LA NACION

Además de Putin, Mohammed logró el apoyo de Xi

El líder chino se reunió con el príncipe heredero, salpicado por un crimen

- Paula Markous

El video del presidente ruso, Vladimir Putin, chocando los cinco con el príncipe heredero saudita, Mohammed ben Salman, se volvió viral. Sin embargo, un gesto mucho más fuerte pasó inadvertid­o: el apoyo que le dio el presidente chino, Xi Jinping, al hijo del rey Salman en una reunión que tuvieron los líderes ayer al margen de la Cumbre del G-20.

Xi no marginó al príncipe por su supuesta participac­ión en el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en el consulado saudita de Estambul ni por los crímenes de guerra cometidos por Arabia Saudita en Yemen.

Sin mencionar estos temas espinosos, el presidente chino dijo, en un comunicado emitido por la cancillerí­a, que China “va a apoyar el desarrollo económico del reino” y agregó que “la estabilida­d era la piedra angular para la prosperida­d y el progreso en el Golfo”.

“China apoya firmemente a Arabia Saudita en su impulso por la diversific­ación económica y las reformas sociales, y brinda apoyo mutuo en temas que involucran sus intereses centrales”, continuó el comunicado, que agregó que Pekín estaba adoptando una “estrategia de largo plazo” con el reino.

La agencia de prensa saudita informó hoy que el príncipe heredero y Xi habían discutido la asociación entre los dos países y las formas de armonizar la visión 2030 de Arabia Saudita, un plan para diversific­ar la economía más allá del petróleo, con la “Iniciativa de Cinturón y Ruta de la Seda” de China.

Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de petróleo, ha sido superado por Rusia como el principal proveedor de crudo a China en los últimos dos años, por eso Riad quiere acercarse a Pekín y cambiar la situación.

Sin mirar ideologías, China también tiene una muy buena relación con Irán, el enemigo histórico de Arabia Saudita.

Xi no fue el único que tuvo reuniones bilaterale­s con Mohammed, conocido como MBS, que no fue discrimina­do en la cumbre como se pensó en un principio.

El príncipe heredero se juntó también con el primer ministro de la India, Narendra Modi, quien ayer a la tarde destacó en las redes sociales el “fructífero” intercambi­o que tuvo con el saudita.

MBS se juntó también con la primera ministra británica, Theresa May. La diferencia es que esta si lo confrontó por la muerte de Khashoggi. May le solicitó el esclarecim­iento del crimen y le pidió que tome las medidas necesarias para que no se repita un “incidente tan deplorable”.

En este contexto, el presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que Turquía no desea dañar a la familia real saudita y agregó que hallar a los responsabl­es del asesinato del periodista Jamal Khashoggi también sería bueno para Arabia Saudita.

En una conferenci­a de prensa durante la Cumbre del G-20 en Buenos Aires, Erdogan dijo que Mohammed envió a su fiscal jefe a Turquía para investigar el asesinato de Khashoggi, pero aclaró que el funcionari­o no había compartido informació­n con Ankara.

Evidencias

Turquía tiene pruebas que documentan que Khashoggi fue asesinado en siete minutos y medio, dijo Erdogan.

El presidente turco agregó que Ankara compartió esa evidencia con todos los países que se lo han pedido, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Canadá y Arabia Saudita.

Khashoggi, crítico con el régimen saudita y quien se autoexilió el año pasado en Estados Unidos (donde escribía columnas para The Washington Post), fue al consulado el 2 de octubre pasado para realizar unos trámites administra­tivos porque quería casarse. Nunca salió del consulado.

Después de afirmar que había dejado la legación diplomátic­a, primero, y que había muerto en una pelea a golpes de puño, después, las autoridade­s sauditas confirmaro­n que Khashoggi fue asesinado en una operación encubierta y desconocid­a por el príncipe Mohammed, que mantiene un férreo control sobre el aparato de seguridad y de inteligenc­ia del reino.

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