LA NACION

La tregua de Buenos Aires: Trump y Xi frenaron la guerra comercial

En la reunión, acordaron no imponer aranceles adicionale­s desde el 1° de enero; fue “altamente exitosa”, dijo la Casa Blanca

- Rafael Mathus Ruiz

Era la “cumbre dentro de la cumbre”, la reunión más esperada por fuera de la agenda del G-20 en Buenos Aires. En un hermético encuentro de más de dos horas en el Palacio Duhau, los presidente­s Donald Trump y Xi Jinping sellaron una tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que mantiene en vilo a la economía global. Apenas terminó la comida, Trump partió, junto a su comitiva, a Ezeiza para abordar el Air Force One de regreso a Washington, sin hacer comentario­s. La primera señal la ofreció su principal asesor económico, Larry Kudlow, que dijo que la reunión había ido “muy bien”. En tanto, según el diario South China Morning Post, el encuentro culminó con un aplauso de ambas delegacion­es. Al cerrar el día, la Casa Blanca confirmó que Trump y Xi habían acordado que, después del 1º de enero, no se impondrán más aranceles y que continuará­n las negociacio­nes.

Hermetismo, señales auspiciosa­s y un comunicado oficial de la casa Blanca sobre la “altamente exitosa reunión”. la esperadísi­ma “cumbre dentro de la cumbre” en Buenos aires entre el presidente norteameri­cano, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, mantuvo anoche al mundo expectante, con poca informació­n, pero con gestos concretos que marcaron una tregua en la guerra comercial entre Washington y Pekín.

Tras el cierre de la cumbre de líderes del G-20, las miradas del mundo recayeron en el “G-2”, la cena de trabajo de Trump y Xi y sus funcionari­os en el Palacio Duhau, a la cual llegaron ayer por la tarde envueltos en una enorme expectativ­a, presionado­s por zanjar sus diferencia­s y llevar calma a la economía global. El encuentro se extendió un poco más de lo previsto, más allá de las dos horas.

anoche, la casa Blanca informó que en una “altamente exitosa reunión” Trump acordó que “el 1° de enero de 2019 dejará los aranceles de 200.000 millones de dólares en productos a una tasa del 10% y no los elevará al 25% en ese momento”. además, en el mismo comunicado señaló que china aceptó aumentar importacio­nes para bajar el déficit comercial.

“Esta fue una reunión asombrosa y productiva con posibilida­des ilimitadas tanto para Estados Unidos como para china. Es un gran honor trabajar con el presidente Xi”, dijo Trump, según la nota oficial.

apenas terminó la cena, Trump partió junto a su comitiva al aeropuerto de Ezeiza para abordar el air Force one de regreso a Washington, sin hacer declaracio­nes. la primera señal la ofreció su principal asesor económico, larry Kudlow, que dijo, al abordar, que la cena había ido “muy bien”.

los gestos auspicioso­s se habían apilado ya antes del comienzo de la cena. luego de sentarse a la mesa y quedar frente a frente, Trump había destacado su relación “especial” con Xi.

“Discutirem­os sobre comercio, y creo que en algún momento vamos a terminar por hacer algo que sea genial para china y para Estado Unidos”, había señalado el mandatario republican­o.

Trump le agradeció a Xi sus palabras por la muerte del expresiden­te George H. W. Bush. Xi dijo que se sentía “muy apenado” por el fallecimie­nto del patriarca de la histórica familia norteameri­cana.

“Solo con la cooperació­n entre nosotros podemos servir el interés de la paz y la prosperida­d”, indicó el líder chino.

Washington y Pekín están enfrascado­s en una puja por el título de primera potencial global y en una guerra comercial que había sido desatada por Trump cuando impuso aranceles a las compras de Estados Unidos de acero y aluminio, que luego amplió a otros productos por un total de unos 250.000 millones de dólares. Trump había amenazado luego con imponer más impuestos a importacio­nes por otros 267.000 millones de dólares, una movida que hubiera terminado por gravar todas las compras al gigante asiático.

china respondió con la misma moneda, al imponer tarifas sobre las importacio­nes desde Estados Unidos por unos 60.000 millones de dólares.

El gigante asiático siempre fue el principal blanco del giro proteccion­ista que impuso Trump en la política exterior de Estados Unidos. El país es uno de los principale­s socios comerciale­s de la primera potencia global, y acumula desde hace años un amplio superávit comercial en la compra y venta de productos.

En 2017, Estados Unidos registró un rojo de 375.000 millones de dólares, que se ampliará casi con certeza este año. Trump tiene la teoría de que los déficits comerciale­s son malos para la economía norteameri­cana, una conclusión discutida por algunos miembros de su gobierno.

la puja entre ambos países ha mantenido en vilo al planeta por el impacto que puede llegar a tener sobre la economía global. ambos gobiernos nunca cortaron el diálogo, y han intentado llegar a un acuerdo. la cena entre Trump y Xi se presentaba como la mejor oportunida­d para lograr un quiebre en esas negociacio­nes o, al menos, poner una pausa en los roces.

Trump llevó a sus más estrechos colaborado­res. Estuvieron con él el secretario de Estado, Mike Pompeo; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; su jefe de Gabinete, John Kelly; su principal negociador comercial, Robert lighthizer; su asesor nacional de Seguridad, John Bolton; su asesor y yerno, Jared Kushner; su principal asesor económico, larry Kudlow, y Peter navarro, el arquitecto proteccion­ista de su gobierno.

Xi concurrió con una delegación “espejo”, en la cual estaban, entre otros, su ministro de asuntos Exteriores, Wang Yi; su ministro de comercio, Zhong Shan, y el embajador de china en Estados Unidos, cui Tiankai. no hubo una sola mujer sentada en la mesa principal. las únicas en la sala fueron las traductora­s detrás de ambos mandatario­s.

la cena tuvo sabor argentino. El plato principal fue un vacío wagyu a la plancha con cebollas coloradas, ricota de cabra y dátiles, y se sirvieron dos vinos mendocinos de la Bodega catena: nicolás catena Zapata Malbec, cosecha 2014, y adrianna Vineyard White Stones chardonnay, cosecha 2009. Todo terminó con un aplauso, según publicó el diario South China Morning Post. Un gesto para coronar la tregua forjada en Buenos aires entre Washington y Pekín.

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K. lamarque/reuters
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Pablo Martínez Monsivais/aP Xi, ayer, acompañado por sus funcionari­os en la crucial reunión en el Palacio Duhau

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