la cumbre cerró con un acuerdo y macri lo celebró como un triunfo
Los líderes lograron un consenso básico tras dos días de debate; se incluyó el tema ambiental, aunque Trump dejó asentada su disidencia sobre el calentamiento global; el Gobierno cree que podrá capitalizar el éxito de la organización
El cierre de la Cumbre del G-20 encontró ayer al presidente Mauricio Macri y a su equipo aliviados y felices. El consenso logrado con todos los países en la redacción del documento final fue el corolario de dos jornadas de intensas negociaciones en las que el capítulo del cambio climático fue el más conflictivo. Así lo refleja el hecho de que Estados Unidos dejó asentada en el texto su disidencia.
En el entorno del Presidente también celebraban que la organización del encuentro había sido fluida y que no hubo incidentes durante la marcha de protesta. Creen que Macri podrá capitalizar ese éxito tanto a nivel diplomático como en la política interna.
En el documento final, lo más debatido fue la inclusión de una referencia explícita al Acuerdo de París, un compromiso multilateral para reducir los niveles de contaminación. Pero esa mención hizo que la delegación norteamericana demandara una aclaración en el texto sobre que Washington se retiró de ese compromiso. El acuerdo también mencionó indirectamente otro de los temas complejos, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Reconoció fallas en el sistema multilateral y propuso una serie de reformas en la Organización Mundial del Comercio (OMC). También incluyó referencias ambiguas al tema migratorio e incorporó los temas que impulsaba la Argentina, como el futuro del trabajo, el desarrollo de un esquema de producción de alimentos sustentable, la infraestructura para el desarrollo y la perspectiva de género.
Macri celebró el logro que para él representó el acuerdo. En la conferencia de prensa de clausura, resaltó también los pactos firmados por la Argentina con los distintos países asistentes, y se despegó de las críticas que la administración de Donald Trump le había dedicado a China tras la reunión de anteayer. “La Argentina no ve la inversión china como una amenaza, sino como una oportunidad”, señaló, en un ejercicio de equidistancia. Fue un guiño para la reunión que hoy mantendrá con el presidente chino, Xi Jinping.
Ayer, Macri continuó con su serie de bilaterales relevantes. Se encontró con la canciller alemana, Angela Merkel; con el presidente ruso, Vladimir Putin; con su par turco, Recep Erdogan; con los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe, y de la India, Narendra Modi, entre otros. También recibió a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Sin definiciones fuertes, pero con un consenso general en algunas de las cuestiones más delicadas de la coyuntura internacional, los líderes del G-20 lograron ayer emitir una declaración final de la cumbre donde el cambio climático quedó expuesto como el tema más controversial en el que aún persisten las diferencias.
Las intensas gestiones diplomáticas de los últimos días para lograr el apoyo de todos los mandatarios desembocaron ayer en un documento de 31 párrafos en el que se hace mención a las dificultades que atraviesa el modelo de comercio multilateral, sugiere una reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC), aborda la cuestión migratoria y reconoce la necesidad de adoptar estrategias para proteger el medio ambiente y garantizar la asistencia a aquellas zonas vulnerables a los fenómenos climáticos extremos.
Sin embargo, el texto difundido al cierre de la cumbre vuelve a exponer las diferencias de Estados Unidos sobre los alcances del Acuerdo de París. Donald Trump quedó una vez más aislado del resto de la comunidad internacional, como ocurrió en el G-20 de Hamburgo el año pasado.
Mientras los sherpas pulían ayer los detalles de la declaración, las dificultades para introducir una alusión al pacto sellado en 2015 para reducir la emanación de gases de efecto invernadero ponían en peligro el consenso de todos.
Ante la persistencia de la presión diplomática norteamericana, las delegaciones optaron finalmente por volver a emitir un documento que expusiera las diferencias con Washington y la confirmación de que el resto de las naciones seguirá los principios del pacto climático.
El sherpa argentino y exvicecanciller Pedro Villagra Delgado había admitido días atrás que la cuestión climática era una de las más delicadas. El canciller, Jorge Faurie, había señalado ayer que esa parte del documento aún estaba negociándose.
“Los firmantes del Acuerdo de París, que también se unieron al Plan de Acción de Hamburgo, reafirman que el acuerdo es irreversible y se comprometen a su completa implementación”, dice uno de los párrafos. En cambio, el párrafo siguiente está destinado exclusivamente a la postura de Estados Unidos, que ratifica que abandonará el pacto de París, aunque “reafirma su compromiso con el crecimiento económico y el acceso a la energía y a la seguridad, utilizando todas las fuentes de energía y tecnologías a la vez que protegiendo el medio ambiente”.
Sí hubo un consenso general, sin embargo, en la necesidad de implementar estrategias para mantener un “planeta saludable”. La declaración abarcó más aspectos vinculados al cambio climático, más allá de la diferencia por el Acuerdo de París. Los mandatarios hicieron mención al último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), vinculado a la ONU, en el que advirtió que solo queda un margen de diez años para evitar que la temperatura global aumente 1,5°C, lo que extremaría los daños naturales, económicos y de infraestructura en el mundo.
En cuanto a la guerra comercial, el texto hizo mención indirecta a las tensiones entre Estados Unidos y China, y los líderes omitieron incluir la palabra proteccionismo. “El comercio internacional y la inversión son importantes motores de crecimiento, productividad, innovación, creación y desarrollo. Reconocemos la contribución que el sistema de comercio multilateral ha hecho en ese sentido”, dice el comunicado, aunque reconoce que “el sistema está fallando en alcanzar sus objetivos y hay lugar para mejoras”.
Por eso, los líderes de 19 países más el enviado de la Unión Europea (UE), cuyas naciones representan al 75% del comercio internacional del planeta, acordaron ayer implementar cambios en la OMC, una cuestión que abordarán en la próxima cumbre del grupo, que tendrá lugar el año que viene en Japón.
El gobierno de Trump vio la declaración de ayer como una victoria contundente. “Hoy es un gran día para Estados Unidos. El G-20 acaba de adoptar un comunicado por consenso que cumple con muchos de los objetivos más grandes de EE.UU.”, dijo un alto funcionario norteamericano, que destacó la mención a las fallas en la OMC y a la necesidad de reformar las reglas del organismo.
En sintonía con ese objetivo, el presidente Mauricio Macri sintetizó ayer en la conferencia de prensa que se intentará agilizar el sistema burocrático de resolución de conflictos del ente.
Por su lado, las crisis humanitarias que generan algunas corrientes migratorias también tuvieron su lugar en el texto, aunque con menos énfasis que el clima o la estabilidad del comercio internacional. Los mandatarios aseguraron haber tomado nota “de las políticas y tendencias anuales de migración y desplazamiento”, señalaron la importancia de responder “a las crecientes necesidades humanitarias”, pero propusieron extender el diálogo en 2019.
Buena parte del documento también se orientó a los resultados de la agenda propuesta por la Argentina (infraestructura para el desarrollo, el futuro del trabajo y de la alimentación sostenible, y la perspectiva de género). Los líderes alcanzaron el consenso para trabajar en pos del desarrollo sostenible focalizado en el ciudadano y el largo plazo.