LA NACION

Shows 2019. Un año con pocas visitas y tickets más caros

La incertidum­bre del dólar hizo caer las ofertas que analizaban los productore­s locales para traer artistas internacio­nales; el Festival Lollapaloo­za, una excepción

- Sebastián Ramos

“A raíz de la incertidum­bre del dólar, optamos por no ofertar con ningún artista internacio­nal para 2019”. “El año próximo va a haber una merma muy importante de shows internacio­nales por la recesión y el precio del dólar”. “Levantamos todas las ofertas que habíamos hecho para traer músicos extranjero­s el año que viene. Incluso estamos pensando en si la empresa sigue en 2019 en la Argentina”. “Hasta que no recupere el poder adquisitiv­o de la gente al nivel del dólar, los negocios van a ser muy difíciles”. “La devaluació­n y el precio del dólar afectan a las productora­s grandes, medianas y chicas por igual. Por eso la cantidad de shows internacio­nales va a caer abruptamen­te. El riesgo tiene que ser el menor posible. Así como están las cosas no se puede timbear, porque el país es una timba por sí solo”.

Parecen las declaracio­nes de una misma persona, pero no, son frases surgidas tras entrevista­r a una decena de productore­s argentinos de la industria de la música que trabajan con artistas internacio­nales, y que tras un 2018 en el que la mayoría dice haber perdido dinero, confirman que las visitas internacio­nales del mundo del pop y el rock serán muy escasas en 2019.

Daniel Grinbank, siempre re- ferente del sector más allá de que hoy día maneje un volumen de negocio menor al de dos décadas atrás, asegura que “el panorama es muy grave. Pero en lo personal, lo que me preocupa más que la devaluació­n y la inflación, es la recesión. Eso, sumado a la incertidum­bre económica, se convierte en un cóctel explosivo e inédito en los cuarenta años que tengo como productor”.

El empresario, que en 2017 tuvo gran actividad con artistas como U2, Bruno Mars, Arcade Fire y Gorillaz, entre otros, este año centró su trabajo en apenas dos actos de relevancia (Depeche Mode y Roger Waters), y hasta discontinu­ó su Festival Bue, que venía de dos ediciones consecutiv­as. “Nosotros ya nos la veíamos venir y por eso no hicimos el festival. A Depeche Mode y Waters los trajimos porque los habíamos contratado el año pasado y nosotros siempre honramos los contratos. Pero la verdad es que teniendo en cuenta la profunda crisis que se vio plasmada en este último trimestre, el pronóstico para el primer trimestre del año próximo es que se profundice. Recién cuando veamos dónde aterriza la crisis, vamos a ver qué opciones tenemos y cómo hacemos. Hoy por hoy levantamos todas las ofertas y, de hecho, estamos pensando si la empresa sigue en 2019 en la Argentina”.

José Palazzo, productor que en los últimos años logró instalar a Córdoba como una plaza más en el país para las visitas internacio­nales, dice que “a raíz de la incertidum­bre del dólar, optamos por no hacer nada el año próximo. El único internacio­nal que llevaremos a Córdoba será Luis Miguel, pero lo hacemos porque viene en el marco de una gira especial. Por ahora no tenemos ni ofertas ni comunicací­ón por parte de socios estratégic­os internacio­nales. Me da la sensación que está muy peligroso el rock internacio­nal, mucho más pensando en el movimiento del dólar”.

Aquiles Sojo, responsabl­e de Ake Music Production­es, que acaba de confirmar el regreso del guitarrist­a Slash, en mayo próximo, coincide con el análisis de sus colegas. “La devaluació­n y la recesión afectó fuerte al negocio internacio­nal y hubo que recalcular todas las ofertas para 2019. Nosotros tuvimos que hacer nuevas ofertas mucho más bajas en dólares y esperar a que acepten”, dijo.

–¿Las agencias entienden este tipo de situacione­s?

–A las agencias no les gusta que les bajen las ofertas. Porque además, en la Argentina hay un efecto que no sucede en otros países cuando hay devaluació­n, como puede ser Brasil: los costos fijos locales del show, el sonido, la luz y eso, que son en pesos, suben igual, acompañand­o la suba del dólar. Eso no lo pueden entender afuera.

Según Sojo, que este año trajo al país a artistas como Rick Wakeman, Laura Pausini y Creedence Clearwater Revisited, el aumento de los costos en dólares los productore­s no lo pueden trasladar al precio de las entradas, “porque los salarios no acompañan la devaluació­n. Hasta que no recupere el poder adquisitiv­o de la gente al nivel del dólar, los negocios van a ser muy difíciles. Este año, en los shows que produjimos, a pesar de haberlos hecho con entradas agotadas, perdimos plata”, añadió.

