LA NACION

De a poco, la ciudad se libera de las vallas y retoma su rutina

Hoy se normalizar­á el transporte y se habilitará­n las zonas protegidas por la cumbre

- Mauricio Giambartol­omei

La ciudad empezó, con lentitud, a desperezar­se ayer luego de la Cumbre del G-20. Después de un viernes atípico, con calles más desiertas que en un feriado cualquiera, la Capital comenzó a tomar el pulso habitual aún con las restriccio­nes dispuestas por el operativo de seguridad y con zonas valladas. Desde hoy, con la normalizac­ión del servicio de trenes y subtes, la apertura de las áreas restringid­as y el repliegue de las fuerzas que custodiaro­n cada actividad vinculada a la cumbre, el frenesí porteño dominará nuevamente la escena.

La avenida Corrientes volvió, ayer, a sentir el tránsito típico de los fines de semana. Autos particular­es, colectivos y taxis circularon a buen ritmo desde Chacarita hasta el obelisco. Parecía que el viernes estaban escondidos bajo el asfalto. Los comercios, sobre todo en la zona del macrocentr­o que estuvo cercada, anteayer, por la marcha que realizaron los manifestan­tes en contra de la reunión de los líderes mundiales, reabrieron sus puertas, aunque sin demasiado éxito.

“Parecen días de un paro general. Hay gente del barrio paseando, pero las ventas cayeron mucho; así estuvo el jueves y ayer [por anteayer]. Esperamos volver a la normalidad el domingo [por hoy]”, dijo Sofía Rivero, encargada de un local de ropa femenina en un shopping sobre Corrientes.

Algunas cuadras más adelante del centro comercial el panorama era bastante parecido: gente caminando, muchos turistas, pero poca actividad en los comercios. “Hay más movimiento que el viernes, pero no se ve el impacto en las ventas”, dijo Fernando Fernández, del kiosco ubicado en Montevideo al 400. “La gente desapareci­ó el jueves aprovechan­do que era feriado administra­tivo. Recién volverá el lunes, con suerte”, agregó.

La actividad en los teatros también fue alterada por la organizaci­ón del G-20 y eso perjudicó a los comercios de la zona. “Esto fue un desastre. La cumbre se tendría que haber organizado domingo y lunes, los días de menor movimiento. nosotros sumamos dos días con un 90% menos de facturació­n”, se quejó Juan Pablo Mintz, encargado de una tradiciona­l pizzería porteña. “Tampoco hay movimiento por los teatros y eso nos mató. La norma de la empresa es tener abierto todo el horario, pero mirá lo que es el local”, dijo señalando las mesas. En ese momento, al mediodía, había solo dos comensales.

Los espacios verdes alejados de las zonas vedadas tuvieron intensa actividad anteayer y ayer, como si no se hubiese concretado la Cumbre del G-20 por la ciudad. Y en aquellos cerca de los perímetros de seguridad, como los bosques de Palermo, los vecinos empezaron a recuperar sus rutinas habituales.

Sin embargo, anoche aquellos que iban en dirección al Aeropuerto internacio­nal de Ezeiza por la Autopista Ricchieri se encontraro­n con una fuerte congestión, provocada por la partida de las delegacion­es de mandatario­s. “Estoy atrapada en la Ricchieri. Tengo un vuelo a las 22.45. Son las 21.30 y todavía no logró llegar a Ezeiza. Llamé al call center de la aerolínea y me dijeron que los vuelos saldrán demorados porque a muchos pasajeros les pasa lo mismo”, señaló una argentina afectada. En Aeroparque se preveía que el primer aterrizaje se registrarí­a alrededor de la medianoche. El Palomar recién retomará sus actividade­s poco después de las 6 de hoy.

 ?? Rodrigo néspolo ?? Lejos de las áreas con perímetros de seguridad por la realizació­n del encuentro, los porteños disfrutaro­n de un sábado atípico
Rodrigo néspolo Lejos de las áreas con perímetros de seguridad por la realizació­n del encuentro, los porteños disfrutaro­n de un sábado atípico

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina