De a poco, la ciudad se libera de las vallas y retoma su rutina
Hoy se normalizará el transporte y se habilitarán las zonas protegidas por la cumbre
La ciudad empezó, con lentitud, a desperezarse ayer luego de la Cumbre del G-20. Después de un viernes atípico, con calles más desiertas que en un feriado cualquiera, la Capital comenzó a tomar el pulso habitual aún con las restricciones dispuestas por el operativo de seguridad y con zonas valladas. Desde hoy, con la normalización del servicio de trenes y subtes, la apertura de las áreas restringidas y el repliegue de las fuerzas que custodiaron cada actividad vinculada a la cumbre, el frenesí porteño dominará nuevamente la escena.
La avenida Corrientes volvió, ayer, a sentir el tránsito típico de los fines de semana. Autos particulares, colectivos y taxis circularon a buen ritmo desde Chacarita hasta el obelisco. Parecía que el viernes estaban escondidos bajo el asfalto. Los comercios, sobre todo en la zona del macrocentro que estuvo cercada, anteayer, por la marcha que realizaron los manifestantes en contra de la reunión de los líderes mundiales, reabrieron sus puertas, aunque sin demasiado éxito.
“Parecen días de un paro general. Hay gente del barrio paseando, pero las ventas cayeron mucho; así estuvo el jueves y ayer [por anteayer]. Esperamos volver a la normalidad el domingo [por hoy]”, dijo Sofía Rivero, encargada de un local de ropa femenina en un shopping sobre Corrientes.
Algunas cuadras más adelante del centro comercial el panorama era bastante parecido: gente caminando, muchos turistas, pero poca actividad en los comercios. “Hay más movimiento que el viernes, pero no se ve el impacto en las ventas”, dijo Fernando Fernández, del kiosco ubicado en Montevideo al 400. “La gente desapareció el jueves aprovechando que era feriado administrativo. Recién volverá el lunes, con suerte”, agregó.
La actividad en los teatros también fue alterada por la organización del G-20 y eso perjudicó a los comercios de la zona. “Esto fue un desastre. La cumbre se tendría que haber organizado domingo y lunes, los días de menor movimiento. nosotros sumamos dos días con un 90% menos de facturación”, se quejó Juan Pablo Mintz, encargado de una tradicional pizzería porteña. “Tampoco hay movimiento por los teatros y eso nos mató. La norma de la empresa es tener abierto todo el horario, pero mirá lo que es el local”, dijo señalando las mesas. En ese momento, al mediodía, había solo dos comensales.
Los espacios verdes alejados de las zonas vedadas tuvieron intensa actividad anteayer y ayer, como si no se hubiese concretado la Cumbre del G-20 por la ciudad. Y en aquellos cerca de los perímetros de seguridad, como los bosques de Palermo, los vecinos empezaron a recuperar sus rutinas habituales.
Sin embargo, anoche aquellos que iban en dirección al Aeropuerto internacional de Ezeiza por la Autopista Ricchieri se encontraron con una fuerte congestión, provocada por la partida de las delegaciones de mandatarios. “Estoy atrapada en la Ricchieri. Tengo un vuelo a las 22.45. Son las 21.30 y todavía no logró llegar a Ezeiza. Llamé al call center de la aerolínea y me dijeron que los vuelos saldrán demorados porque a muchos pasajeros les pasa lo mismo”, señaló una argentina afectada. En Aeroparque se preveía que el primer aterrizaje se registraría alrededor de la medianoche. El Palomar recién retomará sus actividades poco después de las 6 de hoy.