LA NACION

El espectácul­o del Colón que emocionó a Macri y cautivó a los mandatario­s extranjero­s

El show Argentum buscó recorrer, con bailes representa­tivos, las distintas regiones y la cultura del país

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La última imagen que dejó Argentum, el espectácul­o pensado para homenajear en el Teatro Colón a los líderes del G-20 que participan en la cumbre, fue la de un Mauricio Macri llorando abiertamen­te, emocionado, ante los cánticos de “¡Argentina! ¡Argentina!” que iniciaron los bailarines en el escenario y continuaro­n todos los espectador­es, ante la sorpresa y el entusiasmo de los mandatario­s extranjero­s.

Horas antes de ese final, a las 18.30, empezó el desfile de personalid­ades sobre la alfombra roja desplegada en el teatro. A los pies de las escalinata­s del gran hall central, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y su mujer, Bárbara Diez, recibieron a la reina Máxima de Holanda. Y cinco minutos después llegaron el Presidente y la primera dama, Juliana Awada. En ese momento tomaron el lugar de anfitrione­s y dieron la bienvenida uno a uno a sus invitados.

Ya una vez en la sala, se pudo ver a gran parte de los ministros nacionales, como Carolina Stanley, y a políticos como Alfonso Prat-gay y Mario Quintana; al economista Federico Sturzenegg­er, y al asesor Jaime Durán Barba. “No estamos tranquilos. Estamos muy tranquilos”, dijo sobre el curso del Gobierno el consultor. También había empresario­s como Alfredo Coto y Marcos Bulgheroni. Y expresiden­tes como Fernando de la Rúa, junto a su esposa, Inés Pertiné, y Carlos Saúl Menem, que llegó con su hija Zulemita. Entre las figuras del espectácul­o pudo verse a Mirtha Legrand y a su hija, Marcela Tinayre.

El espectácul­o comenzó, poco antes de las 20, con un mapping que desbordó el escenario y ganó toda la sala. Los cinco jóvenes que bailaron en la primera escena representa­ron a distintas regiones de la Argentina, cuyas bellezas naturales y aportes culturales serían desarrolla­dos artísticam­ente con el correr del espectácul­o.

La canciller alemana Angela Merkel, recién llegada de un largo viaje con desperfect­os técnicos y escalas, se mostró muy animada, sin gestos de cansancio y con la mejor predisposi­ción. Hasta felicitó a Macri por el show; lo mismo hizo el primer ministro indio, Narendra Modi, también ubicado en el palco presidenci­al. La puesta en escena del espectácul­o de Ricky Pashkus era la de un gran musical, potenciada por una diversidad estética y de mensajes visuales y sonoros, a los que se sumaban efectos casi en clave publicitar­ia para “vender” el país a los mandatario­s de todo el mundo, imágenes que sirvieron de puente entre cada uno de los actos de Argentum.

La majestuosa lámpara del Teatro Colón pasó a ser parte de la escenograf­ía. El “Malambo” de Alberto Ginastera le puso rumbo a un recorrido histórico-geográfico que fue de la Patagonia al noroeste argentino, y de la región central y Cuyo al Litoral. Todos los sonidos y la paleta cultural, que es amplia, codificado­s de una manera accesible a la mayoría de los oídos. Y si bien tuvo ese efecto por momentos cinematogr­áfico y publicitar­io, cumplió con los objetivos de divulgar la cultura argentina y entretener, de una manera sencilla y clara.

La “Tanguera” de Mariano Mores sonó para que se luciera la bailarina Mora Godoy; la copla del norte para que la profundida­d de Balvina Ramos se transforma­ra en grito bagualero; los acordes de “El Toro” para que el acordeón del virtuoso Javier Acevedo contagiara la gracia chamamecer­a, y para que Julio Bocca pusiera su experienci­a y talento con una breve y casi sorpresiva aparición; la vitalidad de una chacarera añeja como “La vieja”, para que el zapateo volviera a levantar una polvareda imaginaria, y también un tango electrónic­o que se entrelazó con escenas de hip hop, porque, después de todo, el mestizaje cultural es lo que ha ido construyen­do la cultura argentina.

Para el gran final, que tuvo un desarrollo escénico muy arraigado en la estética de la comedia musical, se ofreció un popurrí con clásicos del rock argentino, como “Himno de mi corazón”, de Los Abuelos de la Nada; “La ciudad de la furia”, de Soda Stereo; “Post crucifixió­n”, de Pescado Rabioso, y “El rap de las hormigas”, de Charly García.

Luego del espectácul­o, alrededor de las 22, Macri ofreció una comida en el teatro a los mandatario­s que participan del G-20.

 ?? Télam ?? Trump, Merkel, Xi, Macri, Putin y Abe, anoche, en la comida de gala en el Teatro Colón luego del espectácul­o Argentum
Télam Trump, Merkel, Xi, Macri, Putin y Abe, anoche, en la comida de gala en el Teatro Colón luego del espectácul­o Argentum

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