LA NACION

River pasó del “vení a jugar” a una carta de desacuerdo por el partido en Madrid

A tres días del desafío de D’Onofrio a Angelici, el presidente millonario expuso por escrito a la Conmebol su decepción por la sede

- Carlos Delfino

Debiera girar alrededor del fútbol la final de la Copa Libertador­es, pero es una novela dramática. La pelota rueda muy poco, casi nada, y se superponen los capítulos fuera de la cancha. Con palabras, con hechos, con acciones, con mensajes públicos y privados. La final de todos los tiempos parece que no fuera a terminar más.

Definido por el Tribunal de Disciplina de la Conmebol que el partido revancha se juegue, tras la suspensión por incidentes en el Monumental, y elegido el estadio Santiago Bernabéu, de Madrid, como sede, mientras avanzan en la logística para viajar, ambos clubes exterioriz­an su enojo en un show de comunicado­s. Lo hizo Boca en la semana, amenazando con no presentars­e e ir hasta las últimas consecuenc­ias, así llegue hasta el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Ayer, desde River, cuyo presidente Rodolfo D’Onofrio había retado a su par Daniel Angelici con un tajante “Vení a jugar”, se emitió una carta a Alejandro Domínguez, presidente la Conmebol, en la que expresa su rechazo al cambio de sede y se enumeran las razones.

Entre otros puntos, se fundamenta: 1) La responsabi­lidad por la falla del operativo de seguridad fue asumida por las más altas autoridade­s del Estado. 2) Más de 66.000 asistentes al estadio aguardaron pacienteme­nte (...) y ahora se les niega la posibilida­d de presenciar el espectácul­o, en virtud de la evidente diferencia de costos y la distancia. 3) Es incomprens­ible que el clásico más importante del fútbol argentino no pueda desarrolla­rse con normalidad en el mismo país en el que en los días que corren se desarrolla un G20. El fútbol argentino y la AFA no deben permitirse que un puñado de violentos impidan el desarrollo del Superclási­co en nuestro país.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, dio una conferenci­a de prensa en el marco del G20, donde tiene tratamient­o de jefe de estado, y salió al cruce. “Siempre se tiene que jugar, la pelota no se puede parar”, sentenció el dirigente suizo. “No jugar un partido es siempre una pérdida. La Conmebol cree que la única manera es jugarlo en España, y como es otro continente, la FIFA lo ha aprobado y va a tomar parte. Tenemos que lograr que sea una fiesta del fútbol sudamerica­no. Se jugará en Madrid, que es un poquito Sudamérica”.

Desde Montevideo, adonde viajó junto a Infantino para el acto de aprobación del nuevo estatuto del fútbol uruguayo, Domínguez también marcó territorio, como si ya no quisiera escuchar a nadie más. “Si algo tengo por seguro es que el partido se va a jugar en el Bernabéu, eso es irreversib­le. Angelici y D’Onofrio me dieron su palabra. Y la palabra, para mí, vale”.

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Fifa Infantino marcó territorio en el G20: “Siempre se tiene que jugar, la pelota no se puede parar”

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