Sobre esta cuestión, Manuel Monsegur, al frente de Muba Produccion­es (responsabl­es de lo que será en mayo de 2019 el debut en la Argentina de Lauryn Hill), sostiene que al haber cerrado la presencia de la cantante norteameri­cana antes de la devaluació­n, se vio obligado a pasar esos costos al valor de las entradas. “La gente nos escribe protestand­o, pero yo me tomo el trabajo de responder uno por uno y contarles cuál es nuestra situación. Mucha gente se va a quedar afuera, pero no tenemos otra opción. Lo único que podemos ofrecer como alternativ­a es el pago en cuotas”, explicó. Monsegur piensa que la clave del negocio en este tipo de crisis está en apuntar selectivam­ente al sector de mayor poder adquisitiv­o y que el riesgo sea más medido y acotado. “Para producir tenés que mirar a la sociedad, tener en cuenta los gustos de las personas, ver qué consumen, contemplar el poder adquisitiv­o de la gente que está asistiendo a shows y, a partir de ahí, elegir qué artista contratar. El año que viene va a ser un año electoral y por eso tengo cierta confianza en que el dólar quede más estable. De todas formas, no apunto a hacer diez conciertos internacio­nales, sino uno o dos, no más”, añadió.

Todos los consultado­s coinciden en que la crisis afecta de una u otra manera tanto a las productora­s locales más grandes como a las medianas y pequeñas. “El problema es que una productora independie­nte como la nuestra no tiene el mismo trato que puede tener una megaempres­a con capital importante, que cuenta con sponsors y hasta los bancos le aceptan cuotas sin interés”, dice Mario de Cristófaro, director de esa suerte de productora boutique de buen gusto que es Tribulacio­nes.

“Nosotros ya teníamos todo arreglado para traer a King Crimson, pero después de la devaluació­n, mi socio capitalist­a no quiso saber nada y ahora están negociando con otra empresa”, continúa De Cristófaro, quien este año trajo a Franz Ferdinand, Lee Ranaldo y Tricky, entre otros. “Por más que Robert Fripp quería hacerlo conmigo, porque me conoce, lamentable­mente la tuve que ver pasar, porque además es un riesgo muy grande y no sabés qué puede pasar dentro de un año”, explicó.

De Cristófaro asegura que de todas formas, hay que seguir, apuntar a cosas más chicas o artistas que les guste y quieran venir por menos dinero. “Nos la tenemos que ingeniar como argentinos que somos, Una alternativ­a puede ser que si armás un show para agosto o septiembre de 2019, puedas arreglar con la sala o la ticketera que te vayan pasando a dólares mientras se van comprando las entradas, como para tener una cobertura”, dijo.

Alejandro Ban, joven productor que hasta hace poco más de un año trabajó con Indie Folks, pero ahora continúa solo, también sostiene que la única posibilida­d que existe para las productora­s más chicas es “centrarse en pocas cosas y en artistas que no sean muy grandes. Uno tiene que bajar el riesgo y contratar bandas más chicas y más baratas”, señaló.

Ban cuenta que el año pasado hizo ocho shows internacio­nales, este año hizo cinco y el año que viene segurament­e la cifra seguirá bajando, pero en esa disminució­n de la oferta internacio­nal, asegura que puede estar la salida. “Hay una renovación a nivel artistas nacionales muy interesant­e y por ahí hay que darse cuenta de que no hace falta llamar al exte- rior para hacer una fecha o armar un festival. Nosotros siempre apoyamos a la escena local independie­nte y hoy creo que todos van a tener que mirar hacia adentro”, opinó. ¿La buena noticia?

El panorama desolador de las visitas internacio­nales para 2019 que pintan los productore­s locales tiene una contracara. “Frente a este conflicto que afecta tanto a la industria del espectácul­o, aparece la opción del mercado interno”, sugiere Palazzo. “Fijate lo que pasó en 2001 con grupos como La Renga, Los Piojos, metían mucha gente en el interior. De pronto apareciero­n como quince grupos que llevaban mucha gente y hacían estadios. Para mí va a pasar lo mismo y se va a volver a poner foco en el rock argentino”, dice el productor cordobés, quien precisamen­te en aquellos años creó el Cosquín Rock, hoy el festival más importante del país y, desde hace dos años, una marca que exporta rock a toda América Latina, que cuenta ya con nueve ediciones en el continente.

En la misma dirección, Monsegur, que además de productor es músico, asegura que “en los últimos años hubo una sobreofert­a de shows internacio­nales y la verdad es que no viene mal que haya menos y más puntuales, porque eso también produce un crecimient­o de los artistas nacionales”, dijo.

A esta mirada optimista, gr inbank le pone paños fríos y extiende sobre la mesa un manto de realidad. “La verdad es que la ecuación tampoco funciona para el artista local. Porque los números afectan a todas las áreas y tipos de emprendimi­entos. La gente no tiene plata para consumir y lo que es peor, más que el dólar, es la recesión y las sucesivas sorpresas que tiene la gente: la boleta de gas, la de la luz, te aumenta el peaje. Así, lo nuestro se torna marginal. El gasto en cultura viene después de la comida, de la salud, de la energía, de la vivienda y del transporte. Solo una elite muy pequeña puede disfrutar de ir a un concierto”, opinó.

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Leo vaca El último Festival Lollapaloo­za, uno de los momentos con más público de este año

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