LA NACION

Dos finales

-

El fin de semana pasado se jugaban en Buenos Aires dos finales, de fútbol y de rugby. River con Boca y Alumni con Hindú. Una se suspendió dos veces; la otra se jugó. Fútbol, estadio lleno con 60.000 personas, todas de un solo club, hinchas con entradas que no pudieron ingresar, operativo de miles de policías, un barrio cercado y vallado, el ómnibus de Boca escoltado por la policía y una banda de maleducado­s que decidieron agredirlo con piedras y otros elementos. Jugadores heridos y descompues­tos, y las autoridade­s deportivas intentando a toda costa que se jugase el partido sin importar lo sucedido. Rugby, en la misma tribuna, hinchas de ambos clubes solo separados por sus colores, alentando con banderas y cantos, barrio abierto sin ningún cerco, sin ningún policía, jugadores de ambos equipos ingresando mezclados con los simpatizan­tes, todos pudieron entrar. Partido duro, jugado al límite de las fuerzas pero lealmente, un resultado que se definió faltando 5 minutos para el final. Un saludo entre ambos equipos dentro de la cancha y un festejo del campeón, Alumni, junto a su hinchada, sin producir ningún disturbio ni destrozo. La hinchada de Hindú aplaudiend­o a sus jugadores, porque habían dejado todo para ganar, y también al campeón, reconocien­do su victoria. Después, el tercer tiempo, en el que se fundieron en un abrazo la alegría de los campeones con la hidalguía de los vencidos.

¿Qué país queremos? ¿El de una minoría que con su agresión impidió vivir la ilusión de la final soñada o el sentir de la inmensa mayoría de los argentinos, reflejado en lo que sucedió en la final de rugby jugada en San Isidro?

Carlos Eduardo Varone

DNI 10.111.391

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina