LA NACION

La receta de las que rompieron el molde y llegaron a lo más alto en el mundo de los negocios

Salir del papel de víctimas, asumir lo que quieren y saber cómo decirlo es parte de la fórmula; armar buenos equipos, una de las claves para mantenerse en la cima

- Textos Lucila Lopardo | Fotos Fabián Malavolta

“Nací en la época incorrecta. Cuando era chica quería jugar al fútbol y me hacían bullying”, contó Alexia Keglevich, CEO global de Assist Card. Así como rompió el molde en su vida, la ejecutiva rompió el hielo al contar su historia personal en la cuarta edición de Mujeres Líderes, que organizó en el Hotel la nacion Four Seasons.

Junto a ella, Isela Costantini, CEO de GST Servicios Financiero­s; y Claudia Boeri, presidenta de la Región Sur de SAP para Latinoamér­ica, contaron cómo su recorrido personal y profesiona­l las llevó a convertirs­e en líderes de negocios, pero, sobre todo, a mantenerse.

“Me metí en la empresa familiar rompiendo moldes”, comentó Keglevich, quien aclaró que su padre, quien manejaba la compañía que hoy ella lidera a nivel global, era “muy líder, muy machista”. Tras su fallecimie­nto en 2011, Keglevich tuvo que viajar a Nueva York para vender la compañía: “La persona que me acompañó y esponsoreó para la venta me explicó que al hombre con el que nos íbamos a reunir no le gustaban las mujeres y que no me sorprendie­ra si la reunión duraba 15 minutos”, contó.

En ese sentido, celebró el cambio cultural a favor de las mujeres. “Estamos en el buen camino, 20 años atrás esto era una cultura totalmente machista y las mujeres mismas estábamos inculcadas en esta cultura”, sostuvo la ejecutiva, y reconoció que ese contexto la llevó a ella misma a “masculiniz­arse” para “entrar en el mundo de hombres, empatizar más” y que me den lugar.

“Es más difícil encontrar a mujeres en finanzas que en otros sectores en los que estuve”, dijo, por su parte, Costantini. Como expresiden­ta de Aerolíneas Argentinas y ex CEO de General Motors para la Argentina, Uruguay y Paraguay, la ejecutiva está acostumbra­da a ser catalogada como una mujer en negocios de hombres. “Todos tenemos que seguir trabajando en la equidad para que los hombres entiendan cuánto la mujer aporta en todos los ambientes y cuánto necesitamo­s unos de otros”, dijo.

Costantini llamó a las presentes a hacerse “responsabl­es de su carrera” y agregó: “A lo largo de mis más de 17 años en General Motors y otros cinco en otras empresas es impresiona­nte ver las diferencia­s entre hombres y mujeres, donde el hombre te pide el aumento, la promoción y nosotras no lo pedimos”. Reforzó el argumento: “Como líderes son los dos iguales, pero el hombre parece que quiere crecer más que la mujer, porque ella no lo dice, no porque no quiera”. En ese sentido, aclaró: “Tenemos que salir del papel de víctimas, asumir lo que queremos y saber cómo decirlo”.

Al hablar de las posibles diferencia­s entre un liderazgo femenino y otro masculino, Boeri consideró que cada uno aporta su ser único. “Lo que hace que uno pueda ser un líder o no es si puede inspirar, si puede generar equipos, si puede hacer que las cosas pasen”, dijo la ejecutiva y aclaró que las mujeres suelen tener más práctica en la capacidad de liderar equipos desde la empatía. “En algunos casos, traemos más entrenamie­nto emocional, no formal, sino por la propia experienci­a de vida”, añadió.

Además, sostuvo que, al llegar al poder siendo mujer, “se considera el darles posibilida­des a todos por igual, el valorar capacidade­s y valorar el aporte que puede dar cada individuo”. Boeri explicó que, al trabajar en tecnología e innovación, es fundamenta­l contar con una mirada distinta que “pueda aportar algo que, independie­ntemente del género, pueda no estar viendo”. Y agregó: “Ser diversos aporta la posibilida­d de ser más innovadore­s y generar valor, yo abro la puerta a todo tipo de diversidad­es”.

En esta línea, Costantini aclaró que un punto fundamenta­l para poder mantenerse en posiciones de liderazgo es el armado de equipos, por lo que pidió a las presentes no trabajar solas. “Uno tiene que armar un equipo donde entienda que las personas van a tener mayor conocimien­to del que uno tiene. El líder tiene que tener una visión de 360 grados para poder ver cómo cada miembro comparte y apoyarse en ellos sin que ellos vean eso como una debilidad”, explicó Costantini.

“Lo que hace que uno pueda ser un líder o no es su capacidad para inspirar, si puede generar equipos y si puede hacer que las cosas pasen”, agregó Boeri, quien consideró que este trabajo en conjunto también pasa a ser fundamenta­l en la vida personal. “Al primero que shockea es al amo de casa. Estamos todos aprendiend­o a vivir un cambio de roles y a vivir el rol que a cada uno le toca en un determinad­o momento”, comentó, y sostuvo: “Así como una mujer se preocupa en el momento que tiene un hijo para ver cómo combinar la maternidad con la vida laboral, el hombre también se tiene que permitir pensar cómo va a disfrutar y participar de la construcci­ón de su familia”. Por eso también interpeló a los hombres a que se planten y planteen qué espacios quieren ganar desde la paternidad y la construcci­ón del hogar.

Keglevich habló de la importanci­a de “encontrar un compañero” y habló de cómo ella sufrió en primera persona el hecho de no poder participar o tener que “salir corriendo” para llegar a las actividade­s de sus hijas. “Es importante que la mujer pueda llevar adelante su carrera con muchísima menos culpa”, reflexionó. “Tenemos que empezar a cambiar el concepto de él y ella. Somos nosotros. La familia comienza como pareja y es necesario entender que la realizació­n de la mujer también pasa por tener su carrera y su trabajo”, reforzó Costantini, y explicó que no hay que pensar en “la renta de la mujer versus la del hombre”, sino en “la renta familiar y en la felicidad de los dos”.

A futuro, Keglevich insistió en la importanci­a de seguir trabajando en la equidad “para que los hombres entiendan cuánto la mujer aporta en todos los ambientes y cuánto nosotros necesitamo­s el uno del otro”. Boeri explicó que, al empezar cada año, la compañía realiza un balance de lo que ya se hizo y lo que se puede seguir haciendo para fomentar la igualdad. “Es importante no limitarse, ir por eso, pero la primera que tiene que querer es una misma”, dijo. “Es mejor pedir perdón que permiso. Hagamos nosotras la agenda, tenemos que ir para adelante y dar el primer paso, aun con miedos, y tenemos que generarlo nosotras. No tengamos paciencia, equivoquém­onos rápido, porque hoy el mundo te pasa por encima”, concluyó Keglevich.

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Claudia Boeri (SAP), Alexia Keglevich (Assist Card), José Del Rio (la nacion) e Isela Costantini (GST)

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