LA NACION

Líder a los 25

con el empuje de Pablo Matera como flamante capitán, los Pumas se miden hoy con Barbarians en Londres

- Jorge Búsico

LONDRES.– Empezó el año como capitán de Jaguares y lo termina como capitán de los Pumas. En uno de los rincones de Twickenham, adonde volverá hoy en el último partido de 2018 del selecciona­do argentino, el tercera línea que nunca deja al equipo de a pié mira a sus compañeros, entre los cuales hay un grupo que atravesó durante estos días en el otoño europeo lo mismo que le tocó vivir a él en 2013, cuando debutó en el rugby profesiona­l siendo aún un Pumita. Ahora, con 56 tests sobre sus espaldas, Pablo Matera es el guía de un equipo que entró en la recta final hacia la Copa del Mundo de 2019, en Japón.

“Tenía un miedo bárbaro aquella vez cuando estaba por jugar contra Sudáfrica. No había nada más duro que enfrentar y dentro de la cancha lo sentí. Pero tuve una ventaja: había estado un mes con el equipo en la preparació­n para el Rugby Championsh­ip. A estos chicos les pasa lo mismo. Esta gira larga, de un mes, les permitió ir conociéndo­nos a nosotros, al staff, al juego y al nivel internacio­nal. Y ahora lo podrán experiment­ar dentro de la cancha”, cuenta Matera en un diálogo con la nacion una vez concluido el Captain’s Run, que lo tiene a él como protagonis­ta estelar. –¿Te ayudó el hecho de haber sido capitán de Jaguares para ocupar el mismo rol en los Pumas’ –Sí, pero son dos cosas diferentes. Si bien son los mismos compañeros yes el mismo staff, la camiseta argentina te da otras responsabi­lidades. Lo que sí me sirvió fue para vencer los miedos que tenía a comienzos de año. No sabía cómo iba a ser todo esto, estaba medio confundido y hasta con algunosmie­dos, pero con el tiempo me fui soltando y aprendí a disfrutarl­o. –¿Te ayudó tener de compañero a Creevy, que era quien había ocupado tu lugar?

–Totalmente. Yo tengo una muy buena relación con Agus y aproveché esta gira larga para hablar mucho con él sobre el rol del capitán. –¿Hablaste con algún otro ex capitán del selecciona­do? –Al primero que llamé para decirle fue a Corcho (por Juan Fernández Lobbe). Hablé mucho por teléfono y cuando jugamos en Francia vino a vernos y se quedó a dormir en el hotel con nosotros. Él me ayudó un montón también.

–¿Cuál es el consejo que más te marcó?

–Los dos me dijeron que no tenga miedo a equivocarm­e. Que si me equivocaba, podía revertirlo. Y en eso estoy, probando, tratando de seguir disfrutand­o de todo esto. –Ahora tenés que enfrentar seguido a la prensa en cada partido, antes y después. ¿Te estás acostumbra­ndo? –De a poco, je. Lo que más me cuesta es después de los partidos… –Tenés ganas de irte.

–Jajaja. Sí, pero no tanto por eso, sino porque los que ven los partidos tienen algunos datos que yo ni idea. Te hablan por ejemplo de la cantidad de tackles errados y ni sé qué responder, porque recién terminé de jugar y no pude analizar nada. –¿Qué balance hacés de esta gira, que también coincide con tus primeros pasos como capitán?

–La analizo desde el aprendizaj­e. Fue un año duro y largo en el que creo que tuvimos muy buenos momentos, tanto con Jaguares como con los Pumas, especialme­nte en el Championsh­ip con Sudáfrica, Australia y con Nueva Zelanda allá. Pero aún nos falta y somos autocrític­os en eso. –En tu rol de capitán ahora tenés más diálogo con los árbitros. ¿Ves diferencia­s de criterios entre los del Sur y los del Norte?

–Sí, especialme­nte en la zona de breakdown. Los del Norte te dan más tiempo, mientras que con los del Sur la tenés que jugar enseguida. –¿Cómo afrontan este partido con los Barbarians? ¿Como un test internacio­nal o como un partido para probar?

–Vamos a jugar con la camiseta de los Pumas, por lo cual lo tomamos como cualquier otro partido aunque no se trate de un selecciona­do. Pero también es verdad que nos va a servir para que varios chicos que vinieron aquí puedan jugar y medirse en este nivel, contra jugadores fuertes como los sudafrican­os. Pero no es un ensayo. Nunca lo es cuando te ponés la camiseta de los Pumas.

Formado en Alumni, pero casi sin haber jugado en la Primera de su club, con 25 años Matera parece ya un veterano. Indiscutid­o desde la primera vez que se transformó en Puma, más allá de algunos baches y lesiones en los primeros tiempos. Lejos de aquella personalid­ad que se presumía indomable, el ala alcanzó un grado de madurez y de análisis que se complement­an con sus dotes de jugador first class. Le toca ahora comandar a un grupo que se empieza a engrosar y que hoy cierra un año extenso y duro nada menos que en Twickenham. Y de calzar el honor que hereda de tantas leyendas del rugby argentino.

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 ?? Prensa uar ?? Pablo Matera, durante el Captain’s Run en Twickenham; a los 25 años, está aprendiend­o a ser el nuevo líder de los Pumas
Prensa uar Pablo Matera, durante el Captain’s Run en Twickenham; a los 25 años, está aprendiend­o a ser el nuevo líder de los Pumas

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