dos triunfos bien distintos antes del “partido del año”
el domingo se cerrará la zona B de palermo, con la definición que todos esperan; ellerstina y Las monjitas llegan de maneras diferentes
“Es el partido que esperamos todo el año”, mencionó Gonzalo Pieres (h.). “Ya no pienso en el superclásico. No quiero ni prender la tele antes del domingo porque tengo la cabeza en otra cosa. No quiero distraerme”, contó Guillermo Caset, un enfermo de Boca al que la definición del domingo por la zona B del Campeonato Argentino, Ellerstina vs. Las Monjitas, le impedirá mirar la final por la Copa Libertadores.
Así palpitan los polistas de La Z y del equipo naranja el cruce que esperan desde hace meses. Desde diciembre de 2017, incluso. De ese encuentro, o encontronazo deportivo, surgirá el segundo finalista del Palermo, que seis días más tarde, el sábado 15, irá a discutirle a La Dolfina el reinado del polo mundial por un año (si nada rarísimo sucediere en la resolución del grupo A el próximo sábado, por supuesto).
Ellerstina (40 goles) y Las Monjitas (37) arribarán de formas diversas a ese Día D. Los Pieres están en una suerte de ascenso al cielo en el que todo va bien: título de campeón y buen polo hace poco en Hurlingham, un andar arrollador ahora en La Catedral. Es cierto que La Cañada, con sus 28 de handicap, no debía ser un obstáculo muy exigente, y nunca lo fue en el partido que el cuarteto negro ganó por 20 a 5 ayer en la cancha 2. Más tarde, los hombres del colombiano Camilo Bautista debieron trajinar y poner el cuerpo ante un bravo La Albertina que le demandó más que lo que sugiere el 16-11 de la cancha 1.
Para algunos aficionados, Palermo se reduce en esta temporada a dos cruces: Ellerstina vs. Las Monjitas y la final. Así de importante se presenta el choque de este domingo. La Z, con su enorme organización y el talento de los Pieres, procura desde hace años destronar a Adolfo Cambiaso y compañía, y en esa obsesión, si ya perder la definición frente al archirrival es un resultado difícilísimo de tolerar, se le volvería inaceptable quedar anticipadamente en el camino. Del otro lado, Caset, Hilario Ulloa y Facundo Sola hicieron la fuerte y controvertida apuesta de cambiar Alegría por este proyecto con la idea fija de ser campeones argentinos, y no estar en el desenlace de Palermo sería un golpazo por más que el oponente tenga 3 tantos más de valorización.
Todo parece alineado en Ellerstina. La vuelta de Facundo Pieres al puesto de back funciona, el conjunto recibe pocos goles, Gonzalo recupera su mejor versión y anota mucho (7 goles de jugada ayer) y, de paso, La Dolfina –imposible no mirarlo, aunque sea de reojo– se muestra menos afilado que en temporadas recientes. Parte del público da al cuarteto familiar, incluso, como favorito para alzar la copa este año.
Lejos de ese estado zen anduvo su gran contrincante en la zona B. Salvo un primer chukker de fiesta (4-0), Las Monjitas debió arremangarse, pechar, resistir embates físicos y en el tablero de parte de un La Albertina que quiso no ser menos. Y de a ratos –muchos– no lo fue. Estuvo 4-11, se puso 12-15 y apretó, pero desperdició chances. El combate tuvo episodios casi dramáticos: una caída brusca de Alfredo Cappella Barabucci (amonestación a Facundo Sola por el cruce) y un fuerte choque entre Ignacio y Santiago Toccalino, que terminó con los dos a pie. “Después me enteré de que era mi hermano. Empecé a p... y cuando vi quién era, bueno...”, rió el primero en la rueda de prensa, ya lejos de la tensión que hubo en el momento.
Tensión altísima habrá el domingo, cuando en simultáneo al superclásico de fútbol (el encuentro de polo empezará media hora luego, a las 17) los de negro, con el escudo de River en la cinta de capitán de Facundo Pieres, y los de naranja, con el de Boca en el brazalete de Caset, se saquen chispas en “el partido del año”, considerado así por más que antecede a la mismísima final del mejor torneo de polo del mundo.