LA NACION

Alivio y satisfacci­ón en el Gobierno por el “éxito” de la organizaci­ón de la cumbre

Macri, exultante, compartió con sus ministros los elogios porque no hubo disturbios y porque se logró un documento consensuad­o; la explicació­n por el llanto en el Colón

- Santiago Dapelo Con la colaboraci­ón de Jaime Rosemberg

Sonriente, Mauricio Macri bajó los tres escalones de la tarima en el centro de prensa de Costa Salguero, cruzó un breve comentario con el canciller Jorge Faurie y se fundió en un abrazo con su amigo, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Alrededor, entre sus principale­s asesores, todo era felicidad. Era el punto final para 48 horas en las que lo atravesaro­n duras negociacio­nes, las obligacion­es como anfitrión de la cumbre de líderes que lo tuvo como epicentro y la emoción por el acuerdo.

Después de varios meses administra­ndo malas noticias, el Gobierno se mostró “aliviado y feliz” por el “éxito” de la Cumbre del G-20, reflejado en la fluidez de la organizaci­ón, la ausencia de disturbios y el documento final consensuad­o. El Presidente, incluso, sin que nadie le preguntara sobre el asunto, se refirió a las sensacione­s que lo movilizaro­n hasta las lágrimas en el Teatro Colón con el show Argentum. “Me quebró ver el orgullo de los artistas que espontánea­mente empezaron a gritar ‘¡Argentina! ¡Argentina!’ Ya venía golpeado porque veía lo shockeada que estaba Angela [Merkel] al lado mío, [del primer ministro japonés] Shinzo Abe del otro lado y veía la cara de todos, porque se ve en el teatro, hay suficiente luz”, relató el Presidente.

Macri relató que en ese momento vio cómo el resto de los presidente­s “estaban maravillad­os con lo que les estábamos mostrando”. Y agregó: “Nosotros les estábamos mostrando imágenes del maravillos­o país que tenemos, les estábamos mostrando la diversidad de nuestro país. La diversidad cultural que hay. ¡Todo nuestro! Esto es lo que nos movilizó a todos”.

En la Casa Rosada no escatimaro­n en calificati­vos para destacar lo que sucedió en la ciudad de Buenos Aires en los últimos días. “Sirve para recuperar la memoria. Una muestra del orgullo que tenemos muchos argentinos de que se puede”, describió uno de los testigos íntimos de la maratón de reuniones y cónclaves de los que participó el jefe del Estado.

“¡Mejor imposible! Lo importante es que todos los líderes trabajaron para que saliera este documento”, dijo a la nacion el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien abandonó por un rato el bajo perfil que se impuso en los últimos meses. Algunos, incluso, fueron un poco más lejos y hablaron en clave electoral. “Fue un mensaje para adentro y para afuera”, admitió un hombre con acceso al despacho presidenci­al.

El respaldo de los principale­s líderes del mundo como Donald Trump, Xi Jinping, Vladimir Putin, Angela Merkel y Emmanuel Macron fue lo que se destacó puertas adentro en el Gobierno. “Fue un contundent­e apoyo para la Argentina y para Mauricio”, resaltaron fuentes oficiales. En ese sentido, también subrayaron como un logro el rol que asumió Macri como constructo­r de puentes para la búsqueda de consensos. “Mostramos la Argentina que somos y la que podemos ser”, enfatizó Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégic­os y una de las “sombras” que acompañaro­n a Macri en cada paso que dio.

Tras el anuncio del comunicado oficial, con el acuerdo de los 20 integrante­s, Macri se trasladó al Centro Cultural Kirchner (CCK), donde se reunió con el premier japonés. Antes de retirarse de “la Cúpula”, Macri dijo que hubo una coincidenc­ia entre todos “en revaloriza­r la cultura del trabajo”. A su lado, Hernán Lombardi, director de Medios y coordinado­r de la Unidad Técnica G-20, no podía ocultar su alegría.

Antes de la llegada del Presidente, varios funcionari­os fueron los primeros en dar muestras de alivio. “Decían que íbamos a tener problemas con el documento, con la seguridad... Todo salió perfecto”, afirmó el vicejefe de Gabinete, Andrés ibarra. Todos los ministros llegaron un rato después para acompañar al Presidente en el CCK. Las caras lo decían todo, y también los gestos: saludos efusivos con periodista­s y el personal de protocolo no faltaron.

“Nuestro G-20 ha sido un gran éxito. Tuvimos diálogos constructi­vos y alcanzamos un muy buen comunicado de consenso. Estamos orgullosos del trabajo realizado”, escribió en Twitter el ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne. En esa línea también se refirió Faurie: “¡Un gran nivel de acuerdo! Estamos seguros de que el enorme trabajo que hicimos en la Argentina será continuado y potenciado por Japón en el próximo”.

Pese al estado de alegría nadie se animó a pronostica­r cuánto tiempo durará. El lunes, ya anticipan cerca de Macri, la “realidad” local volverá a copar la agenda y la diferencia que hizo el Gobierno con el G-20 será historia antigua. O eso es lo que intentará la oposición, según creen los asesores del Presidente. Aunque para eso falta. Ayer todo era festejo.

Una postal de eso es lo que quedará en la memoria del grupo de los siete funcionari­os que acompañaro­n a Macri a sol y a sombra. Ahí, ante ellos, apenas terminó el segundo día del plenario, con el acuerdo sellado, Macri giro su silla y lanzó: “¡Tarea cumplida!”

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Twitter El Presidente, junto al equipo de funcionari­os que lo acompañó durante el encuentro internacio­nal

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