nieto, la rúbrica del nuevo acuerdo tuvo un dejo nostálgico: hoy le entregará la banda presidencial a su sucesor, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador (ver aparte).
“Es tu último día en el cargo, es un día muy auspicioso cuando podés firmar algo tan importante”, le dijo Trump, quien nunca lo recibió en Washington o lo visitó en México, debido a las disputas por el proyecto del jefe de la Casa Blanca de fortalecer la frontera entre ambos países con un polémico muro.
El mandatario mexicano justificó la actualización del acuerdo, forzada por Trump, quien convirtió al Nafta en uno de los principales blancos de su campaña presidencial, en que los lazos comerciales no pueden permanecer “estáticos”.
“Los acuerdos comerciales no pueden permanecer estáticos, necesitan avanzar de acuerdo con las necesidades de nuestra economía”, señalo el presidente saliente, que dejó una cerrada defensa de la integración.
“Me siento profundamente honrado de participar junto a los líderes de dos grandes países, amigos y socios, en la firma del nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá”, indicó el presidente mexicano.
“La renegociación del nuevo acuerdo comercial buscó salvaguardar la visión de una América del Norte integrada, de la condición de que juntos somos más fuertes y más competitivos”, apuntó.
“El nuevo acuerdo mantiene la estabilidad. Alcanzar un nuevo acuerdo con Estados Unidos y México es un gran paso para nuestra economía”, dijo el primer ministro de Canadá