Caen fuerte la construcción y la industria
actividad. Ambas se retrajeron más de 6% en octubre pasado.
Tras el tembladeral cambiario, y como consecuencia de las fórmulas oficiales para apaciguarlo, los motores de la economía apretaron fuertemente el freno. En comparación con el mejor período del año pasado, en octubre la construcción y la industria mostraron desplomes interanuales de más de 6%.
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que mide el Indec mostró un retroceso de 6,4% interanual, la peor variación desde febrero de 2017. Sin embargo, en el acumulado todavía muestra un avance de 4,9%. Pero lo más preocupante para los analistas fue el retroceso mensual des estacional izado de 3,9%, el más pronunciado en lo que va de este año. Además, cayeron las compras de insumos tanto para obra pública como privada, y los pedidos de permisos para construir, un indicador clave de la actividad de los constructores privados. Está claro, dicen los analistas, el impacto que tuvieron en este dato el ajuste fiscal y el freno del crédito UVA.
En la construcción se destacó el desplome de la compra de asfalto (-47,8%). Ese es el principal insumo de las obras de vialidad afectadas por las restricciones fiscales. Pero también cayeron el cemento (-9,6%), el hierro redondo (-7,9%), los ladrillos huecos (-10,7%) y las pinturas para construcción (-14,2%).
En sintonía con el desplome de la actividad, el estimador mensual industrial (EMI) reflejó una baja de 6,8% en octubre, una variación negativa menor al derrumbe de 11,5% de septiembre, pero aún muy elevado. En el año, el retroceso acumula 2,5%. En la actividad manufacturera, los sectores que más sufrieron fueron los textiles (-23,4%), el caucho y plástico (-17,2%), la industria automotriz (-10,8%) y el resto de la metalmecánica (-21,3%).
Pese a la real profundidad de la recesión económica, la estadística comenzó a jugar en contra de los datos oficiales. Tanto el EMI como el ISAC del Indec compararon esta vez con el repunte que mostraba la actividad a fines del año pasado. La cancha seguirá inclinada hasta el segundo trimestre de 2019.
“Es la sexta caída consecutiva de la industria. Se explica por la contracción del mercado interno, menor consumo e inversión, las altas tasas de interés y los problemas de financiamiento, el fuerte aumento de los costos posdevaluación y el mal desempeño de varios drivers como la construcción y el agro”, afirmó Martín Alfie, economista de la consultora privada Radar. “El único subsector que tracciona es hidrocarburos, por Vaca Muerta, pero su alcance es limitado”, dijo.
“Estimamos que en 2019 la caída se mantendrá, y podrá recién estabilizarse, siempre que no haya un nuevo salto cambiario de magnitud, a partir de la segunda mitad del año. Sin embargo, y debido al elevado arrastre negativo de este año, estimamos que 2019 finalizará con una nueva caída, en torno del 4%”, agregó.
Sobre la construcción, Alfie señaló que lo más destacado es la caída desestacionalizada contra el mes anterior. “Es una caída muy fuerte, dado que al frenazo de la obra pública se suma cada vez más la obra privada. Otro dato negativo es que volvieron a caer los permisos de edificación, que son un proxy de la actividad privada en el futuro, luego de haber crecido en septiembre. Eso te da la pauta de que la actividad va a seguir floja durante varios meses”, dijo.
“Con respecto a la industria, era un dato esperable”, afirmó Juan Paolicchi, analista de la consultora EcoGo. “Ahí influyeron dos factores. La retracción en la demanda producto de la caída en el salario real, que se profundizó en los últimos meses, y el equilibrio dólartasa, que incentiva a que las empresas desarmen stocks”, señaló. El economista remarcó que, como dato positivo, la baja interanual habría hecho piso en septiembre.
“El freno en la obra pública fue uno de los factores determinantes de la caída”, indicó Paolicchi sobre la construcción. “Eso se puede observar en la utilización del asfalto como insumo, que cayó 48% en términos interanuales. Hubo dos problemas que fueron fundamentales: la aceleración hacia el equilibrio fiscal llevó a hacer un esfuerzo mucho mayor en el recorte en los gastos de capital, principalmente obra pública, y por otro lado, el salto en el tipo de cambio y la restricción de liquidez desplomaron la demanda de créditos UVA, factor que impulsaba a este sector”, estimó.
“Los datos de la construcción son mucho peores que los de la industria”, se lamentó Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Ecolatina. “La caída es muy significativa, tanto en la medida interanual como en la mensual desestacionalizada. Caen mucho los despachos de asfalto y de cemento. Además es el primer dato negativo del empleo en el sector. Las perspectivas son negativas, sobre todo porque caen los permisos autorizados para construir y todo lo vinculado a la obra pública”, agregó.
“La industria salió mejor que en septiembre y en junio, cuando había tenido caídas más fuertes”, explicó, y celebró la mejora del sector de alimentos, sobre todo lo vinculado a la carne y a la molienda, muy golpeada por la sequía. “De a poco, vemos que las expectativas son un poquito mejores en la industria”, concluyó el director de Ecolatina.